Isla sin mar. Ésa fue la célebre metáfora que utilizó el escritor paraguayo Juan Bautista Rivarola Matto para referirse a su país. La politóloga Mariana Fassi afirma, en su libro Paraguay en su laberinto, que la frase se explica «por la falta de acceso directo al mar, pero también por el aislamiento, resultado visible de […]
Isla sin mar. Ésa fue la célebre metáfora que utilizó el escritor paraguayo Juan Bautista Rivarola Matto para referirse a su país. La politóloga Mariana Fassi afirma, en su libro Paraguay en su laberinto, que la frase se explica «por la falta de acceso directo al mar, pero también por el aislamiento, resultado visible de una larga historia de violencia y pobreza». En esta entrevista, la especialista analiza el singular momento que vive el país vecino luego de la destitución del ex presidente Fernando Lugo.
En vistas de las elecciones presidenciales de 2013, el histórico Partido Colorado, que presidió el ex dictador Alfredo Stroessner, ¿tiene, ahora, el camino totalmente allanado?
En primer lugar, hace falta una caracterización del gobierno de Lugo. Hay que decir que fue un mérito que éste se haya mantenido en el cargo durante estos años, cuando a poco de asumir encontró la oposición de su principal aliado, el Partido Liberal Radical Auténtico, cuyo líder es hoy el actual presidente, Federico Franco. Esto, en un contexto de frecuentes pedidos de renuncia y de juicio político. El gobierno de Lugo no cayó antes por las diferencias que sostenían sus principales enemigos políticos, los liberales y el Partido Colorado (PC), además de las divisiones internas que tenían y tienen cada uno por separado.
¿Entonces?
Lugo pudo sobrevivir hasta que evidentemente sus opositores se pusieron de acuerdo para derrocarlo. Ahora bien, si el escenario se mantiene tal cual está, todo hace suponer que las presidenciales las ganaría el Partido Colorado, aunque, por supuesto, el reacomodamiento de las fuerzas políticas se verá con el tiempo. Pero así se especula porque como la coalición que llevó a Lugo a la presidencia, la Alianza Patriótica para el Cambio, se acaba de fracturar entonces no habría en la próxima contienda un candidato único que compita contra los colorados, que gobernaron el país durante 61 años hasta 2008. Por el contrario, podría esperarse un candidato liberal y también alguien que represente a la centroizquierda.
¿Es posible que las fuerzas progresistas se aglutinen nuevamente sin la figura de Lugo?
Los movimientos de campesinos, los sindicatos, los estudiantes, probablemente hagan alguna especie de coalición porque están organizados políticamente, pero son marginales en términos electorales. En 2008, necesitaron de una figura carismática como él, quien lograba aglutinar a otros sectores, como algunos urbanos que encontraban en él un líder que pelearía contra la corrupción. Además, la coalición de 2008 contó con los votos de los liberales. Lugo desilusionó a la base social que lo apoyó, gracias a la cual también pudo mantenerse en el poder. Sí implantó algunos planes sociales, impulsó la salud gratuita, construyó escuelas, políticas que antes no existían en Paraguay. Sin embargo, todo el tiempo hizo concesiones a los grupos de poder, para poder sobrevivir, en una estrategia que no le dio resultados.
El tema clave en Paraguay es la distribución de la tierra (el reparto más injusto de América Latina). Franco dijo que el asunto tendrá una solución «inmediata». ¿Qué puede significar?
La única solución inmediata es la represión. Va a ser muy difícil que Franco aquiete las aguas porque los campesinos van a seguir manteniendo su reclamo histórico y legítimo, que es poder trabajar la tierra. El modelo agroindustrial de la soja transgénica imperante en Paraguay precisa que el modelo que se le contrapone, es decir, el de los campesinos que viven de la producción de sus propios alimentos y cría de ganado, sea eliminado por incompatible. Muchas veces los campesinos o bien resisten el avance territorial y el constante despojo al que son sometidos o bien emigran a las ciudades para vivir en pésimas condiciones.
¿La posibilidad de un cambio se aleja con la salida de Lugo?
Totalmente. El ex presidente trató de manera muy tibia de impulsar una reforma agraria. Intentó la confección de un catastro sobre las llamadas «tierras mal habidas», antiguamente tierras fiscales, gran parte de las cuales Stroessner regaló como quiso. De ahí el modelo latifundista. Por otro lado, están los brasiguayos, los grupos de brasileños que viven en el Paraguay haciendo sus negocios, pero que tampoco pueden justificar el origen de sus tierras.
Se interpretó que las transnacionales de la agroindustria estuvieron detrás del golpe.
Lugo no estaba afectando de manera significativa el modelo. Más que nada, él representaba la posibilidad de una democratización. Sin embargo, esos intereses se sienten más cómodos con un gobierno que les garantice la represión.
Fuente: http://www.revistadebate.com.