El terrorismo y los negocios mafiosos van de la mano. A comienzos de junio, José Antonio Llamas, quien fuera uno de los principales ejecutivos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), organización contrarrevolucionaria con sede en Miami, reveló que en los años noventa, cuando era director de esa agrupación, participó en un plan para asesinar […]
El terrorismo y los negocios mafiosos van de la mano. A comienzos de junio, José Antonio Llamas, quien fuera uno de los principales ejecutivos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), organización contrarrevolucionaria con sede en Miami, reveló que en los años noventa, cuando era director de esa agrupación, participó en un plan para asesinar al presidente de Cuba, Fidel Castro. Llamas, alias Toñín, dijo al diario miamense El Nuevo Herald, que el atentado contra el mandatario cubano se fraguó en una reunión secreta realizada en Naples, Florida, en 1993. Allí se decidió crear un nuevo grupo paramilitar de la FNCA, y él puso su nombre para pedir un crédito bancario de casi 2 millones de dólares destinados a comprar ocho barcos artillados, un helicóptero de carga, 10 aviones ultralivianos teledirigidos, abundante material explosivo y una moderna lancha rápida Midnight Express, en la que viajaría a Cuba el presidente de la Fundación, Jorge Mas Canosa, en caso de producirse la muerte de Castro o de un repentino cambio político en la isla.
Uno de los intentos para asesinar a Fidel fracasó en 1997, cuando un comando operativo de la FNCA, del que formaba parte Toñín, fue detenido por autoridades de la FBI en las costas de Puerto Rico, cuando a bordo del yate de su propiedad La Esperanza se trasladaban hacia la isla venezolana de Margarita, donde tendría lugar la séptima Cumbre Iberoamericana. Los integrantes del grupo terrorista fueron exonerados en 1999 y actualmente residen libremente en Estados Unidos. Luego de su excarcelación, al no poder cumplir con el banco, Llamas quebró como empresario. Se desligó de la organización y ahora, por venganza, acusó a varios directivos de la FNCA de haberle «estafado» 1.4 millones de dólares. El 3 de junio declaró al Herald que tiene «documentos devastadores».
Entre los acusados en la acción judicial promovida por Llamas figuran otros dos conocidos terroristas, Luis Zúñiga y José Francisco Hernández, financista y cómplice del multihomicida Luis Posadas Carriles, uno de los responsables de la voladura del avión de Cubana de Aviación sobre el cielo de Barbados. Un testigo, José Pujol, confirmó la existencia de los aviones y las embarcaciones. Pujol está citado por un jurado de instrucción de El Paso, Texas, que investiga la entrada ilegal de Posadas Carriles a Estados Unidos, procedente de Isla Mujeres, México, a comienzos de 2005. Las pruebas señalan a Pujol como el capitán del barco Santrina que introdujo al terrorista en La Florida.
A la danza de nombres de integrantes de la mafia anticastrista de Miami se agrega la acusación de Toñín, de que la «causa cubana» sirvió para que los directivos de la FNCA se enriquecieran. El mismo Llamas ha sido señalado como uno de los empresarios que en noviembre de 1995 canalizó dinero a la campaña del entonces candidato a la presidencia del gobierno español, José María Aznar. Durante una visita a Coral Gables, Aznar se fotografió con Jorge Mas Canosa y José Llamas. Luego de su elección, la próspera corporación estatal española Sintel fue vendida a la firma estadunidense MasTec International, propiedad de Mas Canosa. Aznar se benefició de esa generosa amistad, y en la actualidad, su Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), conectada directamente a las jugosas tuberías de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) y la National Endowment for Democracy (NED), es pilar de la desinformación contra Cuba en la región.
La FAES fue la plataforma desde la cual participó Aznar en el foro «La fuerza de las ideas y el futuro de América Latina», celebrada en la sede del Partido Acción Nacional (PAN), aquí en México, el 21 de febrero pasado. Allí, Aznar dijo: «Estoy aquí para decir que espero, deseo, que Felipe Calderón sea el nuevo presidente de México para el bien de todos los mexicanos». Denuncias periodísticas señalan que el español Antonio Solá, militante del Partido Popular (PP) y ex asesor de imagen de Aznar, coordinó los trabajos de propaganda de Calderón. Se dijo que socios españoles de la empresa Hildebrando, SA de CV -la del cuñado incómodo de Felipe Calderón-, que mantienen fuertes nexos con Aznar, el PP y Joaquín Moya-Angeler Cabrera, personaje de alto vuelo en el mundo de los negocios de Europa y las Américas, canalizaron financiamiento privado a Acción Nacional.
Asimismo, existen denuncias de que la NED, creada por Ronald Reagan para «legalizar» los trabajos clandestinos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), participó en el diseño de la campaña de guerra sucia mediática del PAN, así como en la canalización de fondos y la formación de cuadros de Acción Nacional.
El PP, Aznar, Vicente Fox y el panismo han sido puntales de la estrategia contra Cuba diseñada por el Departamento de Estado estadunidense. Francisco Barrio, la senadora Cecilia Romero y el secretario general del PAN, Manuel Espino, encabezaron en México el Programa Padrino, orquestado por la Comisión de Apoyo a una Cuba Libre que preside Condoleezza Rice, cuyo objetivo es proteger a mercenarios cubanos en la isla, como Marta Beatriz Roque y Oswaldo Payá. El proyecto cuenta con la participación activa de la Fundación Nacional Cubano Americana, que ha realizado una intensa acción de lobby en México. En febrero de 2005, el grupo parlamentario de Convergencia promovió en San Lázaro un punto de acuerdo solicitando a Gobernación y Relaciones Exteriores, se investigaran las actividades políticas de la FNCA en territorio mexicano.
Ahora que José Antonio Llamas abrió la boca en Miami, no sería raro que salieran a la luz pública datos sobre los aportes de la FNCA a la campaña de Fox y, eventualmente, algunas contribuciones al PAN por su padrinazgo a la contrarrevolución en Cuba.