En 1967, el entonces Presidente del Senado chileno, Salvador Allende, jugó un papel central en el rescate del grupo de sobrevivientes de la guerrilla del Che en Bolivia. Entre los muchachos se encontraba el cubano Harry Villegas, a quien el Che había apodado como «Pombo». A 40 años de estos acontecimientos históricos que remecieron al […]
En 1967, el entonces Presidente del Senado chileno, Salvador Allende, jugó un papel central en el rescate del grupo de sobrevivientes de la guerrilla del Che en Bolivia. Entre los muchachos se encontraba el cubano Harry Villegas, a quien el Che había apodado como «Pombo». A 40 años de estos acontecimientos históricos que remecieron al mundo, el «Pombo» -parlamentario de la Mayor de Las Antillas y General de Brigada ®- se encuentra de visita en Chile invitado por la Asociación de Internacionalistas y Combatientes Antifascistas de Chile. Nombrado «Hijo Ilustre de Iquique», Harry Villegas, entre muchas actividades, se reunió con los jóvenes y la prensa popular de Santiago en la sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. En la ocasión, Alihuén Antileo, dirigente mapuche, saludó al revolucionario cubano, denunciando la represión sistemática por parte del Estado chileno que sufre el principal pueblo originario del país, y que ya ha costado seis vidas y 13 prisioneros políticos. «Pombo» inmediatamente solidarizó con las demandas mapuche y recordó que hay varios jóvenes de la etnia más importante de Chile estudiando en universidades cubanas, gratuitamente, a través de becas.
Lo que viene es parte de la rica conversación que se estableció.
¿Cómo caracteriza su periplo por Chile?
«He tenido la oportunidad de recorrer un conjunto de lugares que ya, hace 40 años, en condiciones distintas tuve que conocer, y tenido contacto con sectores progresistas de la sociedad chilena, con los cuales, en algunos casos he sido escuchado, en otros me han preguntado, y hemos sostenido, de diversas formas, un diálogo. Creo que he aprendido mucho y he transmitido algo.»
¿Qué relación existe entre los pueblos cubano y chileno?
«Nosotros tuvimos cuatro guerras: la de 1868, donde sentimos la solidaridad chilena al grado tal, que llegaron fuerzas desde allá. Los chilenos fueron internacionalistas en Cuba. Hubo una expedición de chilenos que participó en la independencia de España. De hecho, un chileno llegó al grado de General. Entonces nuestro vínculo con Chile es fuerte. Después, cuando ustedes sufrieron la tiranía de Pinochet, muchos chilenos fueron a Cuba y allí los recibimos como hermanos. Y Cuba compartió con ellos lo que tenía. No lo que nos sobraba, porque no nos sobraba nada. Las casas que se estaban construyendo para los cubanos se compartieron con los chilenos. Así también, el trabajo, la educación. Y durante gran parte de la tiranía, estuvieron los chilenos en Cuba. Y eso determinó que, para nosotros, los chilenos, son muy conocidos. Son de los latinoamericanos que más conocemos, con los que más relaciones hemos tenido.»
REBELDES CON CAUSA
¿Cuál es el origen de la nación cubana?
«Nuestras tradiciones son caribeñas. Somos un híbrido de tres nacionalidades. La europea -a través de distintas regiones de España-; la africana, mediante el ingreso de esclavos a la isla; y la china, que arribó a Cuba como fuerza de trabajo, originalmente obrera, pero, en concreto, esclava. Así surge la nacionalidad cubana. El hombre autóctono desapareció. El indio fue totalmente aniquilado. En este contexto nació una psicología de la nación cubana de rebeldía. De no aceptar imposiciones. De continuo combate.
No somos rebeldes sin causa. Tenemos muchísimos motivos para ser rebeldes.»
La disputa entre Cuba y los gobiernos norteamericanos es antigua…
«Yo soy de un país pequeño, una isla bastante distante de Chile, que es la llave del Golfo de México y que, por tanto, queda más cerca de Norteamérica. No somos igual que los norteamericanos. En realidad hemos tenido enfrentamientos contra ellos desde antes de la fundación de Cuba como nación por la pretensión estadounidense de agredirnos. Estamos apenas a 90 millas de USA. Y ellos que reclaman 200 kilómetros de soberanía marítima, consideran que Cuba les debe pertenecer.
Pero no es solamente ahora -cuando los norteamericanos se han convertido en una gran nación- sino mucho antes, en tiempos de las trece colonias, durante la Guerra de Secesión, los sureños ya tenían intenciones -como representaban el estado esclavista- de extender sus fronteras hasta Cuba. En este marco se produce la liberación de Cuba, la pseudo liberación de Cuba, en la guerra hispano-cubana y que luego se llamó hispano-americana y firmaron la rendición en París, dejando a Cuba «fuera del negocio».
Los cubanos, después de muchas luchas logramos quitarnos un poco de encima a los norteamericanos, pese a una enmienda que los autorizaba a intervenir en la isla cada vez que les diera la gana. Si llovía en el «Pico Turquino», y ellos consideraban que había caído mucho agua, intervenían a través de sus tropas.»
¿Cómo defines las fuentes que inspiran el proyecto político de la revolución?
«Cuando dos ideas se unen; una autóctona, latinoamericana, martiana, bolivariana, por una parte, que coincide, por otro lado, con una concepción que busca el bien de todos, una república que consagra la dignidad del hombre, y en el marxismo, surge nuestra concepción ideológica de la revolución cubana. Nosotros decimos que nuestra ideología es «martiana marxista leninista». Pero no seguimos el marxismo como dogma. Y dentro de las críticas que hace el Che a los socialismos europeos, entra la crítica al aspecto economicista por sobre el aspecto humano.»
Los enemigos de la revolución hablan mucho de la falta de democracia en la isla…
«Nosotros no podemos tener un sistema de varios partidos porque los partidos nos fraccionan, crean la desunión, y los partidos son coherentes con el principio romano que dice «Divide y vencerás». Así creemos que para impedir que el enemigo nos venza, tenemos que estar unidos. La unidad para nosotros es muy importante y por eso tenemos un solo partido. Viene de nuestra historia, de nuestra experiencia, de nuestras tradiciones. Pero sí tenemos democracia. Y más democracia que en otros lugares. Porque quien nomina a los candidatos no es un partido, no son cuatro ricachones que se reúnen y deciden quién tiene más dinero y quién es el candidato que hay que llevar para ser diputado, para ser senador, para ser el que represente a la República , quien ostente los cargos municipales. En Cuba lo hace el pueblo. Allá se reúne el barrio, y todos los ciudadanos nominan y proponen desde dos a ocho candidatos. Después vienen las elecciones y se eligen, y de esos candidatos que fueron elegidos en el pueblo, en el barrio, se saca un porcentaje que pasa a constituir el gobierno provincial y otro, el gobierno nacional. Y viene otra elección donde se vota por esos compañeros. Luego se elige al gobierno municipal, al gobierno provincial, y al gobierno nacional. Hay más participación del pueblo. Tenemos una nación de todos y para el bien de todos. Ningún cargo electivo es permanente. Hay que rendirle cuenta a los electores, y si ellos no están de acuerdo con su gestión, lo pueden revocar. Desde el nivel nacional, hasta los municipios.»
La formación cultural e intelectual es uno de los horizontes de sentido de la revolución…
«Nosotros en Cuba contamos con universidades en todos los municipios. Y tenemos universidades en los centros de trabajo, y ahora estamos en un proceso de trabajo que se llama la «universalización de los conocimientos». Aquí estamos creando un conjunto de profesionales gigantesco. Tenemos facultades de medicina en todas las provincias. Y estamos formando médicos: 10 mil médicos que pensamos multiplicarlos para América Latina. Ya han salido las primeras generaciones de estos médicos, y conviven con el pueblo, y viven en las casas de los trabajadores. El médico cubano no vive aislado de nuestra sociedad; vive igual que todos los cubanos. Tenemos universidades hasta en las cárceles, porque Fidel dice que el delito, en gran parte, nace de la ignorancia.»
LATINOAMÉRICA
¿De qué manera observas la realidad actual latinoamericana?
«A los latinoamericanos nos resulta muy difícil unirnos, y esto nos viene de cómo nos colonizaron. Porque nacimos de distintas regiones de España que hoy mismo no son unidas. Y a la izquierda también le cuesta unirse. Por diferencias que yo considero, pequeñas. En Chile este fenómeno es muy característico.
Yo pienso que cada pueblo puede hacer su revolución. Pienso que cuando tengamos una base común podemos unirnos los pueblos. Creo que tenemos mejores condiciones para unirnos, por tener un mismo idioma, por tener una misma idiosincrasia, que los africanos.
Estimo que estamos frente a una coyuntura sorpresiva, porque nadie podía prever que un grupo de militares de carrera, formados en las academias norteamericanas, en un momento determinado tomara conciencia, como es el caso de Venezuela, y tratara por la violencia de tomarse el poder. Y que luego de este fracaso, descubriera que, con el apoyo de las masas, hubiera posibilidades de llegar al gobierno por medio de las elecciones. Y hoy Hugo Chávez quiere que las riquezas del país se pongan al servicio del bienestar de su pueblo y de otros pueblos. El Petrocaribe es una forma de llevar el combustible a precio normal a los pueblos del Caribe, que son países chiquiticos. Esta es una manera de colaboración, de no dar lo que sobra, sino de compartir lo que tenemos. Los actuales procesos latinoamericanos no tienen nada que ver con los socialismos europeos, que ya desaparecieron. Nosotros ahora estamos buscando un socialismo distinto. Estamos viendo hasta dónde es conveniente tener el monopolio sobre todo, y concentrarnos en el control de los medios fundamentales de producción, no sobre todo.»
EL CHE: ORDENABA AMIGO Y MANDABA COMANDANTE
¿Cómo aparece el Che en la historia de Cuba?
«En un marco histórico y cultural muy particular. Durante una tiranía impuesta por los norteamericanos ante la posibilidad del establecimiento de un gobierno mucho más democrático, se instauró uno militar, encabezado por el general Fulgencio Batista, que, por lo demás, no era general. Fue un obrero fogonero que por medio de las Fuerzas Armadas, entró, se hizo sargento y con el golpe militar, inmediatamente fue nombrado general. A partir de ese momento se convirtió en un dictador. Luego fue derrotado y después lo reinstalaron, siendo siempre un peón de los norteamericanos. Esto es paradójico, porque se dice que Fidel tenía una procedencia burguesa, era hijo de terrateniente, y que, sin embargo, en su trayectoria de lucha tomó las posiciones de los trabajadores. Batista es trabajador y se convierte en burgués, y otro es burgués y defiende los intereses de los trabajadores.»
¿Cómo te volviste compañero del Che?
«Tuve la suerte de participar bajo las órdenes del Che desde los 14 años, en la guerra por la liberación de Cuba. Yo soy de origen campesino. Me incorporé a la Sierra Maestra -que es el sistema montañoso de la isla- y acompañé al Che en una gesta que se llamó » La Invasión «, que consistió en trasladar la guerra de oriente a occidente del país. Siempre las guerras en Cuba han comenzado en el oriente porque es la región más pobre y más sufrida. Pero se define el éxito de las guerras en el occidente porque es donde está el centro político, económico y militar del país. Después lo acompañé a África, al Congo. Y luego, estuve con él en Bolivia.»
¿Qué te evoca el Che?
«Tengo una valoración del Che como persona como si fuera parte de mi familia, y tengo la valoración del Che que tenemos todos los cubanos y que tiene gran parte del mundo: un hombre desinteresado, capaz de sacrificarse por sus semejantes, capaz de no pedir nada en beneficio propio y de darlo todo, y la del hombre capaz de ofrendar hasta la vida sin ningún tipo de requisito. El Che era un hombre muy inteligente, capaz de escribir de la guerra de forma hermosa -como Pasajes de la Guerra en África, Pasajes de la Guerra Revolucionaria en Cuba-. Aquí encontramos a un hombre con una enorme sensibilidad artística, capaz de escribir poesía. Un hombre con capacidad de superación extraordinaria. Él, como todos saben, tenía como oficio la medicina, pero después logró dominar el arte de la guerra de forma exhaustiva, e hizo proezas conduciendo a los hombres a la guerra. Además, cuando la revolución lo requirió, el Che se preparó, estudió y fue un economista eficiente. También fue un diplomático que llevó el mensaje de la revolución cubana a casi todos los pueblos del mundo. Fue un estadista riguroso. Desde esta perspectiva tenemos que ver al Che. Y con esa misma proyección llegó el Che a los europeos, pero desde un modo distinto. Como el hombre que logró pronosticar, analizando profundamente la estructura del socialismo en Europa, su desaparición si no resolvía sus problemas. Cuando apareció en Bolivia, se le ve como a un hombre que ofrendó su vida por los bolivianos, y entonces los bolivianos lo observan como un cristo y le llaman «San Ernesto de La Higuera «. Entonces existe un conjunto de formas en que se advierte cómo la actividad del Che se ha ido entrelazando entre la juventud, entre la gente progresista. Y así se fue creando de él un ídolo, un ejemplo, alguien merecedor de ser imitado; un verdadero paradigma. Con su accionar demostró ser un hombre universal que buscaba el bienestar de la humanidad y la creación de un mundo distinto.»
Algunos plantean que el Che tenía un aprecio particular por la lucha militar…
«El Che Guevara tenía una tendencia a la lucha armada no porque él lo quisiera. No tenía una tendencia a la lucha armada porque le gustara matar, sino que Guevara tenía la concepción de que la lucha armada era viable en América Latina porque no había otra alternativa. Y que donde hubiera otra alternativa era aplicable la vía electoral. Depende de la situación concreta en que se vive.»
¿Cómo era la disciplina militar del Che?
«El Che Guevara, como militar, era un soñador. Pero, a la vez, un militar práctico. Por lo tanto, el concepto de disciplina del Che como revolucionario era el de una disciplina conciente. La idea era que el hombre interiorizara lo conveniente de cumplir las normas que estaban establecidas para que una guerrilla pudiera permanecer y no ser destruida. Era exigente. Si tú no entendías porque no debías dormirte cuando estabas de posta porque ponías en peligro la vida de todos tus compañeros, y se te cogía dormido, tenías un castigo. Un castigo que podía ser el tener que cocinar tres o cuatro días o suspenderte la comida por dos días. A mí, por ejemplo, me suspendieron la comida en varias oportunidades: yo era muy joven y hacía travesuras. De esa manera era cómo el Che mandaba. Dice el poeta Nicolás Guillén que «ordenaba amigo y mandaba comandante»
A mí, que era analfabeto, no me trataba igual que a Acevedo que era bachiller. El Che consideraba que en un grupo de campesinos analfabetos, un bachiller debía tener una mejor conducta. Y que el bachiller no debía dejarse absorver por los campesinos, sino que debía ayudar a los campesinos a elevar su nivel cultural y disciplinario. Siempre hubo un intento en el Che de ser lo más justo posible.»