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¿Qué tan activo es Blackwater en Pakistán?

Fuentes: Uruknet

Traducción Susana Merino

 

El conocido contratista privado Blackwater está extendiendo sus tentáculos en Pakistán y realizando actividades encubiertas en nombre de organismos de EE.UU.

Blackwater cambió su nombre a Xe Services el año pasado, pero todavía es comúnmente conocido por su nombre anterior.

No hace mucho tiempo, una ola de preocupación recorrió Pakistán, cuando los medios de comunicación locales comenzaron a denunciar la creciente infiltración de Blackwater en el país y sus dudosas actividades. La creciente presión para expulsar a este infame contratista de defensa de los EEUU ha puesto al gobierno de Zardari contra las cuerdas. No puede ignorar la presión pública ni desagradar a sus benefactores en Washington. Finalmente ha optado por negar con vehemencia esas historias. El ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik, dijo públicamente que renunciaría si se encuentran evidencias de que Blackwater está operando en cualquier lugar en Pakistán, como si su dimisión fuera una gran pérdida para el pueblo.

El fundador de Blackwater Eric Prince prestó testimonio en una audiencia del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental en octubre de 2007.

Esos comentarios fueron denunciados también como propaganda falsa por parte de funcionarios de los EEUU. En respuesta a las acusaciones de que la Embajada de EEUU patrocinaba a Blackwater, la embajadora de los EEUU, Anne Patterson, insistió en que «Blackwater no está operando en Pakistán». Afirmó que los periodistas paquistaníes estaban «terriblemente equivocados ,» y los acusó de poner en peligro la seguridad del personal de EE.UU. en Pakistán. Poco después, durante su visita, la secretaria Clinton, esquivó las preguntas sobre el tema.

Recientes informaciones demuestran que el temor de los paquistaníes es fundado. Blackwater no sólo ha estado trabajando en Pakistán, sino que su presencia es más fuerte día a día.

¿Quién puede saber más sobre la presencia o ausencia de Blackwater en Pakistán que su propietario? El solitario dueño del infame imperio Blackwater, Eric Prince, reconoce en una cinta de audio de la revista neoyorkina The Nation, que su organización trabaja en Pakistán. Lo dijo en un discurso en la Universidad de Michigan a principios de año.

En respuesta a la pregunta sobre si los individuos armados que trabajaban para Blackwater podrían ser calificados como ‘combatientes ilegales’ y no estar por lo tanto protegidos por los Convenios de Ginebra, Prince dijo con desprecio: » Eso me lo preguntan todo el tiempo ¿No le preocupa que su gente no esté cubierta por la Convención de Ginebra (durante sus acciones) en lugares como Irak o Afganistán o Pakistán? Y les respondo: «De ningún modo, porque esa gente ni sabe dónde queda Ginebra, ni mucho menos qué clase de convención hubo allí.»

¿Pudo ser más claro Prince? Y uno se pregunta cómo el ministro del Interior de Pakistán o la Embajadora Patterson podrían desmentirlo y se pregunta también si no es hora de que el ministro del Interior cumpla con su promesa de renunciar y de que la embajadora Anne Patterson se disculpe ante el pueblo de Pakistán por hacer declaraciones falsas.

La realidad es que se trata de verdades que se niegan a desaparecer. El pueblo de Pakistán nunca tomó en serio a la Embajadora de los EEUU debido a su desconfianza hacia los EEUU y a sus políticas en beneficio propio, ni dio tampoco ningún crédito a la negativa de su propio gobierno, sabiendo de donde proceden. Está convencido de que este conocido contratista privado está extendiendo sus tentáculos en Pakistán y realizando operaciones encubiertas en nombre de organismos de los EE.UU. Crece el temor de que Pakistán caiga, como Irak y Afganistán en las manos de los agentes de Blackwater.

Blackwater, considerado como el más conocido ejército de mercenarios, que cambió recientemente su nombre por el de ‘Xe Services LLC «debido a problemas legales relacionados con actividades ilícitas», ha desempeñado un papel crucial en las guerras estadounidenses en Irak, Afganistán y ahora Pakistán. Desde el comienzo de la «guerra contra el terror» de Bush ha llevado a cabo operaciones secretas e ilegales que la CIA, el Pentágono o del Departamento de Estado no podían realizar debido a restricciones del Congreso.

Blackwater ha firmado multimillonarios contratos anualmente renovables, que le permiten a los EE.UU. eludir las restricciones del Congreso y lograr sus objetivos en esos países sin el despliegue de soldados uniformados que afectarían la sensibilidad política. Como Eric Prince declaró: «… el sector privado puede operar allí con una muy, muy pequeña visibilidad «. Y además hay que enfrentar el temor a las responsabilidades. Los agentes de Blackwater trabajan habitualmente disfrazados como por ejemplo de trabajadores de ayuda humanitaria.

En Pakistán, como en otros países, Blackwater forma parte de un laberinto que incluye a la CIA, al Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC), al Pentágono y al Departamento de Estado y se aboca a la realización de muy variadas operaciones. Además, la gente y los medios de comunicación perciben que están involucrados en la destrucción programada de la esencia naciónal pakistaní a través de atentados suicidas, de la incentivación del extremismo religioso y del apoyo a los movimientos nacionalistas y separatistas, utilizando paquistaníes cuyas lealtades están en venta.

En Pakistán se sabe que los agentes de Blackwater se hallan ubicados en zonas clave para el espionaje y la vigilancia de los intereses de EEUU. Jeremy Scahill, autor del bestseller del New York Times Blackwater, en su artículo «La guerra secreta de EEUU en Pakistán» dice: «En una base de operaciones encubiertas dirigida por el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC) de los EEUU, ubicada en la ciudad portuaria paquistaní de Karachi, se hallan ubicados en el centro de un programa secreto, los miembros de una división de élite de Blackwater que planifican los asesinatos selectivos de presuntos miembros del Talibán y agentes de Al Qaeda, que «asaltan y toman» objetivos de alto valor y realizan otras acciones sensibles dentro y fuera de Pakistán. »

Y sigue diciendo: «los agentes de Blackwater realizan también inteligencia y ayudan a dirigir campañas militares secretas de bombardeos de EE.UU. que corren en paralelo con los bien documentados ataques depredadores de la CIA, según una fuente del aparato de inteligencia militar de los EEUU». Citando una fuente de inteligencia militar, agrega: «el equipo de Blackwater en Karachi también ayuda a los planes de la JSOC contra el Movimiento Islámico de Uzbekistán, dentro de Uzbekistán «.

Jeremy Scahill informa además que el Pentágono ha contratado también a una empresa propiedad de paquistaníes influyentes estrechamente vínculados con Eric Prince, para el transporte terrestre de grandes cargamentos de armas con destino a Afganistán desde Port Qasim en Karachi. Es igualmente interesante saber que la seguridad de los envíos ha sido encomendada a agentes de Blackwater que trabajan disfrazados.

Con el gobierno de Zardari acorralado a raíz del escándalo de Blackwater del año pasado, los usamericanos encontraron, para su disgusto que la oficina de relaciones exteriores de Pakistán, se resistía la emitir un número ilimitado de visas, como en el pasado. Esta vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores negó visados a un grupo inusualmente grande de 300 funcionarios no diplomáticos que figuraban como «funcionarios de la defensa» sin examinar sus propósitos para entrar ni sus antecedentes. El Ministerio de Relaciones Exteriores ha sido también reacio a responder al pedido de los EEUU. de concederles visados diplomáticos y permitir privilegios como la eximición de las inspecciones aduaneras al equipaje. No sólo hubiera sido antirreglamentario sino que despertó sospechas sobre la naturaleza de la carga de ese personal destinado a Pakistán.

Washington justificó esa inusualmente gran cantidad diciendo que ese personal estaba asignado a concretar la ayuda que se estaba acordando a Pakistán. «…. Sólo necesitamos más visados para la gente que tiene que trabajar para ayudar a Pakistán y así poder avanzar en cuestiones económicas, de seguridad y relacionadas con la agricultura», dijo el portavoz del Departamento de Estado PJ Crowley. Luego, para corroborar su afirmación sostuvo el desembolso de la ayuda económica prometida. Luego fue más allá considerando rutinarios los visados de los diplomáticos pakistaníes trasladados a Washington.

Sin embargo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán capituló finalmente ante las demandas de Washington, al parecer, después de la visita de la secretaria Clinton y del Embajador Holbrooke a Islamabad, quienes prometieron «claridad en el desarrollo de los proyectos de asistencia» a cambio de las visas.

La insistencia del Departamento de Estado de los EEUU en obtener visas para personal que inicialmente no calificaba para la oficina de Relaciones Exteriores de Pakistán hace que este personal parezca sospechoso. Y aparece aún como más dudoso debido a los informes y a que los datos recogidos en las solicitudes de visado eran incompletos y evasivos. Parecía evidente que bajo la cobertura de las visas diplomáticas, estaban siendo introducidos de contrabando en Pakistán, mayor cantidad de empleados de los contratistas privados estadounidenses »

Según se informa, alrededor de 180 agentes de EE.UU del operativo Cobra incluido el personal de Xe, han sido instalados recientemente en secreto en Islamabad, Lahore, Karachi y Quetta, y se esperan aún más. Los organismos de inteligencia de los EEUU creen que miembros de Al-Qaeda y otros líderes talibanes se esconden en Karachi, Quetta y Peshawar. También hay informes de que unos 650 ciudadanos de los EEUU, entre ellos 200 infantes de marina están en camino o han llegado ya por la cantidad de visados de entrada múltiple otorgada por la Embajada de Pakistán en Washington con especial autorización del presidente Zardari al Embajador de Pakistán Haqqani. No hubiera habido necesidad de ninguna autorización especial si las solicitudes de visados de los EEUU se hubieran realizado conforme a las normas vigentes. Es evidente que las reglas tenían que ser transgredidas..

Aún con el temor de que la CIA, el JSOC, el Pentágono y el Departamento de Estado no duden en hacer pasar a los agentes de sus contratistas privados como «funcionarios de defensa, la flexibilidad en el otorgamiento de visados es una locura suicida. En todo caso, este es un indicador de hasta qué punto la soberanía y la seguridad del Estado están siendo comprometidos por el gobierno de Zardari por una asistencia económica que los estadounidenses realmente no pueden detener indefinidamente. ¿Por qué el presidente Zardari olvida que los norteamericanos necesitan a Pakistán y el darle asistencia económica a Pakistán es en el propio interés de Estados Unidos, mucho más que en el de Pakistán?

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