La situación política en Georgia tomó hoy un giro inesperado en la sexta jornada de protesta opositora, tras el arresto de varios dirigentes de la oposición y la dispersión de los manifestantes por policías antimotines. Los agentes irrumpieron esta mañana por sorpresa entre la multitud, que permanecía acampada en la avenida Rustaveli desde el pasado […]
La situación política en Georgia tomó hoy un giro inesperado en la sexta jornada de protesta opositora, tras el arresto de varios dirigentes de la oposición y la dispersión de los manifestantes por policías antimotines.
Los agentes irrumpieron esta mañana por sorpresa entre la multitud, que permanecía acampada en la avenida Rustaveli desde el pasado 2 de noviembre en una acción antigubernamental por tiempo indefinido.
Entre los líderes opositores detenidos figura el ex ministro para control de los conflictos Georgui Khaindrava, según reportó el canal de la televisión Rustavi-2.
Khaindrava declaró anoche que el Frente Unificado de la oposición se mantendría en las calles de Tiflis durante el tiempo que fuera necesario, mientras el presidente Mijail Saakashvili no atendiera las principales demandas de la protesta.
Diversos medios periodísticos denunciaron la confiscación de las cámaras de filmación, por lo cual, aseguran, carecen de imágenes sobre la desarticulación del mitin.
Según la agencia Novosti Georgia, la plaza aledaña al Parlamento está totalmente vacía.
El frente opositor, que logró movilizar el pasado viernes entre 50 mil y 100 mil simpatizantes, exige la renuncia de Saakashvili, la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas y la liberación de los presos políticos.
Saakashvili llegó al poder con el apoyo de Estados Unidos, tras protestas y manifestaciones, conocidas como la Revolución Rosa, contra los resultados de las elecciones presidenciales ganadas por Shevardnadze.
Ahora, al tratarse de protestas populares contra el presidente que apoyaron, el subsecretario de Estado de EEUU, Matthew Bryza, declaró sentirse «decepcionado» con la oposición georgiana, la cual había pasado de las «reivindicaciones admisibles», como el adelanto de los comicios parlamentarios en Georgia, a demandas «no razonables», entre ellas, el cese del actual presidente Mijaíl Saakashvili y la introducción de una monarquía constitucional.
El diplomático estadounidense calificó esta actuación como «extremadamente irresponsable» en declaraciones a la cadena de televisión georgiana Rustavi-2. «Lo que vemos ahora nos decepciona», afirmó Bryza.