«Yo traeré de regreso el sueño americano: más grande, mejor y más fuerte que nunca. Volveremos hacer de Estados Unidos una nación poderosa». Con esta frase, Donald Trump realizó toda su campaña presidencial y en noviembre de 2016 se convirtió en el nuevo presidente de los Estados Unidos (EEUU), con reformas y cambios que hasta […]
«Yo traeré de regreso el sueño americano: más grande, mejor y más fuerte que nunca. Volveremos hacer de Estados Unidos una nación poderosa». Con esta frase, Donald Trump realizó toda su campaña presidencial y en noviembre de 2016 se convirtió en el nuevo presidente de los Estados Unidos (EEUU), con reformas y cambios que hasta el día de hoy siguen dando de qué hablar.
No obstante, el 2018 se convirtió para Trump en el año de «dimes y diretes» entre la nación norteamericana y su lucha por imponer su fuerza y romper las alianzas y orden mundial que existen hasta la actualidad.
La primera traba la tuvo arrancando el año, con un Gobierno parcialmente cerrado por no llegar a un acuerdo en el presupuesto federal, tras no incluirse una solución para los casi 800.000 jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» o «soñadores», beneficiados por el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), creado por el expresidente Barack Obama en 2012.
Para poder iniciar su Gobierno, se tuvo que llegar a un acuerdo entre la Cámara de Representantes, Senado y la Casa Blanca.
Contra los migrantes
Su frente más grande fue contra los migrantes. En 2018, Trump no ha dejado de insistir en la construcción del muro con México que prometió durante su campaña presidencial en 2016.
«O construimos (terminamos) el muro o cerramos la frontera», tuiteó el mandatario el pasado viernes, más de una semana después de que se cerrara parcialmente el gobierno federal por el estancamiento de las negociaciones en el Senado sobre los 5.700 millones de dólares que exige para levantar el muro, como reseñó en esa oportunidad la BBC Mundo.
En enero de este año, Trump decidió insultar a los inmigrantes de El Salvador, Haití y África, durante una reunión sobre asuntos de inmigración en la que se trataba la restauración de la protección para inmigrantes provenientes de estas naciones, como parte de un acuerdo bilateral de migración.
¿Por qué estamos recibiendo a toda esta gente de países de mierda?», afirmó Trump en ese momento durante una reunión en el Despacho Oval contra residentes de estos países, citaron en esa oportunidad diversos medios internacionales.
Para «meter más leña al fuego», Trump decidió implementar más medidas migratorias y «apostó» a separar a padres e hijos en la frontera y mantenerlos en cautiverio.
Las imágenes le dieron la vuelta al globo. Un centro de reclusión en donde se ve a infantes encerrados en jaulas, sacaron a la luz pública lo peor del imperio estadounidense, el maltrato infantil. Un audio de cómo agentes fronterizos en EEUU se burlaban del llanto de niños y niñas inmigrantes que habían sido separados de sus padres. Esto, y mucho más, fue la muestra de cómo funcionaba el programa Tolerancia Cero, una política que comenzó como una medida policial, pero que desde abril se convirtió en una forma de frenar el ingreso de migrantes de diferentes partes del mundo -en su mayoría mexicanos – a la nación norteamericana.
Desde el 19 de abril hasta el 31 de mayo de 2018 se registró la cifra de 2000 menores de edad separados de sus padres, luego que fueran aprehendidos por ingresar ilegalmente a este país, a través de la frontera con México, reseñaron en junio de este año medios internacionales.
Pero si separar a los padres no fuera suficiente, esta medida migratoria ha contado con varias denuncias de abuso a los menores en diferentes centros de reclusión, entre ellos el Centro Juvenil Shenandoah, en la que adolescentes aseguraron haber sufrido violencia por parte de los agentes de seguridad, entre ellos denuncias de golpes mientras se encontraban esposados y períodos largos de confinamiento solitario mientras se encontraban desnudos en las celdas de concretos, refirió la agencia estadounidense Associated Press (AP).
Tras presiones de los gobiernos aliados y detractores, el presidente Trump tuvo que firmar una orden ejecutiva para dar marcha atrás a esta medida migratoria, no obstante, la administración del mandatario estadounidense alega que no necesita «pedir disculpas» por imponer una medida migratoria, que viola los derechos inalienables a la familia, la integridad y la libertad personal.
Adiós a los tratados
Como para no dejar duda alguna que «todo lo de su antecesor estuvo mal», en mayo, el mandatario estadounidense anunció el abandono del acuerdo nuclear con Irán, firmado en julio 2015 entre el país persa y el Grupo 5+1 (EE.UU., Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania).
En ese momento, Trump argumentó su decisión afirmando que, aun si Teherán cumple las disposiciones del tratado, el país persa puede desarrollar armas nucleares en un corto tiempo. Pese a esto, Trump aseguró que el acuerdo nuclear de 2015 es un «trato horrible y unilateral» que «no ha traído la paz» y «nunca lo hará».
En ese mismo mes, Trump afirmó que la Unión Europea (UE), considerado uno de los aliados históricos de Estados Unidos, era uno de los «muchos enemigos» que tenía la nación norteamericana, por lo que impuso una serie de aumentos de aranceles a los productos, acción que fue respondida con medidas similares.
Inicio de una guerra comercial
La pelea que el imperio estadounidense le tiene a China no es un secreto. A mediados del mes de julio, Trump aplicó aranceles por el orden del 25% a los bienes importados procedentes de suelo chino, por un monto millonario. Ante esta medida, el Gigante asiático impuso aranceles a los bienes producidos en Estados Unidos y, además, hizo su denuncia ante la Organización Mundial de Comercio por los aranceles que Washington aplicó.
Luego de seis meses de dimes y diretes con China, sostuvieron un encuentro en Buenos Aires, Argentina – durante la reunión del G-20 – pactaron frenar la imposición de medidas restrictivas y los dañinos aranceles sobre las importaciones mutuas, lo cual supone una tregua a su guerra comercial.
Y como China no era suficiente, Trump apuntó nuevamente a sus «aliados» e impuso aranceles contra el mercado europeo. A finales de mayo de este año, el gobierno estadounidense estableció aranceles de 10% al aluminio y 25% al acero importado desde México, Canadá y países miembro de la Unión Europea.
Una reunión histórica, los mismos resultados
El 10 de mayo de este año, el presidente de los Estados Unidos informó que se reuniría en Singapur el 12 de junio con su homólogo de Corea del Norte, Kin Jong-un, convirtiéndose en un hecho histórico. Tras la noticia, los miembros de EEUU, encabezados por el secretario Mike Pompeo, visitaron Pionyang para llevar a cabo la reunión.
No obstante, una vez Trump cambia de decisión, y el 24 de mayo anuncia que se cancelaba la reunión. «Lamentablemente, con base en la tremenda rabia y abierta hostilidad mostradas en su declaración más reciente, creo que es inapropiado, en este momento, tener esta reunión largamente planificada», expresaba una misiva del mandatario estadounidense.
La noticia se daba a conocer pocas horas después de que Corea del Norte llevara a cabo el desmantelamiento del polígono nuclear de Punggye-ri, en el noreste del país. La ceremonia de la demolición tuvo lugar en presencia de una delegación de periodistas extranjeros. Los tres túneles operativos del polígono nuclear de Punggye-ri fueron explosionados junto con sus estructuras de tierra.
Pero, nuevamente en ese «tira y encoge», decide efectuarse el encuentro y ese 12 de junio y Singapur quedará marcado para la historia como la primera vez de que EEUU y Corea del Norte llevan a cabo una reunión.
En el encuentro, realizado en el hotel Capella, ambos mandatarios firmaron un documento de cuatro puntos, entre los que destaca la paz y la desnuclearización. A pesar de que se había acordado no aplicar más sanciones a Corea del Norte, EEUU sigue sin cumplir su palabra, además, ingresó nuevamente a la nación asiática a la lista de países como «patrocinadores del terrorismo».
Nuevo cierre de Gobierno
Para terminar el año, Trump arrancará el 2019 nuevamente con un cierre parcial de Gobierno, luego de que la Cámara de Representantes, Senado y la Casa Blanca no lograran llegar a un acuerdo en el Presupuesto de la Nación, en la que el mandatario estadounidense incluye un fondo para la construcción del muro en la frontera con México.
La paralización parcial afecta a departamentos importantes como Seguridad Nacional, Justicia, Comercio, Transporte, Tesoro e Interior que administra los parques nacionales, y a 800.000 funcionarios que estarán obligados a tomarse licencia o a trabajar sin recibir alguna paga.
El presidente Donald Trump había rechazado el texto en materia presupuestaria elaborado por la Cámara del Senado, debido a que no contenía un fondo de cinco mil millones de dólares para la construcción del muro, su gran promesa de campaña aún no cumplida.