Montevideo, 1º de marzo. «Yo, Tabaré Vázquez Rosa, me comprometo a desempeñar lealmente el cargo que se me ha confiado y juro trabajar incansablemente por la felicidad de mi pueblo». Estas fueron las palabras con que el primer presidente de izquierda de Uruguay juró su cargo, ante la Asamblea Legislativa y los invitados extranjeros, este […]
Montevideo, 1º de marzo. «Yo, Tabaré Vázquez Rosa, me comprometo a desempeñar lealmente el cargo que se me ha confiado y juro trabajar incansablemente por la felicidad de mi pueblo».
Estas fueron las palabras con que el primer presidente de izquierda de Uruguay juró su cargo, ante la Asamblea Legislativa y los invitados extranjeros, este martes, a 20 años exacto del fin de la dictadura militar y en medio de un ambiente de euforia y fiesta.
Luego seguiría el traspaso de la banda presidencial, el tradicional desfile militar y, en la noche, en un acto público en la explanada del Palacio Legislativo, Vázquez anunció medidas de su gobierno de la coalición Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría.
La primera medida de la jornada, luego de instalar el gabinete de ministros, fue la firma del decreto del Plan de Asistencia Nacional de la Emergencia Social, para intentar acabar con la indigencia en un periodo de dos años de los cinco de su gestión. Luego siguió la reanudación de las relaciones con Cuba.
Y en el acto de la noche, ante una multitud que lo acompañó en todos sus desplazamientos, anunció las medidas de su gobierno, que tendrá «la mirada en la utopía y los pies en la realidad».
Reiteró su decisión de investigar hasta las últimas consecuencias el destino de los desaparecidos de la dictadura militar, con la orden de búsqueda en batallones castrenses de restos que pueden estar enterrados, búsqueda impedida por los anteriores gobiernos democráticos.
Anunció además la reparación para todas las víctimas de «aquellos terribles años» del régimen militar (1973-1985), y un acuerdo de derechos humanos con Argentina, con el compromiso de ese país para que «ayude a investigar qué pasó con compatriotas desaparecidos allá».
También dijo que firmará con el presidente venezolano, Hugo Chávez, varios acuerdos, entre ellos uno que incluye el intercambio de petróleo por productos uruguayos.
Por otro lado, anunció planes de salud para enfrentar el estado de emergencia del sector y la recuperación de planes de seguridad social, la recuperación de viviendas para atender a quienes viven en las calles o en asentamientos irregulares y un proyecto de garantía oficial para alquileres en el caso de los jóvenes, y becas estudiantiles.
En materia económica, el flamante nuevo presidente anunció «el desarrollo y culminación de las negociaciones con los organismos internacionales», pero «también vamos a cumplir con los uruguayos, sobre todo con los que más necesitan».
Esbozó una reforma tributaria, con la instauración del Impuesto a la Renta a las Personas Físicas. «Que pague más quien tiene más y pague menos quien tiene menos», afirmó el mandatario, y dijo que se facilitará el acceso al crédito para el desarrollo agrícola.
En su discurso ante la Asamblea Legislativa en pleno, con el cual comenzó la jornada de asunción del gobierno izquierdista, Tabaré, como lo llaman los uruguayos, por su nombre de pila, prometió indagar sobre el destino de los desaparecidos en su país.
«Que el horror de otras épocas nunca más vuelva a pasar, nunca más», dijo al hablar sobre la necesidad de encontrar la verdad «para esa zona oscura» que dejó la dictadura militar en el campo de los derechos humanos, y que aún persiste a 20 años del fin del régimen.
Ante los miembros del Congreso, siete presidentes de la región y delegaciones extranjeras especialmente invitadas al acto, así como personajes nacionales y líderes de los partidos políticos opositores, consideró muy necesario que «la memoria colectiva incorpore el drama de ayer como sacrificio y tragedia, un indeleble aprendizaje para el mañana».
Una multitud calculada en 400 mil personas acompañó este día la asunción de Vázquez, quien ha prometido que continuará investigando lo sucedido con la nuera del poeta argentino Juan Gelman, desaparecida en 1976 en Uruguay.
En política exterior, su discurso ante el Congreso, en el cual tiene mayoría absoluta, marcó los tiempos del cambio.
«Lo hemos dicho en repetidas veces: el gobierno que hoy asume quiere más y mejor Mercosur (Mercado Común del Sur), ampliado, redimensionado y fortalecido, una más sólida y mejor inserción del bloque en sí y de sus países integrantes», afirmó.
Además, comprometió la adhesión de su gobierno al derecho internacional, al pleno respeto a la soberanía, a la solución pacífica de las controversias y a los principios irrenunciables de no intervención y multilateralidad.
«Los asuntos y problemas de los uruguayos los vamos a resolver nosotros», enfatizó Tabaré Vázquez, quien rechazó, además, «todo tipo de terrorismo», violencia y discriminación.
También sostuvo que se desarrollarán y ampliarán relaciones con todos los países latinoamericanos, «sin excepción». Más tarde, uno de los primeros actos de gobierno sería la reanudación de relaciones con Cuba.
La política exterior del nuevo gobierno, dijo, tendrá lo mejor de la tradición local, cuando este pequeño país fue respetado «no por sus dimensiones, sino por su fuerza, actitud de vanguardia, principios éticos y justicia. Daremos prioridad a la Organización de Naciones Unidas como un ámbito de afirmación y vigencia del derecho internacional».
Además, «nuestra integración al mundo no olvidará la relación con los organismos financieros internacionales, el cumplimiento de las obligaciones contraídas, en relación de mutuo respeto, y siempre que se tenga en cuenta el derecho al desarrollo y las necesidades de Uruguay».
Moderación, en lo económico
Vázquez nombró como ministro de Economía a un político moderado, Danilo Astori, lo que hace pronosticar una política en esa área similar a la que lleva adelante Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, apegada a la ortodoxia.
A nivel interno, el nuevo presidente reiteró su compromiso «de trabajar al extremo máximo de mis aptitudes por el proyecto nacional de desarrollo productivo y sustentable, por un Uruguay social, productivo, innovador y democrático e integrado».
Interrumpido en varias ocasiones por los aplausos, Vázquez habló de jerarquizar el ámbito de representación ciudadana, la necesidad de combatir la corrupción y reconocer la igualdad racial, los derechos de los niños, el derecho a la cultura y los derechos humanos integrales, que «hacen a la calidad de la democracia».
Afirmó además que «la libertad es un impulso que no garantiza la felicidad humana, pero asegura la condición humana».
También aseguró que su gobierno dará especial importancia a los acuerdos firmados con los partidos de oposición, y manifestó su esperanza del cumplimiento de estos compromisos, ya que «los cambios que Uruguay reclama necesitan de un gran sustento político y social».
Al final de su discurso, el gobernante hizo una expresa referencia al héroe nacional José Gervasio de Artigas, al recordar que una de las peculiaridades de América Latina es la «trágica soledad en que murieron tantos precursores de la independencia».
«Queremos un Uruguay que recupere su capacidad de soñar y hacer sus sueños realidad», finalizó su discurso entre aplausos, mientras invadían el recinto los ecos de la multitud en la calle.