Los medios de comunicación son el primer poder en Brasil, porque imponen la agenda a los gobiernos, opinó el teólogo brasileño Frei Betto este lunes, en la primera jornada de debates del I Foro Social de las Américas. Betto aseguró que pudo constatar este hecho como asesor del programa Hambre Cero del presidente Luiz Inácio […]
Los medios de comunicación son el primer poder en Brasil, porque imponen la agenda a los gobiernos, opinó el teólogo brasileño Frei Betto este lunes, en la primera jornada de debates del I Foro Social de las Américas.
Betto aseguró que pudo constatar este hecho como asesor del programa Hambre Cero del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva.
Al participar de este modo en el gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores, el fraile dominico comprendió que, a veces, desde la administración se percibe que «algo está mal», pero se demora en tomar medidas hasta que el tema aparece en la prensa.
«Cuando el asunto deja de pasar desapercibido en los medios, enseguida se produce la reacción y se encuentran las soluciones necesarias. Ahí se nota el verdadero poder que tienen. Por eso digo que no son el cuarto poder, como siempre se ha dicho, sino el primero», arguyó.
Betto, quien también escribe columnas para varios periódicos de su país, expuso sus puntos de vista en un seminario sobre la democratización de la información, este lunes en el Foro Social hemisférico inaugurado el domingo y que se extenderá hasta el viernes 30.
«Para los grandes medios, la información es un capital que tiene como objetivo vender productos y crear hábitos de consumo, mientras que para los medios alternativos es crear valores y generar una visión crítica de la realidad», sostuvo Betto, exponente de la Teología de la Liberación, una corriente crítica de pensamiento dentro de la Iglesia Católica latinoamericana.
Betto puso como ejemplo ciertas telenovelas brasileñas en las que se imponen personajes de acuerdo con los patrocinios publicitarios.
«Un conocido guionista de telenovelas me comentó que mientras trabaja el guión de una nueva producción, un ejecutivo de televisión le dijo que debía colocar un perro en la historia, aunque ésta se desarrollaba en un ámbito donde no cabía esa participación», relató.
La imposición del personaje se debía a que el canal había firmado un contrato con una empresa de alimentos para perros, como principal auspiciante del programa.
«El guionista insistió en que ese personaje no estaba contemplado en la historia, pero finalmente lo puso. En gran cantidad de capítulos apareció (el perro) comiendo en un plato con el nombre del alimento» de marras, contó.
Algo similar le ocurrió a otro guionista que hacía viajar, en su argumento, a una obrera desde su barrio hasta el trabajo en un autobús repleto de pasajeros, hasta que la empresa de transporte que cumplía ese recorrido decidió convertirse en avisadora de la telenovela y exigió que el personaje viajara en un vehículo con un máximo de sólo seis personas de pie.
Mostrar autobuses tan cargados de pasajeros daba una mala imagen de la empresa.
Betto se quejó de que el poder de la publicidad haya invadido no sólo los medios de comunicación, sino los propios partidos políticos.
«Hoy en Brasil no hay sector político, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, que no tenga en cuenta el marketing. Antes, lo más importante para los partidos eran los ideólogos, los pensadores, hoy son más importantes los expertos en mercadeo», afirmó.
A su juicio, esto ha llevado a una «desideologización» de la actividad política y social, porque ya no importan las propuestas o principios para convencer a la gente.
La democratización de la comunicación es una de las cuestiones a debate en distintas conferencias y seminarios organizados por medios alternativos dentro del Foro Social.
«La comunicación es una guerra», y «los medios alternativos ya no pueden seguir siendo artesanales» si quieren ganarla, opinó Betto.
«El desafío es que los medios que defienden los intereses de los sectores sociales excluidos sean menos artesanales, menos improvisados y más científicos», sostuvo.
No se puede subestimar a los lectores u oyentes, los medios que tienen un fin social deben ser muy creativos, dijo a IPS el activista José Ignacio López Vigil, autor del libro «Un tal Jesús» y vinculado durante más de tres décadas a las radios comunitarias.
Vigil, a cargo del proyecto Radialistas Apasionados, que trabaja con microprogramas radiales sobre temas sociales, políticos y culturales, defendió la necesidad de que los productos «alternativos» sean de calidad.
Por su parte, la directora del Quincenario Tintají de Quito, Rosa Rodríguez, que organiza para este jueves la conferencia «Otros medios son posibles», se hizo eco de estas ideas y arguyó que no es posible seguir llorando sobre el papel de los grandes medios de comunicación, si el periodismo alternativo no es bien elaborado.
«Ciertamente que otros medios son posibles, otros medios comprometidos con los cambios necesarios que requieren nuestros países y con los sectores que buscan esos cambios, pero sin dejar de ser críticos y autocríticos», dijo Rodríguez.
«Otros medios que además de defender su compromiso, no subestimen a la gente con un trabajo periodístico o comunicacional mediocre», añadió
Betto estimó que la prensa alternativa no puede ignorar a los grandes medios.
«No podemos pasar diciéndole a la gente que no lea los grandes medios, hay que trabajar para crear un pensamiento crítico y que sea la gente la que haga su propio análisis», afirmó Betto.
Aunque «existe una guerra de la información», no se puede fomentar «una guerra de un medio con otro», aclaró el religioso brasileño.
Según Rodríguez, los «otros medios» deben exigir al Estado una distribución equitativa de los espacios de publicidad que éste contrata, lo cual debería determinarse por ley.
«Es fundamental que la gran cantidad de medios alternativos, independientes o como se les quiera llamar unan esfuerzos. En Ecuador estamos trabajando en la creación de una Asociación Ecuatoriana de los Otros Medios», aseguró Rodríguez.
En varios encuentros con tal fin ya han participado decenas de radios, periódicos, agencias de noticias, portales de Internet y productoras de vídeos de todo el país, relató.
«La diversidad de los ‘otros medios’ exige una asociación heterodoxa y diversa», argumentó Rodríguez.
Ya que «los grandes medios tienen sus asociaciones que los defienden y son factor de poder, los ‘otros medios’ debemos crear una institución fuerte, mezcla de organización social, red y agremiación que también sea un factor de poder ante el Estado», sostuvo.
En el Foro Otros Medios son Posibles se presentarán varias experiencias exitosas de medios independientes en América Latina y se divulgarán las bases de la futura asociación.
Unas 5.000 personas participan del Foro Social procedentes de varios países, con predominancia de Ecuador, Colombia y Perú. Los organizadores esperaban 10.000 asistentes.