El primero de mayo en Uruguay sorprendió particularmente por la oratoria del dirigente sindical compañero Richard Read. Read no es un recién llegado al movimiento obrero, es si se quiere también un dirigente histórico constructor en la lucha contra la dictadura: del PIT. Es por lo tanto tributario de un proceso histórico tremendamente traumático donde […]
El primero de mayo en Uruguay sorprendió particularmente por la oratoria del dirigente sindical compañero Richard Read.
Read no es un recién llegado al movimiento obrero, es si se quiere también un dirigente histórico constructor en la lucha contra la dictadura: del PIT.
Es por lo tanto tributario de un proceso histórico tremendamente traumático donde en Uruguay se retoma a un nuevo nivel, el desarrollo de los movimientos sociales, y en particular el sindical y luego acontecería lo mismo con el movimiento político. Los servicios de inteligencia del Imperialismo luego de su fracaso en domesticar la guerrilla cubana, apostaron abiertamente en toda América a la táctica del aborto, alentado los movimientos guerrilleros para desarticular los movimientos sociales. La debilidad social de EE.UU. ayudó a dar fin a este proceso, que ahora como contrapartida conoce el auge de los movimientos progresistas apoyado en múltiples corrientes sociales.
A esto se agrega la debacle del capitalismo de estado frente al desarrollo de los complejos empresariales multinacionales, que supeditaban y sometían a sus necesidades prácticamente a todos los estados del planeta, el stalinismo ya no tenía horizonte.-
El discurso de Read, por momentos emocionantes, particularmente en las referencias a la preparación del 1º de mayo de 1983, se da en medio la mayor crisis del sistema capitalista en el mundo. Y sin una sola respuesta a la misma, sus referencias al programa desarrollado por Marcelo Abdala no pasan de los buenos deseos que comparten todos los dirigentes de la Central, y preocupados porque ello no pasa de ese plano y con la amenaza del deterioro de las condiciones internacionales.
Somos un país de laburantes y construido por laburantes que tuvo durante muchos años en Batlle y Ordoñez, por resumirlo en una figura, la esperanza de progreso que plasmaron muchas de nuestras familias, que no importaba trabajar por un mendrugo, si la salud, la enseñanza, la vivienda permitían que nuestras familias progresaran.
Mucho aún queda, pero la fractura social es cada vez más profunda, y no porque no se hagan esfuerzos por mitigarla, sino porque el capitalismo viene degradando el trabajo a nivel universal, y lo que es progreso para un sector de la sociedad es trabajo en cada vez peores condiciones para la inmensa mayoría.
Por eso la arenga de Richard le debe haber caído bien a los pichones neoliberales, pero incomprensible para aquellos que desde sus ancestros familiares siempre adoptaron una cultura de trabajo, sin la cual sería inexplicable el Uruguay de hoy.
Y esto sin desaprobar lo dicho por Read, que debe ser el santo y seña de la construcción sindical y en particular para nuestros dirigentes.
El tema se plantea sobre cuál es el programa que hoy abre la esperanza, el que levanta la central es insuficiente, en primer lugar porque solo atina a verlo dentro de las fronteras nacionales.
Defender la mano de obra agregada, que para los empresarios supone bajar el salario, no debe ser ver al trabajador de los otros países como enemigo, sino como se articula un programa que defienda el trabajo en el mundo.
Millones de trabajadores en EE.UU. y en Europa están en la misma y sin una respuesta adecuada. Como dijo en alguna oportunidad el compañero Cr. Danilo Astori: «el capitalismo no tiene respuesta»; el desafío es que nosotros si tenemos que tenerla.
Desde que inicié esta nota, a ahora, ya hay muchos más dólares y euros en el mercado mundial (se licua la crisis con emisión), y mientras tanto se crea un conflicto social por las diferencias monetarias, particularmente en las fronteras. Es hora de hablar sin tapujos de la necesidad de que la economía en el mundo sea medida por una unidad de medida universal, impidiendo los manejos que contra la gente se hacen y avanzar en un sistema impositivo basado en la circulación del dinero, eliminando los paraísos fiscales y los impuestos al trabajo, a las pensiones y al consumo.
Necesitamos ayudar a morir en paz al capitalismo, la amenaza fascista del uso de armas nucleares está latente, necesitamos reformas que inicien la transición hacia una sociedad sin explotados ni explotadores.
Este primero de mayo como nunca antes se sintió la fuerza de la consigna: «Trabajadores de todos los países Uníos»!!!!!
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