Cuentan los habitantes de Galicia, en España, que el dictador fascista Francisco Franco debió enviar los soldados de la Guardia Nacional para instalar a punta de bayoneta la planta de celulosa ENCE sobre la ría de Pontevedra. Las plantas de celulosa y las plantaciones de eucaliptos en Chile, fueron impuestas por el dictador Augusto Pinochet […]
Cuentan los habitantes de Galicia, en España, que el dictador fascista Francisco Franco debió enviar los soldados de la Guardia Nacional para instalar a punta de bayoneta la planta de celulosa ENCE sobre la ría de Pontevedra.
Las plantas de celulosa y las plantaciones de eucaliptos en Chile, fueron impuestas por el dictador Augusto Pinochet en la región de Valdivia y sobre el río Biobío.
En Uruguay desde Batlle, hasta Sanguinetti y Lacalle se disputan la paternidad de la forestación y la instalación de las gigantescas plantas de celulosa.
Hoy el ministro Arana, y su viceministro Jaime Igorra, encabezan la cruzada de las empresas transnacionales de la celulosa.
Como en el cuento infantil aquel, «este dedito encontró un huevito, este le echó la sal, este lo peló y este grandote se lo comió».
Pero el proyecto forestal uruguayo nació con la dictadura del General Gregorio Alvarez.
Al igual que en los demás países la forestación intensiva de tipo monocultivo de eucaliptos y pinos, solo podía ser impuesto en un régimen autoritario y antidemocrático.
Los militares eran los únicos con capacidad de garantizar a los inversores extranjeros un proyecto a largo plazo como el forestal industrial que demandaría más de una década. En aquel tiempo cuando aún existía el peligro comunista, los sindicatos y los partidos de izquierda vinculados al movimiento socialista internacional, los gobiernos fascistas ofrecían la seguridad a los inversionistas y que hoy en cambio garantizan su continuidad los dirigentes y gobernantes pragmáticos de derechas o izquierdas.
El extinto Diario de la derecha La Mañana, publicaba el miércoles 2 de setiembre de 1981, en tapa, la fotografía de un General Goyo Alvarez, luciendo un inmaculado uniforme blanco atravesado por la banda presidencial. Los lentes ligeramente inclinados sobre su nariz, dejan al descubierto unos pequeños, pero amenazadores y profundos, ojos celestes.
Detrás, a sus espaldas, el pabellón nacional y varios uniformados más.
En su página seis el editorial -cuyo redactor responsable era el Doctor Daniel Alvarez- bajo el título «El imperativo de forestar», decía los siguiente:
«En la conferencia sobre fuentes de energía nuevas renovables, realizada en Nairobi, Kenya, el delegado uruguayo, Ministro Tourreilles, puso énfasis en señalar la necesidad ineludible de cambiar el actual balance energético de la humanidad.
Aquí también sin duda, podrán orientarse algunos proyectos ala explotación de la madera si consideramos las condiciones que nuestro territorio brinda naturalmente para ello. Infortunadamente es innegable que Uruguay sigue rezagado en el capitulo general de la riqueza forestal.
«La Junta Honoraria Forestal, organismo especializado con una trayectoria de 35 años de labor pujante e ininterrumpida, sostiene que en estos últimos tiempos se ha creado una verdadera conciencia forestal.
Pero admite que todavía no se plantea lo suficiente, los cultivos distan de alcanzar los niveles deseados, es decir unas veinte mil hectáreas por año.
Esta es la realidad, en un país donde al árbol no se le ha reconocido en general el valor que sin duda tiene, no sólo desde una perspectiva económica sino igualmente ecológica y hasta nos atreveríamos a decir estética.
Poderosas razones hacen recomendable revertir esta actitud. El país necesita poblarse de bosques para ahorrar divisas más adelante, eliminando importaciones con la disponibilidad del producto propio cuando pueda autobastecerse de pulpa papelera.
«Motivos sobran, pues para encarar la cuestión con un enfoque más dinámico y constructivo. El estado, que nos consta no descuida el problema y ha fomentado la forestación con exoneraciones impositivas a quienes las practican, todavía puede asumir un papel de mayor trascendencia, tanto por la vía de una acentuación de los estímulos, como mediante la información y el asesoramiento técnico a escala nacional.
Así será posible afianzar esa conciencia forestal de que se habla, hasta constituirla en el cimiento para una empresa de segura rentabilidad y de unánime beneficio.»
La estrategia de la política forestal se ha ido perfeccionando y desarrollando con el tiempo y hoy involucra a los principales monopolios extranjeros de la fabricación de pasta de celulosa, que a su vez poseen las reservas más importantes de materia prima en millones de hectáreas de bosques plantados en el mundo.
En estos emprendimientos forestales también se involucran algunos capitales nacionales emparentados con la oligarquía y los partidos de la derecha y hasta de algunos sindicatos que han invertido en bosques.
Lo único que ha cambiado son los representantes del gobierno, ahora más proclives y entrenados al lobyy empresarial y en las relaciones públicas. Muchos dirigentes -como el ministro de Industria Jorge Lepra- pasan del sector privado al sector público de la noche al día. Su ingreso al equipo de gobierno no le sorprende a nadie, ni siquiera a los frenteamplistas incapaces de preguntarse a que partido pertenece y cuales son sus credenciales de militancia de lucha, de compromiso, de sacrificio.
¿Qué interés puede tener un paracaidista de esta naturaleza en favorecer a los pobres, a los humildes, a los trabajadores, este filántropo formado en las Universidades Norteamericanas y en la internacional Texaco?
¿Alguno de ustedes ha preguntado a un ecuatoriano si conoce que ha pasado con la compañía petrolera Texaco en el Amazonia ecuatoriana por ejemplo?
Mientras, el presidente progresista Tabaré Vázquez de visita en Chile se encontraba mano a mano con el presidente Argentino Néstor Kirchner, y comenzaban a resolver una controversia que lleva ya varios meses.
La fórmula que acordaron los presidentes, es la misma que hasta ahora se habían negado a aceptar los anteriores representantes de gobierno, aduciendo no tener potestades para detener las obras de las empresas extranjeras.
El ministro Jorge Lepra en Washington se encuentra preparando la reunión que entre el 3 y el 4 de abril mantendrá la Comisión Conjunta de Comercio e Inversiones entre Uruguay y Estados Unidos.
Del lado uruguayo participarán Lepra y un equipo del Ministerio de Industria; y representantes de los ministerios de Ganadería, Economía y Relaciones Exteriores.
Lepra manifestó no saber que podía salir de esta comisión.
El que esta comisión vuelva a reunirse no significa que se esté negociando un Tratado de Libre Comercio.
Según adelanta el diario El Observador el ministro recordó que en un documento del Frente Amplio que será analizado en el Plenario del 25 de marzo se establece que no hay ningún impedimento ideológico para celebrar un Tratado de Libre Comercio con cualquier país del mundo.
Entre el 3 y el 5 de mayo el presidente progresista Tabaré Vázquez llegará a Washington para mantener otra ronda de contactos. Durante su estadía se reunirá con el presidente George W. Bush y este sábado se reunirá en Chile con Condoleezza Rice.
La Comisión que se reunirá en abril fue creada en el 2002 en una reunión entre Bush y el ex presidente Jorge Batlle uno de los fervientes impulsores del Tratado de Libre Comercio.
De esta Comisión surgió el tratado de inversiones ratificado en diciembre por el parlamento uruguayo y acordado en Mar del Plata por el presiente progresista Tabaré Vázquez y el canciller de la república el socialista Reinaldo Gargano.
Sin dudas el tratado de Inversiones ahora puede ser base de un futuro Tratado de Libre Comercio, comentó el propio Lepra.
El anuncio de la nueva reunión de la comisión surgió luego de un encuentro que Lepra y Gianelli mantuvieron con Everett Eissenstat, el nuevo responsable para el desarrollo y la implementación de la política comercial con América Latina.
En estos cinco días en Washington, Lepra ha mantenido reuniones con Gutiérrez y el subsecretario de Comercio para asuntos del hemisferio Occidental, Walter Bestian.
También se reunió con empresas que «actualmente están invirtiendo en Uruguay y quieren aumentar sus inversiones», entre ellas Lepra mencionó a IBM, General Electric, INTEL y de Weyerhauser -una firma que procesa madera-; así como también con los empresarios de Sabre, una firma que se instalará en el Uruguay en una Zona Franca.
También el Banco Mundial esta ofreciendo su asesoramiento al gobierno progresista para ayudar a la ministra de Desarrollo Social Marina Arismendi a diseñar la estrategia de salida del Plan de Emergencia que Vázquez aseguró que tendría una duración de dos años.
El Director para Uruguay del organismo, Axel Van Trotsenburg, informó al diario El País que el gobierno tiene ante sí el gran desafío de definir una estrategia de salida del Panes y anunció que el Banco Mundial ofreció asistencia al gobierno progresista para diseñarlo.
Trotsenburg sostuvo que se deben definir grupos de necesidades que permitan diseñar programas de capacitación para la reinserción laboral de los beneficiarios del programa de asistencia.
Una misión del organismo encabezada por la presidente para América Latina y el Caribe Pamela Cox, e integrada por el economista y vicepresidente principal Farcois Bourgignon y el economista jefe para América Latina Guillermo Perry, se reunió con Vázquez y los ministros del área económica, social y de infraestructura. El principal objetivo de la visita fue analizar la marcha de los programas sociales que el Banco Mundial financia en Uruguay.
El ministro de Economía Danilo Astori, en la presentación del trabajo del Banco Mundial sobre equidad, aprovechó para reivindicar vigorosamente las políticas sociales del gobierno progresista y en especial el trabajo del ministerio de Arismendi. Consideró que el bajo crecimiento histórico de Uruguay se ha debido a que «su economía a estado relativamente muy cerrada y ha tenido carencias notorias de una inserción internacional mejor».
Frenteamplistas festejen.
El que gane más que pague más y el que gana menos que pague menos.
En un año -dice Astori- se crearon veinte mil puestos de trabajo más.
La resistencia de los capitalistas ha cedido y los Convenios Colectivos se han impuesto por los trabajadores y el Ministerio de Trabajo.
Bajó el precio del asado de tira.
Las empresas norteamericanas aumentaran sus inversiones en las Zonas Francas.
Ahora se regulará o reglamentarán las ocupaciones de los lugares de trabajo y por primera vez se ha entrado a los batallones y ahí ya están los resultados ¡La verdad es posible! (la justicia está por verse).
Todas gratas noticias, las tomamos todos los días de los ministros de Economía, Agricultura, Trabajo y Seguridad Social. Y todos los días tales discursos de los ministerios progresistas son aplaudidos y escuchados con total seriedad sin poner en tela de juicio si es cierto que las palabras guardan en algo una relación con los hechos.
¿No será acaso igual que la gripe aviar una verdadera epidemia de credibilidad?
Los burgueses primero se asustaron ellos mismos pensando que un gobierno más o menos reformista podía hacerles perder en algo las grandes ganancias. Pero ahora cuando vieron que no pasa nada se dedican a asustar a los demás con las ocupaciones de fábrica, los piqueteros, las huelgas, y el caos de los proletarios en el poder.
Ahora los dirigentes de la burguesía se retuercen ante los anuncios de la reforma impositiva que profundiza un poco más y da una nueva vuelta al torniquete de la recaudación, para pagar la deuda externa.
¡Los progresistas le meten la mano en el bolsillo a la clase media, se desmelenan los burgueses gritando!
En medio de la asunción de la socialista Bachelet en Chile no sería bueno repartir un casete con aquella manifestación de Vázquez que decía durante su campaña que: «cuando triunfara el gobierno progresista haría temblar hasta las raíces de los árboles».
Una promesa que el solo pronunciarla despertó la resistencia de los capitalistas.
Sin embargo no estaría mal que ahora que los tupamaros, comunistas y socialistas entraron al gobierno de Tabaré Vázquez por lo menos si no están en condiciones de cumplir aquella promesa hagan algo en serio.
No sería una buena idea que en lugar de hacer temblar las raíces de los árboles, imponer la dictadura del proletariado, hacer las reformas sociales, liberar al hombre y la nación tal como se proponían estos partidos, hacer algo en serio.
¿Para qué vamos hacer temblar las raíces de los árboles? ¿No sería mejor tratar de poner al descubierto ante los sindicatos y ante los frenteamplistas las fantásticas ganancias de los banqueros, las empresas transnacionales, los nombres de los nuevos terratenientes propietarios de la tierra, levantar el secreto bancario?
¿Para qué vamos a hacer temblar hasta las raíces de los árboles?
¿No sería mejor tratar de poner al descubierto la dilapidación de fondos públicos?
¿Dar a conocer el despilfarro y los gastos de corrupción que se hicieron por parte de la burguesía en el poder y que se prometieron poner al descubierto en cada una de las auditorías?
Si los salarios no aumentan y los precios suben.
Si los requisitos y las exigencias de la seguridad social aumentan y se vuelven contra los trabajadores.
Si los contratos de trabajo persisten.
Si los mismos nombres de siempre vuelven a aparecer vinculados a sospechas de ilícitos en Maldonado.
Si aparecen denuncias sobre entrega de dinero por parte de las empresas extranjeras a personas para que no permitan manifestarse.
¿No sería mejor -en lugar de publicar desmentidos pagos en la prensa y remitir comunicados de prensa- aunque más no fuera una vez por semana en una conferencia de prensa abierta responder a todas las preguntas?
¿No sería mejor dar la cara en lugar de pronunciar discursos diciendo que vamos a mover hasta las raíces de los árboles?