Traducción Susana Merino
Cinco meses después del devastador sismo del 12 de enero. El país corre el riesgo de zozobrar en medio de grandes turbulencias políticas mientras que los problemas ocasionados por la catástrofe continúan intactos.
El presidente René Preval y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son objeto de fuertes críticas por parte de los sectores políticos de la oposición y de los movimientos sociales. Permanentemente acusados de inacción, de falta de comunicación hasta de enemigos de la nación, René Préval y sus socios de la ONU, especialmente el Brasil han sido claramente condenados.
La ley de 18 meses de urgencia, verdadero seísmo político ha desencadenado una ola de protestas en el seno de una oposición que se creía dormida a partir del segundo mandato de Préval. Un asunto que ha contribuido también a fragilizar al senado salpicado por sospechas de corrupción
La actitud del gobierno y algunos puntos oscuros descubiertos en sus iniciativas solo han atizado el fuego en lugar de atemperarlo La Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH) una de las principales manzanas de la discordia entre la oposición y el equipo de Préval se mantiene entre vaguedades que generan interrogantes.
Aunque que el primer ministro había anunciado una primera reunión de la CIRH durante el mes de mayo en Puerto Príncipe, la totalidad de sus miembros, son todavía desconocidos.
Inquieta más todavía que solo dos países Venezuela y Brasil hayan sido los únicos que han hecho sus prometidos aportes al fondo fiduciario para la reconstrucción
En cuanto al movimiento anti Préval que comenzara hace varias semana, pareciera estar perdiendo intensidad, siendo cada vez menor la cantidad de sus manifestantes. ¿Consecuencia relacionada con la Copa del Mundo o progresiva pérdida de celeridad?
Sin embargo nada indica que el presidente haya logrado sortear lo peor, es decir un vacío institucional a solo 5 meses de las elecciones generales que deberían realizarse en noviembre.
Dichas elecciones son asimismo objeto de controversias en los medios políticos. Los candidatos a las próximas justas gritan abajo el Consejo Electoral Provisorio (CEP) en el seno del cual emerge un aparente nuevo fraude.
El brazo de hierro entre la oposición y el poder existente se produce en un marco de inseguridad. En algunos barrios como en Martissant, han resurgido las bandas armadas. La inmediata respuesta de la ONU ha sido anunciar un nuevo contingente de cascos azules que evidentemente no está dirigido a satisfacer a sus detractores y agrega en cambio aceite al fuego.
Por otra parte y más allá de la estabilidad política, el presidente tiene bastantes motivos para inquietarse. La estación de los ciclones comenzó el 1º de junio y las perspectivas para el país caribeño son muy sombrías. Un millón y medio de personas podrían encontrarse en un nuevo 13 de enero si un potente huracán golpeara a Haití.
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