Revisado por Caty R.
En un artículo del 19 de abril de 2008, escribí para www.rebelión.org: «Fernando Lugo es la objetivación del imaginario social de los carenciados del Paraguay» [1]. Hoy lo corrijo: no es sólo la objetivación del imaginario social de los carenciados, sino también de las personas de bien que quieren que acabe el egoísmo y que reine el deseo del beneficio de la comunidad por encima del beneficio personal. Eso no es una fantasía romántica, es realmente una actitud sabia. La rectificación proviene de lo que recogí con mi percepción atenta desde el 20 de abril hasta hoy. La justicia social, sin duda, es el remedio y el camino que hoy el gobierno de Fernando Lugo debe priorizar y prioriza.
La violencia llega a límites inaceptables simplemente porque unos pocos acumulan más de lo que necesitan en desmedro de una gran mayoría que carece de lo esencial. Eso provoca violencia por necesidad: violencia para lograr una redistribución que no llega y por eso genera espontáneamente una redistribución violenta, en la que todos pierden. Los ricos por su caída de calidad de vida, por su necesidad de moverse con guardaespaldas, por su miedo. Los pobres por la mayor represión por ser los «sospechosos de siempre». Los pobres, además, porque son víctimas de otros pobres para robarles su celular o su calzado deportivo. Y por fin, los delincuentes que pueden recibir un certero balazo en la cabeza por su osadía.
El importante diario de Asunción ABC Color, publicó el 28/09/08 un artículo con un título angustiante: «La policía aconseja portar armas», q ue amplía en el texto: » La Policía Nacional , que evidentemente se ve rebasada en su capacidad para hacer frente a la ola delictiva, recomienda a la población portar armas con licencia, para defenderse de los delincuentes. La gente, además, debe estudiar karate, kung-fu o judo, para evitar que los malvivientes atenten contra su integridad física» [2].
En realidad se apoya en un precepto constitucional (art. 15, in fine ) que dice: Nadie podrá hacer justicia por sí mismo ni reclamar sus derechos con violencia. Pero se garantiza la legítima defensa.
Es claro que ABC no es imparcial, es el vocero de la burguesía paraguaya actualmente asustada por la posibilidad de que sus privilegios mengüen. Lo que ocurre hoy ya ocurría antes de que Lugo asumiese la presidencia, aunque ahora aparecen nuevas modalidades como la de asaltos en fiestas de cumpleaños.
De todas maneras es cierto: Los violentos superan a la capacidad de control de la Policía Nacional.
¿Qué hacer? Humildemente creo que la recomendación de la Policía Nacional es nefasta. Muchos chicos amantes de las francachelas morirán a manos de sus padres al volver borrachos y entrar por las ventanas por haber perdido sus llaves. En la etapa crítica no hay más remedio que recurrir al ejército para apoyar a la policía. No es la primera ni la última vez que ocurrirá en el mundo. Como segunda, pero primera en importancia, acabar con el disparate del capitalismo salvaje que reina en Paraguay. Ésta y no otra es la verdadera causa de la violencia de los desesperados.
¿Cómo acabar con el capitalismo salvaje? Simple, muy simple.
Primero . Un tercio de las tierras del Paraguay han sido recibidas -ilegalmente, por cierto- con la excusa de la reforma agraria, por magnates que sólo las necesitan para alardear de que son hacendados, nunca por necesidad [3]. Volvamos pues a las «estancias de la patria» creadas por Gaspar Rodríguez de Francia (propiedades del Estado cedidas en usufructo pero no en propiedad a los campesinos, con lo que no generan el sentido de propiedad privada), para dotar a los necesitados de fuente de trabajo, con el consiguiente apoyo técnico del Ministerio de Agricultura. Pero no sólo eso.
Segundo . Los trabajadores deben tener un salario digno, con participación en las ganancias de la empresa. En una sociedad con desocupados y capitalismo salvaje, a los trabajadores se les trata peor que a los esclavos. Los salarios por norma general corresponden al salario mínimo (o menos cuando el capitalista no teme a los controles del Ministerio de Trabajo -hasta ahora con razón-). El salario mínimo es considerado suficiente por los iluminados congresistas para los ciudadanos de los cuales se sirven, mientras que ellos contraviniendo toda lógica aristotélica ¡se asignan estipendios que representan 20 veces esos salarios! Las empresas gozan y acumulan; el salario o en otras palabras la humanidad son el factor de ajuste.
Tercero. La actual propuesta para la renta personal (que viene del gobierno anterior) es la que rige en el neoliberalismo: impuesto porcentualmente igual para todos. ¿Qué es eso del impuesto a la renta personal plano? ¡Nada de eso! Quien más gana no sólo debe aportar más, sino también proporcionalmente más . Hay una patología, nacida con el capitalismo liberal, que hace que ciertas personas quieran ser dioses: por su poder y sus absurdas fantasías de inmortalidad. Potenciadas ambas por la imbecilidad del calvinismo de proclamar que el éxito material es un adelanto de lo que sucederá después de la muerte (sólo dudosa para los que se creen inmortales por poseer fama, dinero y poder). Pero como bien decía Gandhi, en un Estado capitalista liberal no castigar al que reinvierte para crear más fuentes de trabajo sin destruir otras (competencia), sino al que acumula.
Y… ¿Qué hacer con lo recaudado? Algo revolucionario que los medios dominados por los poderosos no difunden ¡Acabar con la pobreza extrema y por lo tanto con los delincuentes por desesperación con una renta básica ciudadana! Pero, ¿qué es la Renta Básica ? Nuestro amigo Daniel Raventós, presidente de la red Renta Básica nos dice: «se trata de un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente acreditado de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta y sin importar con quién conviva. Esta propuesta tiene antecedentes históricos muy lejanos que se remontan a autores como Thomas Payne, Charles Fourier, Herbert Spencer, Henry George, Thomas Spence y Bertrand Russell. Pero con la creación del Basic Income European (desde el año 2004 Earth) Network en 1986, la propuesta de la RB cobró un gran impulso, especialmente en los últimos 9 ó 10 años» [4]. Es claro que los medios dominados por los poderosos no lo dicen, pero es ley en Brasil desde enero de 2004, con idea de aplicación progresiva desde los más necesitados hasta abarcar a todos los ciudadanos del país [5].
Notas:
[1] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=66258
[2] http://www.abc.com.py/2008-09-28/articulos/454982/la-policia-aconseja-portar-armas
[3] Efraín Alegre Sasiain (actual ministro de Obras Públicas y Comunicaciones del gobierno de Lugo) y Aníbal Orué Pozzo: «La tierra en Paraguay, 1947-2007, 60 años de entrega del patrimonio nacional. Stroessner y el Partido Colorado» http://www.abc.com.py/articulos.php?pid=443617&fec=2008-08-21
[4] http://www.nodo50.org/redrentabasica/descargas/ahotik.pdf
[5] http://www.vermelho.org.br/diario/2004/0109/0109_renda_minimab.asp
Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la revisora y la fuente.