Las organizaciones Bloque Popular Social por la Democracia Real (BPS), Movimiento Popular de Resistencia 12 de Octubre (MPR-12), Frente Sindical Salvadoreño (FSS), Coordinadora Nacional Agropecuaria (CNA), Alianza Social por el Cambio (ASC), Foro para la Defensa de la Constitución (FDC) y el Movimiento Nacional de Vendedores de CD, DVD y otros Productos de Marca, expresan […]
Las organizaciones Bloque Popular Social por la Democracia Real (BPS), Movimiento Popular de Resistencia 12 de Octubre (MPR-12), Frente Sindical Salvadoreño (FSS), Coordinadora Nacional Agropecuaria (CNA), Alianza Social por el Cambio (ASC), Foro para la Defensa de la Constitución (FDC) y el Movimiento Nacional de Vendedores de CD, DVD y otros Productos de Marca, expresan al pueblo salvadoreño y al país consideraciones ante la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, el próximo 1° de marzo.
El TLC ha sido impuesto sin ninguna discusión y consulta con los distintos sectores del país. El acuerdo acentuará las diferencias económicas entre Estados Unidos y El Salvador, evidenciadas en que la economía estadounidese es 950 veces más grande que la del país y con un nivel inalcanzable de competitividad. Y que al entrar en vigencia profundizará más aún las diferencias llevando a la ruina a la economía nacional.
Algunos sectores serán particularmente más afectados, como la agricultura, donde serán especialmente perjudicada las familias de alrededor de 400 mil productores de granos básicos (maíz, fríjol, arroz y maicillo) bienes de consumo de la dieta del pueblo, debido a grandes importaciones de esos productos que en Estados Unidos son subsidiados por el gobierno estadounidense y producidos con tecnologías altamente desarrolladas.
Igualmente serán afectados decenas de miles familias de productores de carne de cerdo, de res, de aves y de lácteos, pues se verán enfrentados a grandes volúmenes de importaciones contra las cuales no podrán competir; y más de 65 mil familias dedicadas actualmente al comercio informal de CD, DVD y otros productos de marca, están sufriendo persecución y represión legal, situación que empeorará al entrar en vigencia el TLC, que también dañará a decenas de miles de familias dedicadas a la venta de ropa, calzado, reloj, casettes, electrodomésticos y otros.
Para las entidades el TLC protege a los monopolios extranjeros que fabrican medicamentos, con lo cual la población en general no podrá adquirir medicinas a precios más bajo que el de los productos importados y las empresas y laboratorios nacionales serán sacados de la competencia y quebrarán. Además el TLC abre las puertas a las privatizaciones de servicios públicos de educación, salud, agua potable, generación y transmisión de energía eléctrica, de puertos y aeropuertos, afectando más aún a toda la población más pobre del país.
«Como lo hemos reiterado, el TLC es violatorio de la Constitución de la República y la soberanía nacional, ya que las transnacionales, en defensa de sus intereses, pueden demandar ante tribunales internacionales al Estado salvadoreño». A nivel general la aplicación del TLC generará: mayor desempleo y subempleo en las distintas actividades económicas (agrícola, pecuaria, industria, servicios, comercio informal y otros); intensificación de la emigración de personas fuera del país en busca de oportunidades para sobrevivir; impulso de reformas legales antilaborales, irrespeto a todas las normas laborales nacionales e internacionales y poder así establecer, el pago de salarios por debajo del mínimo establecido.
Asimismo las entidades destacan el agravamiento del deterioro del medioambiente del país, debido a los cambios en la estructura agraria y la falta de controles a las grandes empresas depredadoras de nuestros recursos naturales; consecuencias nocivas en la salud de una creciente población empobrecida; aumento de la pobreza y la miseria en el país; la inequidad de género se acentuará llevando a que mujeres tengan los peores puestos de trabajo, reciban salarios más bajos y sean más discriminadas, aumentando el riesgo de destrucción de familias y como consecuencia el número de jefas de hogar ante la migración y el desempleo; y el aumento del desequilibrio comercial del país y del déficit en las finanzas públicas.