En la actualidad, nuestra humanidad se caracteriza por niñas y niños víctimas de redes de trata de personas, que sufren abusos sexuales, que son mutilados, asesinados para extraerles órganos y reclutados como soldados o esclavizados de alguna otra manera. Además, no solo 69 millones de menores morirán por causas que, en gran parte, podrían prevenirse, […]
En la actualidad, nuestra humanidad se caracteriza por niñas y niños víctimas de redes de trata de personas, que sufren abusos sexuales, que son mutilados, asesinados para extraerles órganos y reclutados como soldados o esclavizados de alguna otra manera.
Además, no solo 69 millones de menores morirán por causas que, en gran parte, podrían prevenirse, sino que 167 millones serán pobres, 263 millones no irán a la escuela y 750 millones de niñas estarán casadas en 2030.
Esos son algunos de los números terribles que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y otras agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otras, divulgaron semanas antes del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebró el viernes 19.
«Los niños y las niñas siguen sufriendo torturas, mutilaciones, abusos sexuales, hambre y son asesinados en conflictos armados», resumió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
«En lugares como Iraq, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen, los niños viven en un infierno«, subrayó en la apertura de un debate del Consejo de Seguridad de la ONU dedicado a niños y conflictos armados, el 2 de este mes.
El futuro de la humanidad seguirá siendo desolador «a menos que el mundo se concentre más en la difícil situación de sus niñas y niños más desfavorecidos», alerta un informe de la ONU.
«Negarle una oportunidad justa en la vida a cientos de millones de niños tiene consecuencias que exceden el riesgo para su futuro concreto, pues al avivar ciclos intergeneracionales de personas desfavorecidas, se pone en peligro el futuro de sus sociedades», señaló el 28 de junio el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, en el marco de la presentación del Estado Mundial de la Infancia.
«Podemos elegir: invertir en esos niños ahora o permitir que nuestro mundo se vuelva todavía más desigual y dividido», planteó.
El informe de Unicef destaca algunos de los avances significativos, como salvar la vida de los niños, lograr que sigan en la escuela y sacar a muchas personas de la pobreza. Pero estos no han sido parejos ni justos.
«Los niños más pobres tienen el doble de probabilidades que los más ricos de morir antes de los cinco años y de sufrir malnutrición crónica», detalla.
En Asia meridional y África subsahariana, los niños cuyas madres no fueron escolarizadas tienen tres veces más probabilidades de morir antes de los cinco años que aquellos cuyas madres terminaron la enseñanza secundaria, añade el informe de Unicef.
«Las niñas de los hogares más pobres tienen el doble de probabilidades de casarse siendo menores de edad que las de hogares más ricos», precisa.
Lo peor está en África subsahriana
África subsahariana sufre la peor parte: por lo menos 247 millones de niñas y niños, dos de cada tres menores, viven en una pobreza multidimensional, privados de lo que necesitan para sobrevivir y desarrollarse, y casi 60 por ciento de los jóvenes de entre 20 y 24 años del quintil más pobre fueron menos de cuatro años a la escuela, alerta el informe.
De mantenerse la tendencia actual, la región concentrará casi la mitad de los 69 millones de niños que en 2030 morirán antes de los cinco años por causas que pueden prevenirse, más de la mitad de los 60 millones de escolares que no van a la escuela y nueve de cada 10 niños que viven en condiciones de extrema pobreza, precisa el informe de Unicef.
Además, alerta que unos 124 millones de niñas y niños no cursan la enseñanza primaria ni los primeros años de secundaria, y que casi dos de cada cinco de los que sí terminaron la primaria, no aprenden a leer ni a escribir ni a realizar cálculos aritméticos simples.
Jóvenes, la otra generación perdida
«En la actualidad, alrededor de 70 millones de jóvenes buscan trabajo, y 160 millones trabajan, pero son pobres. Estos números representan una enorme pérdida de potencial y pone en riesgo la cohesión social», escribió el 12 de este mes Azita Berar Awad, directora del departamento de Políticas de Empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«El desempleo de los jóvenes y la falta de trabajo decente devalúan el capital humano, y es significativa su influencia negativa sobre la salud, la felicidad, el comportamiento antisocial y la estabilidad sociopolítica. Tienen consecuencias sobre el bienestar actual y futuro de nuestras sociedades», añadió.
Además, las condiciones del mercado laboral para los jóvenes cambian con rapidez y de forma constante, así como el perfil y las aspiraciones de las mujeres y los hombres jóvenes que ingresan a diario al mercado laboral, subrayó Berar.
«Para la mayoría, las expectativas de trabajo decente no se tratan solo de tener un ingreso y de ganarse la vida. Para los jóvenes es el pilar de su proyecto de vida, el catalizador de su integración a la sociedad y el camino para participar en ámbitos sociales y políticos más amplios», explicó.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, este viernes 19, celebrado después de uno de los momentos más significativos de los últimos tiempos como fue la Cumbre Mundial Humanitaria, realizada el 23 y 24 de mayo en Estambul.
El principal objetivo del encuentro en Turquía fue que los gobernantes dieran su apoyo colectivo a la nueva Agenda para la Humanidad y que se comprometieran con medidas contundentes para reducir el sufrimiento y hacer más esfuerzos por las millones de personas que necesitan asistencia humanitaria.
La cumbre logró atraer la atención mundial sobre la actual emergencia humanitaria, pero no pudo movilizar los tan necesarios fondos que urgen para aliviar el sufrimiento de las más de 160 millones de personas que viven en condiciones limite, apenas 21.000 millones de dólares, un monto razonable.
«Opciones imposibles»
La campaña «opciones imposibles» se lanzó en abril de este año para que los gobernantes del mundo participaran en la cumbre y se «comprometan a la acción».
El lanzamiento de la etapa final de esa gran iniciativa digital de la ONU coincidirá con el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria este viernes 19 y continuará hasta septiembre, cuando el secretario general presente a la Asamblea General el informe de la Cumbre Mundial Humanitaria.
Ese día también se lanzará otra campaña digital «el mundo que preferiría«. De forma similar al popular juego «Usted qué prefiriría», esta campaña digital revelará los verdaderos contextos en que viven las personas en situación de crisis.
Tras conocer las difíciles alternativas, los usuarios podrán compartir un gráfico personalizado en las redes sociales, tuitear a sus gobernantes al respecto y saber más sobre la Agenda para la Humanidad.
A la ONU le cuesta mucho crear conciencia entre dirigentes políticos y movilizar a la humanidad, así como impulsar acciones contundentes para aliviar, terminar y, con suerte, prevenir el sufrimiento humano sin precedentes.
Y sin embargo, las grandes potencias siguen gastando 1,7 billones de dólares al año en la fabricación y el comercio de armas.
¿Una humanidad? Sí. ¿Pero de quién y para quién?
Traducido por Verónica Firme