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Canadá

Organizan una manifestación festiva contra las deportaciones, por la apertura de las fronteras y por una ciudad solidaria

Fuentes: Solidaridad Sin Fronteras

Manifestación: el domingo 18 de junio del 2017 a las 14 horas., salida desde el Parque Nelson Mandela (en la calle Victoria, entre Barclay y Bouchette, métro Plamondon). Montreal. El domingo 18 de junio, personas migrantes y refugiadas, con sus aliados y aliadas, tomarán las calles del barrio Côte-des-neiges, en Montreal. En esta marcha festiva, […]

Manifestación: el domingo 18 de junio del 2017 a las 14 horas., salida desde el Parque Nelson Mandela (en la calle Victoria, entre Barclay y Bouchette, métro Plamondon). Montreal.

El domingo 18 de junio, personas migrantes y refugiadas, con sus aliados y aliadas, tomarán las calles del barrio Côte-des-neiges, en Montreal. En esta marcha festiva, musical y familiar, demandarán el fin de las deportaciones, de las detenciones y de la doble pena, la regularización inmediata de todas las personas que se encuentran sin estatus legal, así como que Montreal se vuelva una verdadera ciudad santuario.

En el curso de los últimos meses, la retórica anti-inmigrante se ha mostrado de manera cada vez más descarada, particularmente a través de la sorprendente normalización de la extrema derecha y de los ataques racistas contra migrantes, así como de la fortificación explícita de las fronteras.

En el mes de febrero, el Consejo de la Ciudad de Montreal adoptó una moción según la cual Montreal se convertía en una «ciudad santuario», lo que dio la falsa impresión que Montreal no iba más a cooperar con la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (ASFC), y que los y las montrealenses sin papeles migratorios podían tener acceso a los servicios públicos sin tener miedo de ser expulsadas o expulsados, lo que no es cierto.

«Estos gestos tienen un impacto más bien simbólico y no ayudan a luchar contra la violencia de las fronteras. Estos gestos hacen más mal que bien, pues crean falsas expectativas» dice Graham Latham, miembro de Solidaridad Sin Fronteras y uno de los organizadores de la marcha anual.

En este contexto, las luchas de las personas migrantes, y de sus aliados y aliadas, son más importantes que nunca. Y estas luchas son también más dinámicas que nunca. Los medios dedicaron recientemente muchas de sus portadas a personas como Marcia*, una montrealense sin estatus y ciega que lucha desde hace mucho tiempo para tener acceso a servicios mínimos de salud. Los miembros de la comunidad guineana de Montreal, que luchan contra su deportación, el Colectivo de Educación sin fronteras, que reclama el acceso a una educación gratuita para los niños y niñas sin estatus, y el Colectivo de Mujeres sin Estatus, que continúa su campaña con el objetivo de obtener un estatus migratorio para ellas y para sus familias, son otros ejemplos de luchas que han ganado visibilidad últimamente.

«Tenemos que combatir las deportaciones porque ellas destruyen todo lo que hemos construido aquí», explica Barry Mohamed Diouldé, del Comité Guineano por un estatus para todas y todos. «Vivimos aquí desde hace años. Trabajamos y formamos parte de la comunidad. Aquí nos sentimos en casa».

Muchas centenas de personas continúan atravesando la frontera entre Canadá y Estados Unidos, desafiando la lógica violenta de esta frontera. Como nos lo recuerda la trágica muerte de la solicitante de asilo Mavis Otuteye, las personas alrededor del planeta son capaces de tomar riesgos enormes en busca de seguridad, de paz y de oportunidades.

«Demandamos la apertura de las fronteras porque las leyes punitivas y el control de las fronteras sólo agravan los peligros a los que las y los migrantes se enfrentan», agrega Graham Latham.

Centenas de miles de personas viven sin documentos migratorios tanto en Montreal como a través de Canadá, forzadas a sufrir la precaridad y la explotación en sus empleos, sin acceso a servicios de salud, a educación, o a otros servicios esenciales, y bajo la constante amenaza de una deportación. Marcia, quien ha vivido y trabajado en Montreal por 35 años sin estatus, es un ejemplo de los impactos cotidianos de la frontera: «Como una persona sin estatus, desde que era joven hasta mi adultez, le he dado mucho a Canadá. He trabajado muy duro, era una mano de obra muy barata. Y como no tenía estatus, no tenía acceso a atención de salud y mi salario sólo me alcanzaba para sobrevivir, no pude obtener ayuda para mi diabetes. Por esta razón, perdí la visión».

La movilización «Un estatus para todas y todos» es organizada anualmente desde el año 2004 por Solidaridad Sin Fronteras, una red de justicia migrante basada en Montreal. Solidaridad sin Fronteras milita por la apertura de las fronteras y por la libre circulación de personas en busca de justicia y dignidad.

Los medios están invitados tanto a la conferencia de prensa como a la marcha.

Los medios pueden también contactarnos en el curso de la semana para entrevistas con nuestros miembros, los que les hablarán de sus experiencias migrantes y de sus luchas colectivas en curso contra el sistema canadiense de inmigración.

Fuente: www.solidarityacrossborders.org