Tras más de un centenar de días en el gobierno, el presidente paraguayo Mario Abdo carece aun hoy de una agenda, un hoja de ruta por donde transcurrirá su mandato de cuatro años, en el marco de una elevada desigualdad social y económica, una creciente pobreza y un preocupante desempleo… y un juego geopolítico poco […]
Tras más de un centenar de días en el gobierno, el presidente paraguayo Mario Abdo carece aun hoy de una agenda, un hoja de ruta por donde transcurrirá su mandato de cuatro años, en el marco de una elevada desigualdad social y económica, una creciente pobreza y un preocupante desempleo… y un juego geopolítico poco claro.
En su brfeve visita a Asunción, tras la cumbre del G-20, el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan se comprometió a firmar con Abdo un acuerdo para combatir el terrorismo y el crimen y los delitos transnacionales, lo que constituye un desafío en el marco de la agenda global y también en sus respectivas regiones, informó la Presidencia de Paraguay.
Este memorando para la cooperación en el ámbito de la seguridad confirma el estrechamiento de las relaciones desde setiembre pasado, cuando Abdo resolvió mudar de nuevo la embajada paraguaya a Tel Aviv en contradicción con la decisión de su antecesor Horacio Cartes de trasladarla a Jerusalén en mayo siguiendo la línea de Estados Unidos. Israel retiró como represalia su embajada de Asunción, mientras Turquía anunció la apertura de una sede permanente en la capital paraguaya.
La tierra, el agronegcio, la pobreza
En lo interno, Abdo tiene una situación interna indefinida, con la oposición y rechazo del sector del expresidente Horacio Cartes dentro de su propio partido, el Colorado, de quien heredó la obligación de mantener el déficit anual en 1,5% del Producto Bruto Interno, lo que le impide acciones para mitigar la pobreza, plantear proyectos de desarrollo o la mejora de la salud y la educación.
Una de los mayores problemas del país es el acaparamiento de las tierras por apenas terratenientes que apenas representan el dos por ciento de la población y que son responsables de la destrucción de los bienes naturales. Lo cierto que han pasado varios gobiernos, pero ninguno se atrevió a tocar la estructura de acaparamiento de la tierra.
Este modelo de apropiación está basado en los agronegocios, en especial la exportación de soja y carne, principalmente, obstruyendo posibilidades de disminuir la pobreza y aumentan la desigualdades en el país. Paraguay es el país con menos impuestos sobre la exportación de granos en la región, con presiones tributarias bajas e injustas.
Durante el gobierno de Cartes se incrementó la deuda pública del país en un 63% con la excusa de lograr más inversiones, de la cual el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial son los principales acreedores. Gran parte del dinero fue destinado a construcción de infraestructura para los agronegocios.
Abdo Benítez, incluso antes de asumir, dio tranquilidad a los grandes señores del agronegocio, y aseguró que la tasa impositiva para la soja no aumentará.
La pobreza afecta al 28% de la población, lo que representa aproximadamente 1.900.000 personas. Una de cada dos personas en situación de pobreza o pobreza extrema es menor de 18 años, muchos de ellos en edad escolar no asisten a centros educativos por problemas relacionados a la pobreza.
Por ejemplo, en el Departamento de Caaguazú existen 400 mil hectáreas de soja pero es una de las regiones más afectadas por la pobreza. El avance de los agronegocios y del extractivismo no conlleva necesariamente bienestar para la mayor parte de la población; en Caaguazú en la última década la agricultura campesina perdió 42,2% de superficie y el agronegocios creció en similar superficie (41,5%) ], revelando la imposibilidad de coexistencia entre estas formas de producción.
De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, Paraguay es uno de los dos países con menos oportunidades de empleo para los jóvenes en Latinoamérica, ya que en la economía real, lo único que crece es el desempleo. El agronegocios ocupa a un trabajador por 400 hectáreas, mientras que la agricultura campesina emplea a una familia completa en 10 hectáreas
La exportación de soja que tiene una incidencia importante en el PIB, y está prácticamente exenta de impuestos, absorbe poco capital humano, no es generadora de empleo. Y los pocos puestos de trabajos que se generan en el sector primario vinculado a las grandes actividades agroganaderas, son en condiciones de precariedad, de explotación e ilegalidad.
Y, en la medida que el modelo avanza también aumenta la desigualdad: Si en el 2013 el índice de Gini era de 0.448 aumentando al 2017 al 0,488, la situación empeora si tomamos las zonas rurales donde en el 2013 fue de 0.482 a llegar al 0,493 en el 2017. El promedio de desigualdad en América Latina es de 0,469: Paraguay se ubica por encima.
Según el Observatorio Económico de la Facultad de Ciencias Contables, Administrativas y Económicas de la Universidad Católica (UCA) «600.000 niños se encuentran en situación de pobreza y representan el 40% del total de los chicos en ese rango de edad mencionado» Las causas son el modelo económico «que no proporciona igualdad de oportunidades para todos, una sociedad y una economía con un alto impacto de problemas de desocupación y subocupación laboral».
En un informe (julio 2017), Urmila Bhoola, Relatora Especial de la ONU, denunció el déficit sobre el trabajo digno, el criadazgo, trabajo forzoso y servidumbre por deuda, servidumbre doméstica, y puso en evidencia la falta de respeto y de garantías para los y las trabajadoras. Destacó la situación de los indígenas en el Chaco quienes «se ven obligados a trabajar en condiciones de explotación profunda», sujetos a prácticas que constituirían trabajo forzoso y una forma de esclavitud contemporánea, «largas horas sin pausas y reciben la totalidad o la mayor parte de sus salarios en cupones o créditos que se pueden gastar en tiendas propiedad de los empleadores»
Viajando
En sus primeros tres meses, Abdo optó por tratar de posicionar a su país en el mapa geopolítico, que le valió críticas de Washington: viajó a Rusia antes de asumir (quizá para ver el Mundial de fútbol) con la meta de lograr acuerdos en materia de comercio y seguridad, prospección de hidrocarburos, desarrollo de la energía e infraestructura, materializando un acuerdo con la agencia nuclear rusa Rosaron para la investigación.
También visitó a sus socios ideológicos de la región -Michel Temer en Brasil y Mauricio Macri en Argentina-, países fronterizos con los que compatte la explotación de las hidroeléctricas de Itaipú y Yacifetá-Apipé,. También mantuvo reuniones con la diretora del Fondo Monetario Intercional (FMI) Christgine Lagarde, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Luis Alberto Moreno. Y con el entonces jefe del Comando sur estadounidense Kurt Tidd y el secretario del Tesoro, Steve Munchin.
Con Donald Trump logró reunirse cuando asistió a la Asamblea General de la ONU en septiembre, y aprovechó para conversar con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Al gobierno estadounidense no le agradó la reunión que en esa oportunidad mantuvieron los cancilleres de Paraguay e Irán Luis Castiglioni y Mahammed Zarif, ni la invitación a Palestina y Turquía para que abrieran embajadas en Asunción, ni el restablecimiento de la sede diplomática en Tel Aviv, ni la visita a Paraguay del emir de Qatar, Timim ben Hamad y del mandatario turco, el último fin de semana.
Hay un gran vacío de referentes antisistema, mientras el grupo de oposición más fuerte proviene del propio oficialismo, lo que le permite adjudicarse como propia la lucha anticorrupción que la ciudadanía libró en las calles en contra de exlegisladores corruptos, y que se saldó con la destitución de los mismos.
Payo, a los correazos
El vacío es evidente y pareciera que el tiempo empieza a jugar en contra del Abdo, con una oposición distraída, que permite que comience a fortalecerse en la opinión pública el liderazgo de Parguayo ‘Payo’ Cubas, el senador del partido Cruzada Nacional que pese a ssr colorado se posiciona con un discurso antisistema y cuyo creciente peso político preocupa en un periodo de surgimiento de liderazgos como el de Jair Bolsonaro en Brasil.
Siempre ha respondido en contra del oficialismo con movilizaciones y marchas contra el Gobierno. Ganó notoriedad en los medios por pegar correazos a los legisladores colorados, y dijo que luchará contra los políticos corruptos. «A unos cuantos bandidos les vamos a pegar en el Parlamento, va a dar gusto encontrarnos con alguna gente en la Cámara de Senadores, ahí no pueden usar guardaespaldas los mangú, los narcos menos y los que robaron el país, paredón»,
En 2016 Cubas fue recluido en la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este tras ser procesado por haber pintado con grafitis la sede de la Fiscalía. Allí fue visitado por el vicecónsul y un diplomático estadounidense. Es que nació en Washington, por lo que tiene la nacionalidad norteamericana. Como al momento de su nacimiento su padre ejercía el servicio militar también es paraguayo natural, por lo que tiene doble nacionalidad.
Celso Guanipa Castro. Periodista y politólogo paraguayo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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