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¿Quieren parar la guerra? Parece que no

Fuentes: Rebelión

Vemos que la guerra entre Rusia y Ucrania sigue adelante. Se ha cumplido un mes, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al terminar la reunión con el presidente de EE.UU., Joe Biden, ha señalado que van a seguir suministrando armamento y apoyo militar a Ucrania y que han reforzado las sanciones contra Rusia.

Lamentablemente, los EE.UU. y la Unión Europea, y su alianza militar de la OTAN, en vez de ayudar a buscar soluciones y acuerdos, para lograr que se ponga fin a este conflicto, van a seguir alimentando la guerra.

Es importante decir que las sanciones económicas contra Rusia, y la misma guerra, están dañando a todas las naciones del planeta. Ya la FAO ha advertido que aumentará el hambre en todo el mundo.

Los oligarcas de Estados Unidos y la Unión Europea, y sus presidentes y funcionarios, sus grandes corporaciones, tienen sus sueldos y riqueza asegurada, pero millones de personas comunes enfrentamos ya el aumento de los precios y el aumento de la pobreza a causa de las guerras que alimentan y que provocan, desde el fin de la segunda guerra mundial, incluyendo los golpes de Estado que han instigado.

Quienes tengan memoria sabrán que EE.UU. sabe muy bien cómo aplicar el manual para generar conflictos y el caos en el mundo aunque sean otros quienes se enfrenten y mueran.

Mientras vemos la destrucción y la muerte allá tan lejos, empujada por la irresponsabilidad de EEUU, la Unión Europea, y la OTAN -al no querer aceptar, meses atrás, un acuerdo diplomático con Rusia cuando se les ofreció- también nuestras vidas, silenciosamente, siguen siendo destruidas por los que dicen ser los líderes del mundo libre.

Sin dudas, la guerra entre Rusia y Ucrania no se está abordando con responsabilidad por parte de EE.UU. y la Unión Europea. Defender la paz, y poner el alto a una guerra implica abordar las cuestiones de fondo que encierran los conflictos y buscar soluciones no violentas y justas para las partes que se enfrentan. En ningún caso, tomar partido y echar gasolina a la hoguera podrá ser útil para la paz.

La guerra no es buena para nadie, ni para Ucrania ni para Rusia, y es urgente que termine cuanto antes. Por lo mismo, los pueblos y las naciones del mundo debemos abogar por negociaciones serias y de alto nivel con el fin urgente de lograr un Acuerdo de Paz, entre Rusia y Ucrania, y poner alto al fuego.

Quienes seguimos de cerca este conflicto, podemos observar que existen elementos que indican que se podría llegar a una acuerdo si es real la voluntad expresada por Ucrania que no ingresará a la OTAN. También, como alternativa de negociación, se pueden retomar los Acuerdos de Minsk, con mayor acompañamiento internacional, para resolver las diferencias y parar la guerra del Estado ucraniano contra los territorios de Donbass y Lugansk. En estas regiones viven millones de personas de lengua rusa que también merecen vivir en paz.

Es necesario darle una oportunidad al diálogo, al encuentro de soluciones y acuerdos, y no seguir echando leña al fuego enviando armas y municiones a Ucrania. Lamentablemente, todo apunta a que EEUU y la Unión Europea no quieren que esta guerra termine sino harían más por una solución negociada del conflicto.

Es triste seguir pensando que la única explicación posible para que siga esta guerra, entre Rusia y Ucrania, son los planes estratégicos de EE.UU. Sus objetivos maquiavélicos, no sólo es seguir aumentando las extraordinarias ganancias que da este conflicto bélico, donde ya ha aumentado el gasto militar y la dependencia militar de la Unión Europea con EEUU, su fin es sacar del camino a Rusia, generar el mayor daño posible, de paso seguir debilitando a la Unión Europea para mantener la hegemonía estadounidense. Todo esto para luego intentar destruir a China, como segundo paso estratégico, como ya nos predicen sus planes y el mismo acuerdo militar Aukus.

Lo que está en disputa, más allá del conflicto entre Rusia y Ucrania, es la lucha por mantener un mundo unipolar, dirigido a su antojo por EEUU, y, por otro lado, la emergencia de un mundo que quiere nacer, un mundo que quiere ser multipolar, donde existan relaciones de respeto entre los pueblos, donde se promueva la paz, la colaboración, y donde hayan garantías de una seguridad común donde nadie amenace o agreda a los demás.

*Pablo Ruiz es periodista y parte del Observatorio para el cierre de la Escuela de las Américas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.