«La energía juvenil crea la grandeza moral de los pueblos. Cada generación debe llegar como ola vigorosa a romperse contra la mole del pasado para hermosear la historia con el iris de nuevos ideales; juventud que no embiste, es peso muerto para el progreso de su pueblo» .José Ingenieros. Aún es muy prematuro examinar el […]
José Ingenieros.
Aún es muy prematuro examinar el fenómeno social que representa la revuelta estudiantil del Paraguay, estudiantes secundarios y universitarios protagonizan un proceso de resistencia y avance moral sobre la escandalosa corruptela y verificada en esos estamentos educativos oficiales.
Cada nueva generación dondequiera que sea encuentra situaciones y estructuras de poder que en mayor o menor medida impiden sus inquietudes, frustran sus entusiasmos, sus vitalidades de renovación en mejorías en bien social y esto los enervan.
En Paraguay , es evidente que las viejas y fosilizadas culturas y estructuras del poder construida por más de 35 años en el gobierno por el General Stroessner y sus aliados han calado muy hondo, allí está el golpe parlamentario destituyente del ex presidente Lugo en el año de 2012.
En la descomunal corrupción evidenciada por la acción de los estudiantes está el dinero que falta para una mayor y mejor calidad educativa que merecen los jóvenes, pero también está el faltante para la salud de la población.
Salud y educación deficiente y vergonzante para un pueblo viril ha sido develado y denunciado al mundo.
Ahora, como fenómeno social, las revueltas estudiantiles-sean las razones que la impulsaran en concreto-se han dado a lo largo de la historia y en todas partes y formas. Recuerdo el llamado «Mayo francés» en el año de 1968 durante los meses de mayo y junio y que es considerada como la mayor revuelta estudiantil unida a la huelga general de la historia de Francia, ya que se sumaron los trabajadores.
Recuerdo con mayor potencia la revuelta estudiantil en el año de 1969 en Argentina, porque resido en este maravilloso país. Las protestas y las fogatas estudiantiles universitarias en la Provincia de Corrientes al igual que en otras jurisdicciones.
La clave, sin dudas, es el clamor de un proceso de cambio profundo, que barra con las formas perimidas de organización política que impiden construir un mundo mejor, sociedades más equitativas y cooperativas. La preservación de la especie humana está en juego esta vez en el mundo.
Escuchemos estas voces y escuchémoslo con la debida atención, pues provienen de lo más sublime y bello, provienen de la juventud. Son la esperanza de la Patria soñada.
Sanear un cuerpo político pútrido que enferma el alma del ser humano es la consigna del momento, estamos hablando de una ley del desarrollo de las sociedades humanas inexorable, porque si no escuchamos y viabilizamos el cambio podríamos cometer los mismos errores del pasado.
Es hora de avanzar bajo las consignas juveniles que ya no quieren ni toleran una sociedad basada en la desigualdad y el engaño. Buscan otra cosa, buscan una democracia participativa y justa como ofrecen los valores y principios cooperativos que también, es digno reconocerlo, no son inmunes a esos vicios de la conducta humana. El cooperativismo también reclama renovación y adecuación a su propia filosofía.
Mientras tanto se resuelva esta sacudida moral y ética estudiantil, es tarea de todos los bienhechores acompañar cuánto se pueda.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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