Ante la Audiencia Pública Parlamentaria por el retiro definitivo de las tropas argentinas de Haití, Cámara de Diputados de la Nación, Buenos Aires, 13 de junio de 2016
Argentina participa desde hace 12 años en el despliegue de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH). Participa desde la creación de la misión siguiendo al golpe de Estado orquestado por el gobierno estadounidense, quien removió al presidente elegido de Haití de su residencia y país, en febrero 2004.
Instamos al Congreso de la Nación a respetar la soberanía de Haití y el derecho del pueblo a su autodeterminación, requiriendo al Poder Ejecutivo Nacional el retiro inmediato, total y definitivo del personal argentino aún desplegado en ese país y el rechazo a cualquier prolongación del mandato de la MINUSTAH más allá del 15 de octubre de 2016, fecha en la cual actualmente caduca.
Asimismo instamos al Congreso de la Nación requerir al Poder Ejecutivo Nacional que done al pueblo y gobierno de Haití, el hospital reubicable perteneciente a las FF.AA. argentinas y desplegado en Haití al servicio de la MINUSTAH, y que tome medidas concretas para lograr que las NN.UU. sean sancionadas por las violaciones a los derechos humanos cometidas por la MINUSTAH y que sus víctimas sean reparadas, incluyendo entre otras las familias y comunidades de las más de 9.000 personas muertas por causa de la epidemia de cólera.
Motiva nuestra solicitud el convencimiento expresado por numerosas organizaciones y movimientos populares de Haití, que la MINUSTAH es una fuerza de ocupación al servicio de intereses ajenos a los pueblos tanto de ese país como de la Argentina. Resaltan además el fracaso rotundo con relación a los objetivos establecidos formalmente para la misma, que incluyen la estabilización del país, el respeto de los derechos humanos, el fortalecimiento del estado de derecho y de la economía y la realización de elecciones . Plantean incluso el agravamiento de las situaciones de crisis política-institucional, social, económica y humanitaria cuya existencia se suponía al origen de esta injerencia en sus asuntos internos bajo la repudiable afirmación que Haití es una amenaza a la paz y la seguridad hemisféricas.
Han sido denunciados reiteradamente una serie de hechos aberrantes directa o indirectamente atribuibles a la MINUSTAH y sus promotores a través del Consejo de Seguridad de la ONU; hechos que han vulnerado la soberanía, integridad territorial y la garantía y tutelaje de los derechos humanos fundamentales de la población haitiana incluyendo la profundización de políticas económicas de explotación y saqueo. Resumimos algunos de ellos en la Carta-petición que dirigimos a la Cámara de Diputados de la Nación en septiembre 2014 , en vísperas del último debate sobre una nueva autorización de salida de tropas para participar en la MINUSTAH: • represión y control social de la población; • violación y abusos sexuales contra mujeres, jóvenes, niñas y niños; • aumento del control externo sobre los ejes estratégicos de la economía y saqueo de la riqueza y bienes comunes del país junto a la super explotación de la fuerza de trabajo a través del salario mínimo más bajo de la región; • la introducción de la bacteria del cólera provocando una epidemia que ha matado a más de 9.000 personas y afectado a otras 750.000 ; • manipulación de los resultados electorales en 2010/2011 y apoyo incondicional a las políticas anticonstitucionales del gobierno resultante.
Durante los últimos meses, en el marco de la realización de elecciones ampliamente calificadas de fraudulentas (agosto y octubre 2015) , el pueblo de Haití se ha mostrado cada vez más decidido en su rechazo a toda forma de injerencia y ocupación extranjera en su país, incluyendo la presencia de la MINUSTAH. Se ha movilizado para frenar tres veces la imposición de fechas y pautas electorales desde el exterior, y ahora busca avanzar un proceso electoral democrático según las decisiones de sus propios órganos.
Ante esta situación, aumenta la presión del imperialismo estadounidense y sus aliados. Amenazan con cortar el apoyo financiero al país y promueven las movilizaciones organizadas por partidarios del ex presidente Martelly, buscando crear un escenario de violencia y caos como en tiempos del golpe de Estado en 2004. Sugieren además la necesidad de «reevaluar» la MINUSTAH, suspendiendo la reducción de tropas militares que se viene implementando y reconfigurando la ocupación bajo el mando de Canadá, país que se ufana de su disponibilidad para «proteger sus inversiones» en Haití, principalmente en el sector de la mega minería .
Mientras tanto, la población haitiana aún se encuentra intentando superar la devastación consecuencia del terremoto de 2010 y las políticas de «reconstrucción» diseñadas por y para las empresas y ONGs extranjeras; un 30% de la población sufren hoy el hambre y la desnutrición crónica; quienes luchan para que se aumente el salario mínimo a USD8 diario se enfrentan el despido y la represión; el Plan de Erradicación del Cólera y Provisión del Derecho Humano al Agua y el Saneamiento se encuentra gravemente desfinanciado.
Es hora de respetar el derecho y la capacidad del pueblo de Haití de determinar su propio futuro. Haití no necesita las tropas militares de la MINUSTAH ni cualquier otra forma de ocupación. Sí necesita que los crímenes y violaciones cometidos en contra de su soberanía y los derechos de su población sean sancionados y reparados, y que los gobiernos de América Latina y el Caribe, sobre todo, adopten políticas de solidaridad y cooperación fraterna.
Por lo que desde el Comité argentino de solidaridad por el fin de la ocupación de Haití, y en el marco además del centenario del inicio de la primera ocupación estadounidense en territorio haitiano, nos unimos a las fuerzas populares de Haití y de nuestro continente para reclamar el retiro inmediato de todas las tropas extranjeras, el fin de la MINUSTAH y la sanción y reparación de sus crímenes y violaciones.
En otros países de nuestra región, como Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay en especial, son muchas las organizaciones y movimientos populares que impulsan las mismas demandas frente a sus gobiernos y Parlamentos. Los gobiernos de Bolivia y Ecuador ya han retirado sus tropas de Haití y el gobierno de Brasil, hace ya mucho tiempo, ha anunciado el retiro de sus tropas cuando finalice el actual mandato el próximo 15 de octubre.
La rebelión de los esclavos haitianos, hace fines del siglo XVIII / principios del siglo XIX, dio lugar a la abolición de la esclavitud y el nacimiento de la primera república negra en nuestro continente y un firme apoyo solidario a la lucha independentista en todo las Américas. Pronto a conmemorar nuestra proclama de independencia, 12 años después de Haití, cabe al Congreso de la Nación poner fin a la participación en esta ignominiosa ocupación y asegurar los pasos necesarios para que Argentina apoye la normalización político-institucional de acuerdo a las decisiones adoptadas por las autoridades y organizaciones político-sociales haitianas, sin injerencias que violen la autonomía del pueblo haitiano, y avance junto a sus pares en la región en la construcción de relaciones cooperativas y solidarias con el hermano pueblo de Haití.