La cumbre intracoreana del 27 de abril bien puede considerarse histórica. La declaración de Panmunjom, firmada por Kim Jong-un y Moon Jae-in, significa claramente una transición en Corea hacia una coexistencia pacífica, que es bien recibida por todos, excepto por los descontentos anticomunistas histéricos, tanto a escala nacional como internacional. Por lo tanto y por […]
La cumbre intracoreana del 27 de abril bien puede considerarse histórica. La declaración de Panmunjom, firmada por Kim Jong-un y Moon Jae-in, significa claramente una transición en Corea hacia una coexistencia pacífica, que es bien recibida por todos, excepto por los descontentos anticomunistas histéricos, tanto a escala nacional como internacional.
Por lo tanto y por el momento, la cumbre de Kim-Trump, programada para el final de mayo o principios de junio, debe cerrar el acuerdo entre los líderes del Norte y del Sur. Como Kim Jong-un ha confirmado su deseo de desnuclearizarse y terminar con las hostilidades entre Corea del Norte y Corea del Sur, Donald Trump no tiene más remedio que aceptar el acuerdo entre las dos Coreas. Además, la respuesta de Trump, basada en las reuniones de Kim-Pompeo, parece abrir el camino hacia una gran esperanza sobre la posibilidad de un compromiso que ponga fin al antagonismo entre Corea del Norte y los Estados Unidos.
Cumbre histórica y esperanza
La cumbre fue un gran éxito para los gobiernos de Corea del Norte y del Sur, convirtiendo la crisis en una oportunidad para poner en práctica la paz y la cooperación mutua. Su mejor resultado fue eliminar la sensación de encontrarse en un punto crítico bélico que había dominado a toda la nación coreana el año pasado.
Según una última encuesta de opinión, en Corea del Sur, el 82,4% de los encuestados está satisfecho con el resultado de la cumbre y el 78,9% está satisfecho con el acuerdo de desnuclearización. En consecuencia, la tasa de aprobación de gobierno de Moon Jae-in aumentó hasta un 79.4%.
Mientras tanto, la tasa de apoyo para el principal partido de la oposición se redujo a solo el 12%, ya que Hong Joon-pyo había criticado severamente todos los aspectos de la cumbre y del gobierno de Moon. Las calumnias demagógicas de Hong han resultado políticamente suicidas y ahora debe enfrentar críticas incluso dentro de las filas de su propio partido.
Debido a que cada minuto de la cumbre fue televisado, la esperanza de paz se percibe como real y el apoyo de la mayoría absoluta de la población es una realidad. Por lo tanto, por suerte para todos, el camino hacia la paz y la cooperación está abierto. Justo después de la cumbre, el ejército sudcoreano suprimió el sistema de propaganda en la zona de la DMZ [Zona Desmilitarizada] y los norcoreanos ajustaron su huso horario al de Corea del Sur, que había adoptado el de Japón. después de la liberación del colonialismo japonés. Esta rápida puesta en marcha de los puntos acordados confirma la autenticidad del acuerdo intracoreano.
El éxito de Kim Jong-un
En tanto que joven dictador, Kim Jong-un primero consolidó su poder internamente, e incluso llegó a matar a su tío-mentor y a su propio hermano. Luego, lanzó un ambicioso desafío externo, de cara a Estados Unidos, disparando una serie de misiles y realizando pruebas de armas nucleares. Enfrentado a la enorme presión internacional subsiguiente, vuelve a repartir sus cartas y realizó un giro inesperado hacia una negociación pacífica.
El giro de Kim Jong-un ayudó a mejorar la relación de Corea del Norte con Corea del Sur, y la cumbre con Xi Jin-ping ha restablecido también la relación amistosa con China, colocando a Corea del Norte en una posición extremadamente favorable. Sobre todo, su inesperada y unilateral declaración de desnuclearización el mes pasado allanó el camino para una solución pacífica al clima de guerra.
Por lo tanto, en vista de la próxima cumbre entre Pyongyang y Washington, Donald Trump se encuentra más a la defensiva y los halcones, hostiles al acuerdo, de su administración están ahora marginados. Pero sobre todo, el unilateralismo de Trump ha visto disminuido considerablemente su legitimidad, por ejemplo, en lo que respecta a su revocación del acuerdo nuclear entre Irán y los Estados Unidos. Por lo tanto, Trump ahora anda ocupado tratando de salvar la cara, y cualquier oposición que provenga de dentro tiene que ver con aspectos técnicos, no con lo esencial.
En cierto sentido, la apuesta de Kim Jong-un ha funcionado perfectamente. Su guerra verbal con Trump de repente se convirtió en un golpe de efecto diplomático muy mediático, cogiendo a todo el mundo a contrapié. Ahora acaba de dar un paso adelante en el camino de su «nueva historia».
El dilema de Stalin y la unificación » light «
En este momento, sobre todo a causa de las grandes esperanzas de paz, Kim Jong-un es, sin duda, un héroe popular, le guste o no, como a Joseph Stalin después de la victoria de la Segunda Guerra Mundial – sin él, la victoria sobre Hitler hubiera sido imposible-.
A juzgar por la consolidación del régimen monolítico de Kim, Corea del Norte parece seguir el camino de la modernización de China, ya sea socialista o capitalista. Controlará el proceso de apertura y desarrollo económico, pidiendo un enorme apoyo de sus antiguos enemigos.
Sin embargo, el problema es saber qué sucederá después de una paz duradera. ¿Podría China ser el espejo de lo que podría suceder en Corea del Norte en un futuro cercano?
Un hecho interesante es que los surcoreanos son cada vez más realistas a medida que la coexistencia pacífica y la cooperación mutua se aproximan. El discurso de la reunificación nacional es reemplazado por el de la unificación light, mucha gente se preocupa de que durante este proceso los problemas que ocurrieron después de la reunificación alemana puedan repetirse.
Por el momento, sin embargo, nadie piensa en la suerte que pueda aguardar a los ciudadanos norcoreanos comunes, aunque está claro que el capitalismo de Corea del Sur y la burocracia de Corea del Norte serán los beneficiarios del proceso y no las personas, que son las que más han sufrido la división y el antagonismo nacional, aunque ya se puede ver que futuro de Corea dependerá de ellos.
En conclusión, ¿para qué paz?
El final oficial de la guerra y el establecimiento de la paz en la península de Corea son totalmente bienvenidos por todos los coreanos y sus vecinos. Cuando el objetivo se consolide a partir de una serie de cumbres, la península de Corea surgirá del régimen de división nacional más cruel, históricamente, de la Guerra Fría.
Sin embargo, el ingreso de las dos Coreas como «país normal» será en todo caso capitalista, de un tipo u otro. El problema último de la cumbre ha sido que, en el marco del acuerdo entre los líderes, la gente del pueblo ha estado completamente excluida. Nunca han sido consultados de ninguna de las formas.
En este punto crucial, lamentablemente, el papel de la clase obrera, los movimientos sociales y la izquierda radical ha sido, en el mejor de los casos, mínimo. Relegados al rango de simples espectadores, no han impulsado ninguna intervención significativa durante la crisis. Ni el movimiento por la paz ni el de lucha antiimperialista se han organizado para reclamar una paz desnuclearizada o duradera.
Sin embargo, esta paz inminente no es estable, ya que hay obstáculos, y la perspectiva estructural geopolítica continua afectando a la península. Por lo tanto, la lucha por una paz real y una democratización total sigue siendo un problema importante, no solo a escala de la península, sino en todo Asia oriental. Aunque el contexto sea diferente, debe aprenderse la lección de los errores del pasado y se deben imaginar y preparar nuevas dinámicas de emancipación.
Won Youngsu es militante de la izquierda alternativa surcoreana, es coordinador del Foro Internacional en su país.
Fuente: http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article44274
Traducido por Ana Jorge