Julio 2018 Llevo un poco más de cinco días en Nicaragua en los que han pasado suficientes cosas y todas significativas. Con la voluntad de hacer un repaso breve y global a la vez, hago el siguiente resumen: Normalidad muy superior a la que me esperaba En Managua: circulación alta, ninguna afectación en las calles- […]
Julio 2018
Llevo un poco más de cinco días en Nicaragua en los que han pasado suficientes cosas y todas significativas. Con la voluntad de hacer un repaso breve y global a la vez, hago el siguiente resumen:
Normalidad muy superior a la que me esperaba
En Managua: circulación alta, ninguna afectación en las calles- ni señal de los tranques-, comercio en funcionamiento, tendiendo a la normalidad -ej. ahora ya tienen abierto hasta las 7 de la tarde cuando hace 10 días cerraban a las 3 de la tarde, como mucho. Ningún control policial más allá de lo habitual.
El recuerdo de la violencia de días pasados queda sólo plasmado externamente en unos cuantos «árboles de la vida» quemados en la base -los más dañados los han sacado de las calles- algún edificio muy dañado como Radio YA o el de CARUNA, absolutamente destruido.
Cruzando Managua para ir al Mayoreo, pude confirmar este progresivo regreso a la normalidad: disfruté de la presencia bastante importante de trabajadores por cuenta propia en muchas aceras y cruces de la ciudad. Para mí, que por haber trabajado 8 años con ellos, conozco a fondo el significado social y el aporte económico del sector de los TCP, este es uno de los símbolos más determinantes de normalidad: el pueblo, volviendo a la lucha diaria por la supervivencia.
Los buses que van a cualquier lugar del país funcionan con total normalidad. Subí a un expreso de Managua a Estelí. Antes de San Benito ya dormía y nada anormal me despertó antes de Estelí. El bus lleno de familias con niños jugando y excitados por el viaje.
Evidentemente mi circuito por Managua fue breve y muy focalizado en el centro, pero toda la gente de los barrios que trabajan en el centro ratificaban este retorno progresivo a la normalidad. Y también la angustia y el miedo de los tres meses pasados, debido a la extremada violencia de los «autoconvocados pacíficos» y al peligro real de perder los avances de la Revolución Popular Sandinista. En Estelí, una ciudad mucho menos afectada por el conflicto, me confirman el análisis de Managua.
Acto del 19 Julio
¡Inenarrable! Por la cantidad de gente, por el espíritu que se respiraba y por los contenidos del discurso. No había vivido nunca ningún 19 como éste ¡y quizás llevo más de 20 a mis espaldas!
Resumen: DANIEL SE QUEDA. Golpe de fuerza absoluta de la militancia del FSLN y demostración de unidad y disciplina que hacía mucho tiempo que no se producía.
Consecuencia más relevante: SE CERTIFICÓ DELANTE DEL MUNDO LA DERROTA DEFINITIVA DEL GOLPE DE ESTADO.
Bien, en conjunto, estas son mis primeras impresiones. Personales, claro, pero bien contrastadas y ratificadas por la visión de la militancia sandinista de base que el 19J demostró:
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Que es mayoría social
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Que ha recuperado en buena parte la mística, la disciplina y el nivel organizativo de partido.
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Que sabe hacer autocrítica de los propios errores.
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Que gana protagonismo político, social y partidario
Vá, pue, compañeros y compañeras, seguiré informando
Estelí, julio de 2018
*Jaume Soler i Pastells es Miembro del Comité Europeo de Solidaridad con la Revolución Sandinista, Presidente de SOARPAL
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.