Con respecto al último montaje contra Venezuela y Ecuador, el Secretario General de la OEA dijo: «Soy muy respetuoso con la Interpol, pero el informe emitido fue una opinión técnica y no se refiere a la producción ni al contenido de los documentos hallados… No hay pruebas sobre los documentos».(1) Parece pues que el representante […]
Con respecto al último montaje contra Venezuela y Ecuador, el Secretario General de la OEA dijo: «Soy muy respetuoso con la Interpol, pero el informe emitido fue una opinión técnica y no se refiere a la producción ni al contenido de los documentos hallados… No hay pruebas sobre los documentos».(1) Parece pues que el representante del antiguo Ministerio de Indias estadounidense menosprecia todo el entramado montado por el imperio en Washington y sus subordinados narco-terroristas en Bogotá. Algo fundamental ha cambiado en América Latina. Es una señal que indica tanto un cambio profundo e histórico como una variación coyuntural.
La variación coyuntural es que Colombia y, en menor grado, México son crecientemente percibidos en la región como los países latinoamericanos donde la sociedad y el gobierno están en crisis. Los abusos generalizados y sistemáticos de los derechos humanos y el poder del narcotráfico en ambos países se han acumulado como parte de una dinámica neoliberal en crisis por su propio momentum y corrupción. La crisis constitucional en Bolivia, donde se trata de un revuelto fascista, no tiene nada que ver con la situación de aquellos dos.
En ese contexto, a pesar de todos los esfuerzos del régimen terrorista de George W. Bush y sus aliados, los países del ALBA – Bolivia, Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros países asociados – siguen desarrollando un modelo que forma parte de un movimiento de integración soberana latinoamericana. Ese modelo es una expresión más radical del impulso hacia la integración de corte neoliberal preferido por los países fundadores del Mercosur – Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay y del proyecto continental, Unasur.
Los embajadores padrinos
En cada uno de los países principales del ALBA, la derecha y sus aliados montan campañas odiosas de desestabilización. Todas esas campañas están promovidas por el gobierno de los Estados Unidos y, con algo más de discreción, por países de la Unión Europea. Vale la pena recordar que los embajadores estadounidenses en los países del ALBA son expertos en guerras, literalmente.
El Jefe de Misión para Intereses Estadounidenses en Cuba, Michael Parmly, fue catedrático en Estudios de Seguridad Nacional en la Escuela Nacional de Guerra. Patrick Duddy, embajador en Venezuela, ese graduó en el mismo centro, donde tiene una maestría en Estrategias de Seguridad Nacional. Inmediatamente antes de ser nombrado embajador a Bolivia, Philip Goldberg fue Jefe de Misión del gobierno estadounidense en Pristina, Kosovo, para consolidar las ganancias de la guerra contra Serbia.
Paul Trivelli, embajador en Nicaragua, tiene una maestría en Estudios de Seguridad Nacional, de la Escuela de la Marina de Guerra. El encargado de asuntos diplomáticos en Managua, que sustituye a Trivelli, es Robert Callahan, antiguo compinche del padrino sin par de los Escuadrones de la Muerte, John Negroponte. Fue Callahan quien sirvió de portavoz de Negroponte en Irak para explicar el atentado contra la periodista italiana Giuliana Sgrena en Bagdad, entre otras muchas atrocidades más. Al decir «adiós» a Paul Trivelli, es difícil no recordar la escena de «El Padrino» en la que el joven Corleone despide a su amigo Tom como consejero con estas palabras: «no eres consejero para tiempos de guerra, Tom.»
Un cambio incompleto
Toda esa realidad la esconden los medios corporativos occidentales, pero no se puede esconder en la realidad. Los medios occidentales y los regionales pro-occidentales proyectan el cuento de que son Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua los países en crisis. Lo hacen para esconder desesperadamente que mientras los países del ALBA defienden a sus mayorías empobrecidas, en Colombia y México los sectores más necesitados pasan por una crisis sin precedentes con niveles de represión de los que no se informa en los medios corporativos.
Basta con imaginar la reacción en los medios corporativos occidentales o regionales si en Venezuela hubieran ocurrido las violaciones, palizas y allanamientos sin autorización de Atenco o la represión y asesinatos de Oaxaca. El asesinato de más de veinte sindicalistas en Colombia en lo que va de año pasa casi completamente desapercibido. Así fue durante los años ochenta con las masacres y las olas de asesinatos de las y los integrantes de la Unión Patriótica. En Colombia la democracia existe sólo en los cementerios.
Las crisis en Colombia y México afectan de forma significativa actualmente a las percepciones regionales y esta variación coyuntural acompaña a los procesos de integración. Es difícil no ver el impulso hacia la integración en América Latina, que en mayor o menor grado deja a un lado la voluntad de los poderes imperialistas, como una corrección histórica y profunda de la acostumbrada sumisión neocolonial de la región. Es una corrección compleja y todavía no cumplida que desafía a los esquemas analíticos ortodoxos. Por sus características históricas, Nicaragua se presenta como uno de los países más interesantes en este aspecto.
El caso de Nicaragua
De la misma manera que sus homólogos cubanos en Miami, sus compadres en Venezuela y sus correligionarios en Bolivia, la derecha en Nicaragua ha trabajado sin descanso para crear un ambiente de odio contra el gobierno progresista del FSLN. El gobierno no hace nada bueno. Sus funcionarios son incompetentes. Cuando no son incompetentes son hipócritas o corruptos. Son demasiado radicales. No son suficientemente radicales. Este ambiente lo ha descrito muy bien Carlos Fonseca Terán.(2)
Un indicio de la lucha amarga todavía por suceder en Nicaragua se dio con la huelga de transporte que duró dos semanas a inicios de mayo. Algunos sectores de transportistas apoyaron la huelga completamente, otros no. El paro fue para exigir la intervención del gobierno para congelar los precios de combustible a poco más de dos dólares por galón – la mitad del precio del mercado. Un paro de transporte similar en Guatemala de tres días, también a inicios de mayo, recibió como respuesta del gobierno la declaración de un estado de excepción.
En Nicaragua el gobierno optó por la vía de la negociación. Por tanto la oposición no podía acusar el gobierno de ser represivo. Entonces, para variar, la oposición aprovechó para acusar al gobierno de un manejo desleal e ineficiente de los fondos provenientes de los acuerdos de suministro de petróleo dentro del marco del ALBA. Si no podían tildar al gobierno de represivo, pues bien podían intentar tildarlo de corrupto e incompetente.
Gran parte del combustible que llega de Venezuela es para el funcionamiento de las generadoras de energía eléctrica en el país – más de 80% de la energía eléctrica en Nicaragua se produce por medio de estaciones de generación térmica. Otra parte se reserva para subsidiar el transporte urbano en Managua, para mantener el precio al alcance de una población capitalina de casi dos millones. Otra parte se destina a favorecer cooperativas agropecuarias.
Al final el gobierno acordó un descuento de un dólar y medio por galón, para poner el precio del galón de gasoil alrededor de tres dólares y veinte centavos por el momento. Además se confirmó la ayuda para insumos e importaciones. Se establecieron mesas de trabajo para tratar de los detalles de la puesta en marcha de los acuerdos. El final de la disputa dejó claro el interés del gobierno por la negociación y no por el conflicto y subrayó su compromiso por defender los intereses de la mayoría empobrecida.
No se permitió a los intereses adinerados del sector del transporte dominar la negociación de los acuerdos con exclusión de los sectores del transporte más débiles. También mostró que el gobierno no maneja a su antojo los fondos provenientes de los acuerdos ALBA, sino en consulta con los países contrapartes. Las esperanzas de la oposición de que el gobierno hiciera un mal movimiento se frustraron. Si los transportistas hubieran seguido con la huelga, ellos y sus patrocinadores en la oposición habrían quedado como los malos de la película.
A manipular la opinión de las masas
A la vez que la oposición busca espacios para aprovechar, se queja del hermetismo del gobierno. Se vive una realidad parecida a la de Colombia. Apolinar Díaz ha escrito: «Quienes vivimos en Colombia tenemos que recurrir a las informaciones de radio y televisión de países vecinos para enterarnos de cosas muy graves que están sucediendo en nuestro país y que la gran prensa hispano-colombiana y colombiana que opera en nuestro territorio oculta deliberadamente a la Nación.» (3)
En Nicaragua no se ha llegado a ese extremo todavía. El gobierno tiene un espacio noticiero en el Canal 4, Multinoticias, pero la gente que depende de los periódicos o de los medios opositores que dominan la televisión y la radio recibe una dieta constante de omisión, desprecio al gobierno y sesgo de los hechos. Aun cuando los reportajes principales se aproximan a la veracidad y la profesionalidad, algo excepcional, los titulares y la presentación predeterminan el contenido.
Un ejemplo de la revista electrónica Confidencial muestra la tendencia. Carlos Fernando Chamorro, aliado del centro-derechista Movimiento Renovador Sandinista, escribió el 11 de mayo: «Nuevamente, la demagogia oficial se derrumba por su propio peso y al caerse la máscara de la retórica seudo-revolucionaria, nos queda el retrato grotesco de un proyecto personalista autoritario, cuya ineptitud al frente del gobierno amenaza con paralizar y estancar al país.» Podría haber sido escrito por un periodista de El Tiempo en Bogotá o de El Universal en Caracas.
Para esa fecha, el gobierno ya había hecho intentos de abrir un diálogo. Los líderes de la huelga los rechazaron. Se burlaron de la propuesta de parte del gobierno con el Cardenal Obando como mediador. Los transportistas amenazaron con paralizar el país. Pero para Carlos Fernando Chamorro es el gobierno el que amenazó. Chamorro, con la hipocresía habitual del centro-derecha, argumenta que el gobierno no es suficientemente radical, porque tiene una retórica seudo-revolucionaria.
A los cinco días el gobierno logró un acuerdo. ¿Cómo informó Confidencial? «Los transportistas vencieron en la tercia que el sector mantuvo con el gobierno durante doce días…» ¿Pero cómo vencieron si no lograron lo que demandaban? La demanda fue congelar los precios de combustibles a alrededor de dos dólares. No lograron la congelación, lograron aumentar un descuento. Tuvieron que acordar sentarse a negociar sin condiciones sobre si el transporte de carga podría ser beneficiario del acuerdo o no. ¿Y cómo es que los proponentes del libre comercio aplauden a los transportistas nicaragüenses por haber logrado un millonario subsidio gubernamental? Cabe esperar dentro de poco las acusaciones de irresponsabilidad fiscal.
El engranaje de la maquinaria del Americanismo
Lo absurdo es que Confidencial es una de las fuentes de noticias y análisis relativamente responsables en Nicaragua. Muestra el funcionamiento de la producción a escala industrial de noticias que promueven el Americanismo – la ideología que supone que las ideas y pensamientos sobre América Latina tienen que dar prioridad a los prejuicios estadounidenses. Las seudo-noticias se producen en América Latina con sesgo Americanista. Se transmiten a Estados Unidos, Canadá y Europa. Allí se añade comentario y sesgo. Después, el producto con valor propagandístico agregado regresa a América Latina para abonar el cultivo y cosecha de más seudo-noticias.
Y así el ciclo continúa. Este ciclo de fabricación sirve a la derecha y a sus acompañantes del centro. En América Latina los medios de derecha y centro-derecha dicen: «Mira, no es únicamente nosotros, así piensan también en América del Norte y Europa….». En Estados Unidos, Canadá y Europa los medios imperialistas dicen: «Mira, no somos nosotros los que lo decimos, así piensan en la misma América Latina ….»
Todo es un círculo mágico cerrado que permite a periodistas occidentales diseminar metáforas Americanistas infantiles como «la marea rosada» que pinta un cuadro de gobiernos uniformemente izquierdistas avanzando inexorablemente en América Latina. Hoy se usa el tono rosado. Quizás mañana se cambia al antojo de algún líder, como si fuera un asunto superficial de moda.
Pero el levantamiento de las conciencias de los pueblos en América Latina constituye un grupo de procesos impulsado por fuerzas muy diversas y profundamente arraigadas en su propia realidad. Las diferentes variedades del Americanismo eliminan la razón de ser de los procesos para negarles un tratamiento adecuado. Actúa de una manera parecida a lo del Orientalismo descrito por Edward Said. Delimita lo que es permisible o aceptable pensar de América Latina, cuál es la realidad admisible. Excluye las realidades inconvenientes.
En un ámbito más amplio se observa que casi todos los medios han acordado que los Estados Unidos, múltiple agresor mundial, un país que ha eliminado el habeas corpus, tienen autoridad moral para hablar de democracia. Se plantea que la Unión Europea, que apoya el genocidio en Gaza, que colaboró en el golpe en Haití, masacra a civiles en Afganistán y que encubrió su colaboración en los vuelos de tortura de la CIA, tiene algo que vale la pena escuchar sobre los derechos humanos. Esperan ser tomados en serio cuando señalan a los países explotadoras neocolonialistas G7 del casino-capitalismo, con sus enormes subsidios agrícolas y sus sistemas de bienestar corporativo, como si tuvieran economías eficientes y exitosas.
Perfiles caricaturescos
Si se centra el enfoque en América Latina, en concreto sobre Colombia, uno descubre que las FARC son terroristas – no una respuesta legítima de un pueblo masacrado, desplazado, reprimido diariamente. Se descubre también que las FARC son narcotraficantes. Sin embargo, se encuentra silencio al respecto de cómo, cuando tenían la oportunidad de probarlo, los acusadores retiraron los cargos de narcotráfico contra Simón Trinidad porque no tenían ninguna prueba.
En los medios cada país latinoamericano tiene su perfil que se reproduce mecánicamente. Es aceptable decir ciertas cosas y no aceptable decir otras. No se puede decir que Venezuela sea uno de los países latinoamericanos más exitosos social y económicamente con respecto a los indicadores normalmente aceptados. ¡Ni hablar! Venezuela está en crisis. Tampoco está permitido notar que Cuba se sitúa por encima de México en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU. No, Cuba está al borde de derrumbarse socio-económicamente, no México.
No se puede decir que los líderes de Venezuela y Cuba y sus gobiernos se llevan extremadamente bien con la mayoría de sus homólogos en los demás países del continente. No. Venezuela y Cuba están aislados. No se menciona el alcance continental de su solidaridad sin precedentes en lo económico, cultural, sanitario y educativo. Para el círculo mágico que escribe sobre América Latina en los medios corporativos, Cuba y Venezuela no tienen nada que ofrecer a nadie. En cambio, se presenta como héroes de la democracia en América Latina a Álvaro Uribe, Felipe Calderón y Alan García – todos beneficiarios del fraude electoral.
La derecha no tiene el monopolio sobre este tipo de mecanismos y tampoco es nueva la operación de la maquinaria ideológica del Americanismo. Uno se acuerda de que sectores de la izquierda, por ejemplo en México, vieron con mucha sospecha a Sandino durante la guerra contra la ocupación norteamericana porque Sandino no se asoció debidamente a la línea ideológica revolucionaria preferida. Ahora le toca a Daniel Ortega aguantar algo parecido.
El FSLN en Nicaragua
Como la nota de Confidencial demuestra, en Nicaragua ahora el gobierno del FSLN está atacado por ser seudo-revolucionario por el centro-derecha. Se une a las críticas de la izquierda súper-revolucionaria. Las críticas mencionan, a veces con razón, la mayoría de las veces sin razón, algunas contradicciones y debilidades y dejan fuera del análisis tanto a los avances cualitativos en un ambiente desfavorable como a los numerosos factores adversos.
Lo sorprendente es que el gobierno del FSLN ha logrado sostener su proyecto de una manera consistente y consecuente a pesar de tantos factores adversos. No tiene mayoría en la Asamblea Nacional para poder impulsar un programa legislativo propio. Ha tenido que enfrentarse a las consecuencias de altos niveles de inflación. Ha tenido que invertir cientos de millones de dólares sólo para garantizar la energía eléctrica al país.
Se ha enfrentado a la obstaculización deliberada de empresas extranjeras como Unión Fenosa y Esso. Ha tenido que manejar la enorme catástrofe del Huracán Félix en la Región Autónoma Atlántico Norte. Con casi cada paso que toma, cuenta con el sabotaje deliberado de una oposición igual de amarga como sus contrapartes en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Afortunadamente ha logrado evitar una fuga de capital y mantener niveles de inversión significantes. Las exportaciones han aumentado más de lo previsto. Los servicios de educación y salud se mejoran. La infraestructura de caminos se desarrolla sistemáticamente. Los programas de crédito y apoyo a las cooperativas agropecuarias y a las familias campesinas son más extensos de lo que han sido desde el primer gobierno revolucionario del FSLN en los años ochenta. Se ha evitado el mega-proyecto hidroeléctrico en la zona de Copalar. Se promueve un proceso innovador de consulta popular permanente.
Generalmente las críticas al gobierno se caracterizan por cinismo, hipocresía y a veces pura ignorancia. Los procesos de cambio en Nicaragua tienen su propia lógica y no se ajustan a ningun esquema rígido o mecánico ni a las metáforas superficiales estilo «marea rosada». Las contradicciones existen porque hay muchos intereses en juego. Dentro del mismo FSLN existen diversas corrientes que a veces chocan e, igualmente, a veces corren en el mismo sentido.
Esta realidad se ve muy bien a nivel local y se expresó más que claramente en las elecciones de candidatos del FSLN para las elecciones municipales de noviembre de este año, 2008. En muchos casos la gente rechazó a personas oportunistas y eligió a candidatos de probada sinceridad y capacidad. Es otra parte de la realidad de Nicaragua que los medios esconden y una señal más de la equivocación absurda de las personas que califican al gobierno del FSLN como un proyecto personalista y autoritario.
El ALBA contra el imperio del odio
Los ataques directos contra los gobiernos del ALBA son más eficaces si se hacen en un terreno ya bien preparado. Ése es el papel de los medios corporativos de información. Es un terreno sembrado durante décadas con prejuicios pre-establecidos y cultivados muy cuidadosamente, para que estén listos para la cosecha en el momento oportuno. Es un paisaje cruzado por senderos señalados con consignas mentirosas. Los límites están marcados con vallas heredadas del tiempo neo-colonial, fabricado por las diversas modalidades del Americanismo.
Su guerra de cuarta generación, que en los años ochenta se llamaba guerra de baja intensidad, despliega como estrategia integral campañas para manejar las percepciones de las masas. Son preparativos para agilizar el paso a la guerra total a nivel de base si las circunstancias lo requieren. No puede ser pura casualidad que Robert Callahan vaya como embajador a Managua en este momento. Se puede esperar una intensificación de la desestabilización con su llegada y una intervención más determinada aún para unificar la derecha y el centro-derecha en Nicaragua contra el gobierno.
Lo que es evidente es que el proyecto del ALBA es un proyecto que elimina las excusas y los pretextos que se usaban hasta hace poco para justificar el estatus quo imperialista internacional. Estados Unidos y los países de la Unión Europea no van a permitir el libre desarrollo del modelo ALBA. Van a hacer todo lo que puedan para sabotearlo porque quita poder a sus transnacionales y al modelo neocolonial de deuda+ayuda. Los discursos suaves de tipos como Thomas Shannon y sus embajadores, con sus maestrías de Escuelas de Guerra, encubren la agenda tradicional del imperio del odio – odio hacia la humanidad, odio hacia la verdad.
Toni Solo escribe en tortillaconsal.com
gracias a Agustin Velloso por ayuda y sugerencias
Notas
1. «El informe de Interpol, sólo «una opinión técnica»: Insulza», AFP, La Jornada, 16/05/2008
2. «¿Es Gobierno revolucionario radical o no revolucionario?», Carlos Fonseca Terán, Radio La Primerisima, 20/5/2008
3. «Tapar, tapar, tapar» Apolinar Díaz – Callejas, ARGENPRESS.info, 22/05/2008