La Coordinadora por el Retiro de las Tropas de Haití, el Servicio Paz y Justicia Uruguay y la Fundación Vivian Trías organizaron el jueves un panel en el Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar) para hablar sobre la situación de ese país, en el que opera desde hace diez años la Misión de […]
La Coordinadora por el Retiro de las Tropas de Haití, el Servicio Paz y Justicia Uruguay y la Fundación Vivian Trías organizaron el jueves un panel en el Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar) para hablar sobre la situación de ese país, en el que opera desde hace diez años la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah, por su acrónimo en francés), con participación de efectivos militares de varios países de América Latina, entre ellos Uruguay.
El Paraninfo estaba decorado con una bandera de Haití y una pancarta con la consigna «Basta de ocupación militar». Antes de que comenzara la actividad se escucharon las estrofas del himno haitiano y luego el rector de la Udelar, Roberto Markarian, procedió a la apertura, con la lectura de la declaración del Consejo Directivo Central (CDC) de la Udelar del 12 de noviembre de 2013 que expresa que «Haití es un pequeño país subdesarrollado y empobrecido, víctima de una intervención externa que fue resuelta por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante un conflicto interno producto de un golpe de Estado que derrocó a su presidente electo» y que, pese a que transcurrió una década, desde entonces no se ha logrado «cumplir cabalmente el objetivo de la misión de asegurar la estabilidad interna y devolverles a los haitianos su capacidad de autodeterminación». Por lo tanto, el CDC «se solidariza con el pueblo de Haití y acompaña la demanda internacional de retiro de las tropas de la Minustah y el establecimiento de un calendario acordado para comenzar y concluir dicho retiro», finalizó Markarian.
Por mención de la organización hubo aplausos para los ex diputados del Frente Amplio Guillermo Chifflet y Esteban Pérez, que renunciaron a sus bancas, el primero en 2005 y el segundo en 2013, después de votar en contra de la prórroga a la permanencia de las tropas uruguayas en Haití. Después se dio lectura a una declaración de la Coordinadora por el Retiro de las Tropas de Haití que recuerda que el presidente José Mujica había expresado que si no se convocaba a elecciones iba a retirar a los efectivos uruguayos, y que el Parlamento lo facultó para tomar esa decisión en cualquier momento.
El integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT Edgardo Oyenart destacó la posición de la central «por el retiro de las tropas y el respeto del derecho de los pueblos a la autodeterminación», y señaló que se siente avergonzado por «el solo hecho de haber ido». «No fue un destacamento de médicos, de maestros, de trabajadores a dar su solidaridad a Haití. Fue el Ejército», agregó.
Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, se preguntó cómo hubieran reaccionado los argentinos y los uruguayos si cuando ocurrieron los golpes de Estado en sus países la ONU «los hubiera invadido para controlar y dar instrucciones». «Ya son diez años en los que el pueblo haitiano vive con esos entes extraños que vigilan, violan mujeres y niños, les comen su comida, les toman su agua», expresó. Cortiñas pidió a los presentes que «no bajen los brazos» y que sigan «hablándole al presidente Mujica», porque «él está escuchando a su pueblo» y puede «ser el primero en retirar las tropas y así marcar el camino de otros países».
Henry Boisrolin, referente del Comité Democrático Haitiano, dijo que la ONU prepara «una nueva ingeniería» que llevaría a reducir el contingente militar a 2.000 efectivos, porque «han fracasado», y pidió que haya «más confianza en el publo haitiano», que puede resolver sus problemas sin injerencias externas.
Finalmente, también de Argentina llegó el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien se había reunido más temprano con Mujica. Dijo que el primer mandatario está a favor del retiro de las tropas, pero que quiere «encontrar los caminos más adecuados para hacerlo». Sin embargo, sostuvo que las soluciones «no vienen de arriba para abajo, sino cuando lo pueblos se vuelven protagonistas», y agregó que para eso hay que unirse y «desarrollar una conciencia crítica». Luego dijo que el cólera que llevaron los cascos azules a Haití lleva 9.000 muertos y más de 100.000 infectados, y que a los militares «no les interesa dejar» Haití «porque hacen turismo militar para luego aplicar la experiencia para reprimir a sus propios pueblos». «Seguimos sometidos a una cultura de dominación y colonialismo cultural. Más peligroso que los monocultivos de soja es el monocultivo de las mentes. Tenemos que generar otra actitud. Lo que le pasa al pueblo haitiano nos está pasando a nosotros también. O nos libramos juntos o vamos a ser dominados juntos. La forma de enfrentar eso es la rebeldía», concluyó Pérez Esquivel.