Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
La nueva estrategia de Obama, que es el resultado de la misma mentalidad que quiere continuar la ocupación de Afganistán por medios militares, aumentará la anarquía que prevalece en ese país. De hecho, los estadounidenses son responsables de la caótica situación. Entregaron el poder a tristemente célebres señores de la guerra, funcionarios venales y gobernadores vinculados a la mafia.
Pero, a pesar de todo, afirman que quieren un gobierno limpio en Kabul mientras sus convoyes logísticos son escoltados por algunas milicias asesinas involucradas en secuestros y en impuestos arbitrarios. Hay cientos de milicias privadas no registradas en Afganistán bajo el nombre de guardias de seguridad que transportan heroína en vehículos oficiales. Esas milicias tienen vínculos con señores de la guerra que controlan altas posiciones gubernamentales. Realizan impunemente sus actividades criminales.
Los señores de la guerra usurpan tierras y edificios del gobierno y del pueblo. Nadie puede preguntarles por qué. Un terreno gubernamental en Shirpur, ubicado al noreste de la ciudad de Kabul es un buen ejemplo. Otrora propiedad del Ministerio de Defensa, ahora es un área exclusiva usurpada por los señores de la guerra que han construido lujosas casas. El propio Karzai ha otorgado entre 2.400 y 2.800 hectáreas a sus favoritos. Muchos contrabandistas de drogas que fueron sentenciados a prisión por los tribunales han sido liberados por decretos del presidente.
El general Khudaidad, ministro de la campaña de narcóticos del gobierno de Kabul, ha reconocido en una conferencia de prensa que oficiales militares de EE.UU. tienen que ver con el narcotráfico. Abdul Jabbar Sabit, ex procurador general del gobierno de Kabul, dice que no pudo dar con algunos gobernadores de mala fama involucrados en el narcotráfico y en sobornos porque están protegidos por personas importantes en el gobierno. Finalmente, Abdul Jabar Sabit se vio obligado a renunciar. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton se ha referido en numerosas ocasiones a Afganistán como Estado Mafioso pero no dijo que el Estado Mafioso era la obra de EE.UU.
Analistas independientes de todo el mundo creen que EE.UU. quiere mantener un gobierno corrupto instalado en Kabul porque suministrará una justificación para mantener la presencia militar estadounidense en el país. De la misma manera, por una parte, el consejero de seguridad de la Casa Blanca, James Jones, dice que hay menos de 100 miembros de al Qaeda en Afganistán, y por otra, Obama envía 30.000 soldados más a Afganistán. Esta gran laguna entre las palabras y los hechos muestra que EE.UU. tiene otros objetivos colonialistas en Afganistán y en la región, ostensiblemente en nombre de la llamada Guerra contra el Terror. Además, afirma que quiere resolver el problema afgano mediante negociaciones y reconciliación; pero en la práctica quiere que los muyahidín depongan las armas y acepten la Constitución concebida y tramada por EE.UU. y mantener sus bases en Afganistán durante un período prolongado. Por lo tanto, bajo la estratagema de la negociación, la Casa Blanca se propone encontrar un pretexto para continuar su ocupación de Afganistán.
Los afganos, en particular el Emirato Islámico de Afganistán, no tienen planes de entrometerse en los asuntos internos de otros países y están dispuestos a dar garantías legales si las fuerzas extranjeras se retiran de Afganistán. Pero los muyahidín no están dispuestos a permitir bases extranjeras en Afganistán ni a negociar la independencia del país. Irónicamente, después de la invasión estadounidense de Afganistán, el país se ha convertido en un campo de batalla de agencias de inteligencia rivales que están vinculadas al régimen de Kabul y tienen planes ocultos contra países vecinos.
Las explosiones de bombas en sitios públicos son obra de esas agencias. Mientras más se queden las tropas extranjeras en Afganistán, más sucesos horripilantes de esa clase tendrán lugar. Actualmente, los muyahidín son la única fuerza que quiere liberar a los afganos y a su país de ser un rehén en la telaraña de las agencias extranjeras. Con la victoria de los muyahidín en Afganistán, toda la región dará un suspiro de alivio y terminará el actual derramamiento de sangre. Pero la ayuda a que los muyahidín liberen la región del vórtice de las maquinaciones colonialistas es responsabilidad de todos los que tienen una conciencia libre.
Sitio oficial en la Red del Emirato Islámico de Afganistán (talibanes)
Fuente: http://www.