Recomiendo:
0

¿Sembrar vientos?

Fuentes: Rebelión

En Irak, los gringos cosechan las tempestades de los vientos que sembraron, es el castigo por haber declarado la guerra a ese país. Qué tontos, ¿no? Tontos son los que los creen tontos. Mi abuelita me decía: Mijo, si por un acaso ves a un gringo lanzarse por la ventana, lánzate detrás de él; debe […]

En Irak, los gringos cosechan las tempestades de los vientos que sembraron, es el castigo por haber declarado la guerra a ese país. Qué tontos, ¿no? Tontos son los que los creen tontos. Mi abuelita me decía: Mijo, si por un acaso ves a un gringo lanzarse por la ventana, lánzate detrás de él; debe ser buen negocio. Y para ellos la guerra es un gran negocio. No pueden vivir sin ellas, ni Hitler los supera.

La clave para entender este conflicto la dio el general retirado Wesley Kanne Clark, ex Comandante Supremo de la OTAN durante la guerra de Kosovo, quien dirigió los bombardeos de la OTAN y por ende destrucción de Yugoslavia y la colonización de Kosovo, y que declaró en marzo del 2007 que el Pentágono, a pocos días del 911, planificaba la invasión de 7 países del Medio Oriente, Irak y Libia entre ellos. (http://www.youtube.com/watch?v=k9SEP33h9FU) El objetivo evidente, ¡petróleo!

Por otra parte, todos los gobiernos de los EE.UU. siempre han dicho no tener amigos sino intereses. Otra cosa es que sus cipayos sean sordos y se esfuercen por ser sus mejores amigos, por no decir, obsecuentes sirvientes. Así, Saddam Hussein, que guerreó por ellos y recibió armas letales para su lucha en la guerra contra Irán, fue finalmente traicionado con el embrollo Irán-Contras (durante el gobierno de Reagan, los EE.UU. negociaron drogas por armas para Irán, para con las ganancias financiar a la Contra de Nicaragua. Ambas operaciones estaban prohibidas por el Congreso Norteamericano), después le dieron luz verde para que recuperase Kuwait, lo hizo, y lo colgaron. Mal paga el diablo a sus devotos.

Lo demás: que Al Qaida, buena en Siria y mala en el resto del mundo, se está apoderando de Irak para crear el Califato Islámico en el corazón árabe y combatir la ocupación de los EE.UU.; que la minoría suní combate la política sectaria del gobierno chií de Bagdad; que el gran ayatola Alí al Sistani llama a la guerra santa para contener a los yihadistas suníes; que Obama le pide a al Maliki «un serio y sincero esfuerzo para superar las diferencias sectarias» si quiere el apoyo de la aviación de los EE.UU., porque «nuestras tropas no volverán a combatir en Irak»; que el avance suní aterroriza a la población con asesinatos de la población civil y violaciones de las mujeres iraquíes, algo de lo que se queja amargamente la comisión para los derechos humanos de la ONU, incluso de los «excesos de las fuerzas militares iraquíes», todos eso son engañabobos para ocultar el objetivo antedicho, ¡petróleo! Para lograrlo, nada mejor que ocupar Siria y cercar a Irán con estas tropas yihadistas suníes, para luego reconfigurar toda esa rica región. Divide y vencerás.

Los iraníes, que de tontos no tienen un pelo, además de que aprendieron mucho por soportar largos años al Sha, títere impuesto por el imperialismo norteamericano, se dan cuenta del meollo de este cuento y su presidente, Rohaní, promete «solidaridad sin límites» para derrotar a los extremistas suníes.

Lo admirable, si se puede usar esta palabra, es la capacidad imperial para moverse en medio del caos que fomentan por doquier, pues todo lo que está pasando en Venezuela, Siria, Ucrania e Irak están más que concatenados. La víctima final, Rusia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.