Por primera vez se escuchó públicamente la sugerencia de destituir a un Papa. Esa insinuación fue efectuada por el teólogo Hans Küng al ser entrevistado por el diario «Frankfurter Rundschau, reproducida por Deutsche Welle el sábado 31 de enero, juntamente con las declaraciones de Kung a la emisora Deutschlandfunk En la entrevista de «Frankfurter Rundschau» […]
Por primera vez se escuchó públicamente la sugerencia de destituir a un Papa. Esa insinuación fue efectuada por el teólogo Hans Küng al ser entrevistado por el diario «Frankfurter Rundschau, reproducida por Deutsche Welle el sábado 31 de enero, juntamente con las declaraciones de Kung a la emisora Deutschlandfunk
En la entrevista de «Frankfurter Rundschau» Hans Kung dijo del Papa que «Primero cuestionó que los protestantes formen una iglesia, luego en su desafortunado discurso de Ratisbona calificó de inhumanos a los musulmanes y ahora ofende a los judíos permitiendo el regreso a la iglesia de un negador del Holocausto», para luego agregar que «Es tiempo de que lo releven»
Thomas Armbrüster, de la emisora alemana Deutschlandfunk, le planteó la pregunta a Hans Küng si con las disculpas que el obispo Richard Williamson pidió al Papa por las molestias causadas se terminaba la polémica.
Hans Küng: respondió que «De ninguna manera. Williamson no se disculpó con aquellos con los que debía disculparse, los judíos, sino con el Papa. Y eso también de forma vaga. Por lo demás, no se trata sólo del tema del Holocausto, sino de todo lo relativo al Concilio Vaticano II, con el cual esta Fraternidad Pío X no se declara conforme en puntos esenciales, como la libertad religiosa, el decreto sobre los judíos, sobre el ecumenismo y otras cosas.
Sobre el porque el Papa levantó la excomunión de ese obispo lefebvrista, Kung opinó que «Él dice naturalmente que quiere contribuir a la reconciliación. Pero, si ese hubiera sido su primer objetivo, podría haberse reconciliado primero con los teólogos de la liberación latinoamericanos y otros teólogos reformistas. Para él, en lo sustancial, se trataba de reconciliarse con esta gente, por la cual siente de algún modo una secreta simpatía, porque son personas afines a la Iglesia pre-conciliar, a la liturgia pre-conciliar. En este sentido, es una provocación para la Iglesia Católica que el Papa haya acogido precisamente a estos obispos cismáticos en el día en que 50 años atrás se convocó el Concilio, en lugar de pronunciar un discurso en homenaje a Juan XXIII, quien lo convocó».
El Papa, ¿Por qué no previó que iba a ser una provocación? ¿Fue simplemente mal aconsejado?, fue la otra pregunta de Thomas Armbrüster, a lo que el teólogo de suizo fue terminante «No, no fue simplemente malaconsejado, aunque naturalmente eso también ocurrió» sino que el Papa ha perdido el contacto con el exterior.
«Él lo ve todo desde las ventanas del Vaticano y no puede imaginar qué efecto causa en los católicos de todo el mundo el hecho de que en semejante fecha haya acogido a esos obispos que siguen estando contra la libertad religiosa, contra la mejora de las relaciones con las Iglesias evangélicas, contra los judíos, contra los musulmanes y que no aceptan las reformas del Concilio Vaticano II. En resumen: ¿Cómo se puede aceptar a esa gente, si no se identifica en lo más mínimo con el Concilio?»
Al ampliar sus declaraciones Kung afirmó que de BXVI «No se puede decir que esté haciendo una figura particularmente feliz… Todavía estamos esperando algún osado acto de reforma con respecto a los divorciados, a las mujeres o a los evangélicos. Pero nada ocurre. En cambio, se ocupa de este grupúsculo que no tiene relevancia para la totalidad de la Iglesia con sus cerca de mil millones de personas, de ese par de miles que se aferran a la antigua liturgia».
Al referirse a que el Vaticano es como una corte «en la que todavía el número uno es el señor absoluto», el que fue profesor en Tubinga marcó la diferencia con el presidente de Estados Unidos.
«El Papa no tiene a su lado un Congreso, ni sobre sí una Corte Suprema. Es, por lo tanto, el jefe de gobierno, el legislador y el máximo juez al mismo tiempo. Puede hacer literalmente todo lo que quiera. En consecuencia, si quisiera, podría hacer muchas cosas positivas, podría ordenar a teólogos laicos, casados o no, podría introducir la ordenación sacerdotal de mujeres, podría permitir a las mujeres tomar la píldora… Pero, si no quiere hacerlo, nadie puede obligarlo».
Kung agregó que el Papa «Curiosamente, celebró con Bush -ese impulsor de guerras- su 81 cumpleaños. Tiene mucho en común con él en cuanto al rechazo del control de la natalidad, la anticoncepción, el aborto. No es proclive a las reformas y, en consecuencia, tiene también esa forma de pensar en amigo o enemigo, o en que el que no está con nosotros está en contra de nosotros, etc»
A partir de ese comentario el entrevistado se animó a decir que el Papa «debería aprender del cambio que se está produciendo actualmente en Estados Unidos. El debería dejar que Obama le sirviera de inspiración. Obama acabó de inmediato esa modalidad de guerra contra el terrorismo, dijo que debíamos hablar con los demás, que no podemos ver todos los conflictos en este esquema de amigo o enemigo. Obama se dirigió a los musulmanes, intenta encontrar una solución al conflicto del Cercano Oriente. También ha hablado abiertamente de las crisis dentro de Estados Unidos. Eso sería lo primero. El Papa debería ver que la Iglesia Católica está en una grave crisis, que hay miles de parroquias que ya no tienen párroco, que el clero célibe está en extinción… que las iglesias están cada vez más vacías. Todo esto constituye una situación crítica. Obama, en su discurso inaugural, habló abiertamente de los problemas y ahora intenta mostrar una visión de esperanza y adoptar medidas concretas para enfrentar la crisis. Eso también debería ocurrir en la Iglesia Católica»