Recomiendo:
0

Guatemala

Posicionamiento de organizaciones de Pueblos Indígenas ante la situación nacional.

Fuentes: Rebelión / El Periódico de Guatemala

Los indígenas de Iximulew vivimos una era de desencanto y somos testigos del desmoronamiento de los paradigmas de la igualdad que ofrecía la poca inspirada pero profundamente racista democracia liberal que nos fue impuesta luego de tres siglos de colonización, del fracaso del Estado segregador y del descalabro de los modelos asimilacionistas, integracionistas, desarrollistas y […]

Los indígenas de Iximulew vivimos una era de desencanto y somos testigos del desmoronamiento de los paradigmas de la igualdad que ofrecía la poca inspirada pero profundamente racista democracia liberal que nos fue impuesta luego de tres siglos de colonización, del fracaso del Estado segregador y del descalabro de los modelos asimilacionistas, integracionistas, desarrollistas y multicultural que se impulsaron el siglo pasado para doblegarnos como pueblos. A pesar del impulso de estos procesos estatales logramos mantenernos y sostener nuestras demandas aunque ha implicado recorrer una larga y sangrienta historia de injusticias. Reconocemos que nuestra fortaleza y continuidad colectiva se ha basado en no haber tirado a la basura los principios ancestrales de nuestras abuelas, de los ancianos y de los principales de nuestras comunidades.

Hoy vemos que la famosa transición de la dictadura a la democracia no fue exitosa, como lo vendían las élites, sino excluyentes para los indígenas porque como pueblos no disfrutamos de la libertad, justicia e igualdad política y económica. Por el contrario, la economía de mercado capitalista ha representado un peligro para las formas propias de organización social, minando la solidaridad, perdiendo nuestros territorios, negándonos procesos de autonomía y haciendo cada vez más lejano el alcance de la justicia social. Por eso, planteamos que el rol político del Estado ha sido ineficaz frente a las múltiples urgencias de los pueblos indígenas, a pesar de nuestra activa participación en la producción económica nacional.

Por lo que pedimos a nuestros hermanos, especialmente a los más pobres, mantener los principios y la fortaleza en momentos de decadencia y no permitir ser usados, presionados o condicionados por míseras prebendas que denigran nuestra dignidad. Nosotros somos sujetos de derechos históricos y colectivos en materia política económica, social y cultural. Por lo tanto, ante el fracaso del modelo de Estado que nos mantiene sumidos en una ola de violencia, pobreza e ingobernabilidad y a un paso de caer en una convulsión social.

 Manifestamos:

– Nuestra profunda preocupación por el asesinato cotidiano e imparable de niñas, mujeres, adolescentes, pilotos de buses, estudiantes, obreros, campesinos, empresarios, dirigentes comunitarios y espirituales en todo el país.
– Recordamos que la situación que mantiene a los Pueblos Indígenas, que son la mayoría de la población, en condición de servidumbre radica en el Estado fallido y ajeno que las élites se empeñan en reproducir y mantener. Por eso, no es casualidad que el Acuerdo sobre Identidad y Derecho de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, no se asuman como compromisos de Estado. Además, denunciamos que ha existido un retraso intencionado en el Congreso de la República para no aprobar leyes específicas que reconocen y promueven nuestros derechos como la Ley de Lugares Sagrados, Ley de Consulta a Pueblos Indígenas, Ley de Generalización de Educación Bilingüe, Ley de Jurisdicción Indígena y las reformas a la Ley de Consejos de Desarrollo, por mencionar algunas que fueron elaboradas e impulsadas por comunidades y organizaciones indígenas.
– A pesar del reconocimiento discursivo del racismo poco ha hecho el Estado para enfrentar las raíces de esta opresión. Por lo que el sector privado y los partidos políticos han seguido beneficiándose de los privilegios que reproduce la desigual jerarquía racial que prevalece en el país.

Por lo anterior exigimos:

– Que el Estado investigue los asesinatos a partir de 1954, por todos y cada uno de estos crímenes demandamos que se realice una profunda investigación y castigo a los responsables intelectuales y materiales.
– Que el Estado de Guatemala reconozca que cometió genocidio en contra del Pueblo Maya de 1978 a 1984 y que juzgue a los responsables intelectuales y materiales.
– Que la coyuntura actual no se utilice como pretexto, del Estado y del sector privado, para frenar la necesaria y urgente reforma fiscal.
– Que el gobierno y los partidos políticos no exploten la pobreza de la mayoría de la población indígena para transportarla a la capital y coaccionarla a participar en manifestaciones.
– Que se impulse la construcción de un modelo de desarrollo económico justo que respete los territorios indígenas, los derechos sobre los recursos, la identidad y los valores que los Pueblos Indígenas mantienen hacia la Madre Naturaleza.
– Que se inicie una reforma estructural del Estado de oligárquico y corporativo a uno verdaderamente democrático y de bien común. De practicante del racismo legal, institucional y estructural a uno que sea promotor del derecho a la diferencia. Y de centralizado y unitario a un Estado de autonomías.

A estas alturas es erróneo asumir que por definición los Pueblos Indígenas estamos en contra del Estado, pero sí estamos en contra de continuar al margen de los procesos políticos y administrativos que busquen la redefinición de los tres poderes del Estado. Por lo que no legitimamos, ni aceptamos la subordinación. Tampoco apoyamos una sociedad que institucionalice una visión única de vida, que promueve el egoísmo, el consumismo desmedido y que fomente la corrupción.

No queremos una sociedad sin normas en donde no se respeta la vida individual y colectiva de cualquiera de los pueblos, pero sólo reconociendo hasta dónde ha caído la clase política y el grado de fracaso del Estado guatemalteco se que podremos visualizar como actores conscientes propuestas, porque lo que está en juego, no es sencillamente la defensa de la institucionalidad, sino qué tipo de sociedad podemos construir con lo que ha quedado, para poder iniciar el cierre de esta era de ambición, desilusión y exclusión de la democracia elitista.

• Asociación de Pueblos Indígenas de Huehuetenango contra la Minería. • Conferencia Nacional de Ministros de la Espiritualidad Maya Oxlajuj Ajpop. • Consejo Nacional de Artista Indígenas. • Consejo Nacional de Educación Maya, CNEM. • Consejo Observancia de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, Sotz’il. • Consejo Trece B’aqtun. • Rajpop ri Maya Amaq’ Consejo de Organizaciones Mayas de Guatemala, COMG. • Coordinadora Campesina Marquense Madre Tierra, Nan Tx’Otx´, ACOMNAT. • Asociación Mujer Tejedora del Desarrollo, AMUTED. • Fundación Rigoberta Menchú Tum. • Alcaldía Indígena de los Cuarenta y Ocho Cantones de Chwimiq’ina’, Totonicapán. • Colectivo Tz’onoj Tzij. • Iniciativa E’. Job’ Ix, Chi Iximulew Guatemala, 14 de junio de 2009. Con el apoyo del Mecanismo de los Pueblos Indígenas Oxlajuj Tz’ikin.

Fuente: El Periódico de Guatemala, 14 de junio de 2009. Página 13.Campo Pagado.