El candidato izquierdista Rafael Correa será previsiblemente el nuevo presidente de Ecuador. Tanto las encuestas a pie de urna como los primeros resultados oficiales le dan como vencedor de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas ayer, en las que disputaba el puesto al conservador Álvaro Noboa. Con un 34% de los votos escrutados, […]
El candidato izquierdista Rafael Correa será previsiblemente el nuevo presidente de Ecuador. Tanto las encuestas a pie de urna como los primeros resultados oficiales le dan como vencedor de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas ayer, en las que disputaba el puesto al conservador Álvaro Noboa. Con un 34% de los votos escrutados, Correa dobla en votos a su rival -66,3% para Correa y 33,6% para Noboa- y ya ha anunciado su victoria y declarado que asume el «triunfo» con «serenidad, esperanza y gratitud».
En un tono conciliador y sin pose triunfalista, Correa ha declarado, tras autoproclamarse vencedor, que hoy es un día «histórico para la patria. No hay vencedores ni vencidos en cuanto a ciudadanos, sino que ha triunfado un proyecto ciudadano». Según él, recibe la victoria con serenidad porque entiende que «tanta ilusión, alegría y esperanza de todo el pueblo no es por dos ciudadanos sino por ese afán de cambio, por creer que una patria nueva y mejor para todos y todas es posible». Para Correa, su virtual triunfo es una demostración de que, «después de muchos años de tinieblas políticas, económicas y sociales excluyentes, no nos han robado la esperanza».
En su primera comparecencia, además de anunciar la composición del que será su Gobierno, Correa ha reiterado que no suscribirá el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que no involucrará a su país en el Plan Colombia -el plan de lucha contra el narcotráfico y la guerrilla financiado por Washington- y que renegociará la deuda exterior de Ecuador.