Recomiendo:
0

El Salvador

Recuerdos y heridas que 25 años después no han podido sanar: Masacre El Mozote

Fuentes: Colatino

Al cumplirse ya 25 años de aquel sangriento 11 de diciembre de 1981, en que los habitantes del caserío ‘El Mozote’, departamento de Morazán, fueron asesinados, otros testigos y algunos sobrevivientes de la cruel masacre perpetrada por el ejército salvadoreño, aún se mantienen abiertas las heridas en los corazones de aquellos que lo perdieron todo. […]

Al cumplirse ya 25 años de aquel sangriento 11 de diciembre de 1981, en que los habitantes del caserío ‘El Mozote’, departamento de Morazán, fueron asesinados, otros testigos y algunos sobrevivientes de la cruel masacre perpetrada por el ejército salvadoreño, aún se mantienen abiertas las heridas en los corazones de aquellos que lo perdieron todo.

‘El Mozote’, es un lugar rico en historia, pero también en tristeza, ya que a principio de la década de los años 80 la vida de muchos de los habitantes de dicha localidad, fue cegada erróneamente por quienes los consideraban guerrilleros organizados.

Si bien es cierto, que durante el conflicto armado grupos guerrilleros pasaban por el lugar mientras se movilizaban hacia el cerro ‘La Guacamaya’ en los alrededores de El Mozote, sus habitantes eran civiles pero cuando era requerido brindaban ayuda a los grupos organizados que les pedían agua o insumos que necesitaban.

En los días anteriores al crimen, los militares ya se habían encargado de sacar violentamente de sus casas a habitantes del pueblo de Arambala, ubicado a unos cuantos kilómetros de El Mozote, para luego concentrarlos junto a otros en el caserío.

Aquélla mañana de diciembre, hombres y mujeres de todas las edades, en su mayoría niños, fueron torturados y asesinados, algunos en sus propias casas y otros en el cerro ‘El Chivo’ muy cerca del caserío, luego sus cadáveres fueron calcinados y finalmente enterrados en el mismo lugar que fuera testigo silencioso del crimen.

La iglesia y el antiguo convento del lugar también fueron testigos de lo que sucedió. Dentro de la iglesia hubo asesinatos y posteriormente sus paredes fueron derrumbadas para soterrar a las decenas de cadáveres que bajo su techo buscaron refugio y protección.

Las exhumaciones continúan

Está por conmemorarse el vigésimo quinto aniversario de la masacre, pero los restos humanos siguen apareciendo por doquier en lo que alguna vez fueron casas habitadas por numerosas familias y patios en los que niños podían jugar felices.

Según los actuales habitantes, fueron aproximadamente unos mil seiscientos los desaparecidos por el ejército, muchos de ellos eran niños cuyos restos fueron exhumados en lo que antes era el convento que estaba cerca de la iglesia.

‘A los niños los apartaron de los adultos, porque encontramos cuarenta y ocho cadáveres y estaban aparte, no hallamos adultos. Hasta los juguetes que andaban en la bolsa estaban ahí’, relata el señor José Antonio Claros, residente y sobreviviente del lugar.

Los restos hasta ahora recuperados han sido depositados bajo los monumentos que se han levantado. La actual iglesia del lugar también ha sido levantada sobre lo que fuera una fosa en que se depositara otra gran cantidad de cadáveres luego de la masacre.

Hasta la fecha muchos cadáveres ya han sido exhumados e identificados, pero Tutela Legal, institución encargada de llevar a cabo estas labores, continúa trabajando con la ayuda de los habitantes para seguir con las excavaciones y recuperar más restos.

Los sobrevivientes de ayer, repobladores e historiadores de hoy

En la actualidad, El Mozote aún luce un poco desolado, las personas que caminan por sus calles terrosas y con piedras son pocas, aún se pueden observar los restos de las casas que vieron morir a sus habitantes de quienes hoy sólo quedan sus tristes recuerdos.

Los que sobrevivieron comenzaron a regresar al Mozote en 1992, y ya para 1993 y 1994 iniciaron la reconstrucción de sus viviendas con la ayuda de FONAVIPO y ONG’s de España y otros países.

Algunas de las personas que hoy habitan el lugar, entre ellas el señor Claros, relata que perdió a 28 de sus familiares, entre ellos su padre a quien asesinaron junto a otras siete familias. ‘Hicieron una recogida de Arambala para acá, entonces a la gente la recogieron aquí, como cuando uno recoge una gallina con pollitos y los mata en un solo lugar’, cuenta mientras recuerda lo sucedido.

El señor Claros, relata que él sobrevivió gracias a que huyó hacia Honduras, para ese entonces tenía aproximadamente 19 años; su madre y otros cuatro hermanitos (dos niñas y dos niños) también pudieron sobrevivir ya que cuando llegaron los soldados les perdonaron la vida porque no había ningún hombre en la casa.

Otro sobreviviente es el señor Jesús Claros Guevara, quien regresó al Mozote en el año 2002, actualmente tiene 90 años, pero recuerda fácilmente como en la época de la masacre fue la Cruz Verde quien lo acogió y protegió. El perdió a nueve familiares, entre ellos a dos de sus hermanos y varios sobrinos.

A su regreso el señor Jesús Claros tuvo que reconstruir su vivienda justo en el mismo lugar donde años atrás estaba su antiguo hogar. ‘Como pueden ver, allí está el corte de ladrillos de donde estaba antes mi casa’, relata con nostalgia.

El recuerdo y la sed de justicia permanecen

A un costado de la iglesia, el 11 de diciembre de 1991, se levantó un monumento a los caídos, su símbolo es una familia hecha de metal y pintada de negro, colocada sobre cemento, bajo él se encuentran los restos que han sido exhumados e identificados hasta el momento.

En el patio de la iglesia, al costado izquierdo, se encuentra otro pequeño monumento, bajo el cual yacen los restos de 132 personas, 121 de ellos niños, y sobre su placa se lee ‘Ellos no han muerto, están con nosotros, con ustedes y con la humanidad entera’

Están por conmemorarse 23 años de la tragedia, pero las pocas personas que sobrevivieron y los que han regresado al Mozote no olvidan a aquellos que les fueron arrebatados sin ninguna explicación más que el hecho de considerárseles ‘enemigos’ del ejército.

Para este año, como en anteriores se está preparando algunos actos de conmemoración, entre ellos una misa y una vigilia, según el señor José Claros, ‘los encargados de organizar la celebración de aniversario son las personas de Perquín, patrocinado por el padre Rogelio Ponseele’. Al lugar, el día de la celebración no sólo llegan habitantes de El Mozote y sus alrededores, sino personas de diferentes departamentos de El Salvador, al igual que representantes de algunas radios comunitarias, como lo es el señor Martín Posada, locutor de Radio YSUCA.

La gente que llega al lugar para la conmemoración, deben decir el por qué de su presencia en el lugar, pues no es el simple hecho de llegar de turista, sino el conocer la historia y la realidad de nuestro país ‘, afirma don José Antonio.

Si bien es cierto ya pasaron más de dos décadas, pero la sed de justicia aún no ha sido saciada, y los sobrevivientes como don José Antonio, desean que algún día los responsables de la tragedia sean enjuiciados y paguen por su grave error, ya que ‘han matado a justos por pecadores’.