Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Informes contradictorios sobre muertos y heridos de fuerzas afganas y occidentales y de testigos presenciales han llevado a un cuadro confuso sobre un lanzamiento de suministros militares estadounidenses que parece haber ido desastrosamente mal.
Según se informa, hasta 25 miembros del personal militar estadounidense y afgano, y tal vez hasta 14 civiles fueron muertos o heridos este mes en un incidente en el distrito Bala Murghab, un área llena de insurgentes en la punta noroeste de la provincia Badghis en la frontera con Turkmenistán.
El 4 de noviembre, un lanzamiento de suministros de los militares de EE.UU. destinado a soldados en el terreno, cayó en el río Murghab River, una masa de agua rápida y traicionera, y los soldados trataron de recuperarlos. Según la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), dos paracaidistas de la 82 División Aerotransportada han desaparecido después del lanzamiento y se ha iniciado la búsqueda.
Testigos locales dijeron que cinco hombres entraron al agua y que sólo uno salió vivo. Dijeron que fueron recuperados los cuerpos de dos, pero que los otros dos han desaparecido.
«No tengo confirmación de que haya habido otros involucrados,» dijo el teniente coronel
Todd Vician de la oficina de medios del Comando Conjunto de la ISAF.
Inicialmente, los talibanes afirmaron que tenían dos cuerpos, pero informes ulteriores citaron al portavoz de los insurgentes, Zabiullah Mujahed, quien desmintió que fuera así.
Según gente del lugar, las cosas anduvieron mal mientras buscaban los cuerpos.
Residentes de Takht-e-Bazaar en el distrito Bala Murghab dicen que un helicóptero que llevaba comandos estadounidenses junto con soldados afganos aterrizó en su área el 6 de noviembre. Según testigos presenciales, los comandos comenzaron a disparar indiscriminadamente en cuanto abandonaron la nave.
«No parecían detenerse para ver quién es civil, quién es talibán, quien iba armado, quién es empleado del gobierno,» dijo Haji Mohammad Ismail, un anciano tribal en Takht-e-Bazaar. «Estaban tan furiosos, tan descontrolados, que incluso dispararon a fuerzas militares afganas.»
Los civiles atrapados en el fuego cruzado incluían a un anciano y a su hijo, dijo Abdul Satar, de 42 años, un comerciante quien dijo que los dos eran su tío y su primo.
«Mi tío era un hombre enfermo, apenas se podía mover,» dijo Abdul Satar, estremecido por la cólera. «Esos tiranos estadounidenses le dispararon a él y a su hijo. No voy a olvidar ese crimen mientras viva. Eran sólo comerciantes, no eran talibanes. No tenían conexiones con ningún grupo.»
Según el general Jalandarshah Behnam, comandante del 207 Cuerpo Zafar en Afganistán occidental, la operación de búsqueda fue realizada en conjunto por fuerzas especiales de EE.UU. y uno de sus batallones de comandos, quienes después fueron víctimas de fuego amigo.
«Varios soldados afganos y extranjeros buscaban a los soldados desaparecidos que se ahogaron hace algunos días en el río Murghab River,» dijo. «Cayeron por error bajo ataque aéreo de fuerzas de EE.UU.»
Según el general Behnam, siete soldados estadounidenses murieron en el ataque aéreo, junto con dos soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA) y tres miembros de la Policía Nacional Afgana. También murió un traductor afgano. Además fueron heridos 12 soldados del ANA y un policía, y la condición de varios de ellos es crítica.
Residentes de Takht-e-Bazaar dicen que el ataque aéreo también mató a hasta 14 civiles y destruyó ocho complejos residenciales.
«Puedo decirle los vecindarios exactos donde cayeron las bombas,» dijo Haji Ismail: «Post-e-Dahana, Khasa, Rood-e-Poyin y Taraaz. Murieron por lo menos 10 civiles, y muchos podrían morir por sus heridas. He asistido a funerales.»
El general no dio información alguna sobre bajas civiles.
El mayor Abdul Jabar, jefe adjunto de policía en Badghis, confirmó las cifras de Behnam sobre los muertos entre el personal estadounidense y afgano.
Pero la ISAF da otras cifras. «No hubo muertos entre los miembros de las fuerzas armadas de EE.UU. en la operación,» dijo Vician. «Cinco fueron heridos, como señala nuestro comunicado de prensa.»
La declaración de la ISAF también menciona siete muertos de las fuerzas de seguridad afganas – cuatro soldados y tres policías. ISAF dijo que 15 soldados y dos policías fueron heridos, mientras un civil afgano que trabajaba con el ejército afgano fue muerto y otro herido.
Según Vician, la ISAF investiga la posibilidad de que el personal militar haya sido muerto por fuego amigo.
«Todavía estamos considerando informes sobre víctimas civiles,» dijo Vician. «Por desgracia esta operación continúa y estamos limitados en la información que podemos suministrar al público.»
El tema de las bajas entre civiles es explosivo en Afganistán, donde numerosos incidentes durante los últimos ocho años han enardecido a la opinión pública contra la presencia militar extranjera, provocado manifestaciones, y facilitado la tarea de reclutamiento de los talibanes.
El general Stanley McChrystal, máximo comandante de EE.UU. en Afganistán y jefe de las tropas de la ISAF, ha pedido una estrategia modificada que subraye la protección de civiles.
«El mayor riesgo que podemos aceptar es la pérdida del apoyo de la gente,» dijo McChrystal al programa 60 Minutes de CBS en septiembre. «Si la gente nos ve como ocupantes y como su enemigo, no podemos tener éxito.»
Pero incluso en los pocos meses desde que se formuló esta nueva estrategia, varios incidentes han provocado la cólera afgana contra los militares extranjeros. Un ataque aéreo pedido por las fuerzas alemanas en Kunduz en septiembre mató a hasta 70 civiles; residentes en Helmand dicen que nueve insurgentes atacados por un cohete de la ISAF el 4 de noviembre eran, en realidad, una familia de agricultores. Las fuerzas británicas dicen que estaban colocando una bomba.
Un 50% de Bala Murghab está controlado por los insurgentes, dicen los residentes, y los enfrentamientos son frecuentes. En julio, el gobierno central firmó un acuerdo de cese al fuego con los talibanes en Badghis, pero no ha sido respetado en su totalidad.
Gran parte del incidente de Bala Murghab sigue confuso – la cantidad exacta de víctimas, si participaron insurgentes y qué provocó el ataque aéreo.
Pero para los residentes que han perdido miembros de sus familias y sus casas, la realidad es suficientemente lúgubre.
«Mucha gente ha sido desplazada,» dijo Abdul Shukur, alcalde de Bala Murghab. «Sus casas han sido destruidas y están acampando en las montañas.»
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Mustafa Saber es periodista, capacitado por IWPR y basado en Herat, Afganistán.
(Este artículo apareció originalmente en Institute for War and Peace Reporting.)
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/