Mientras los haitianos enfrentan su última batalla para sobrevivir, es muy aleccionador ver como ciertos países vecinos responden a esta crisis, porque la reacción de un país muestra sus motivos, sus temores y sus esperanzas. Los Estados Unidos, el vecino económicamente más rico, al norte de Haití, un país que tiene una inmensa historia de […]
Mientras los haitianos enfrentan su última batalla para sobrevivir, es muy aleccionador ver como ciertos países vecinos responden a esta crisis, porque la reacción de un país muestra sus motivos, sus temores y sus esperanzas. Los Estados Unidos, el vecino económicamente más rico, al norte de Haití, un país que tiene una inmensa historia de intervenciones políticas, militares y económicas, inmediatamente envió tropas, como la División Aereotransportada 82, de sus fuerzas armadas; jóvenes con fusiles y entrenados para la guerra a una tierra que sufre los efectos del desastre natural de un terremoto.
Cuba, aún cuando es su segundo vecino más grande, es un país de modestas posibilidades, con un GDP más parecido al de los países africanos que al de los europeos. Cuba envió 500 doctores equipados con provisiones médicas que ayudaron a movilizar a cerca de 400 médicos haitianos, todos graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM). Los Haitianos, como estudiantes de todo el mundo -incluídos de los Estados Unidos-, educados sin costo alguno en esa escuela cubana de medicina, ahora tenían la oportunidad de velar por su propio pueblo.
Fidel Castro, prolífico escritor desde que dejó su puesto, escribió pocos días después del 12 de enero, cuando se produjo el terremoto:
Hora tras hora, día y noche, los profesionales cubanos de la salud han trabajado sin parar en las pocas facilidades disponibles, en carpas y en parques, y también en espacios al aire libre porque la población teme nuevos temblores.
Los doctores cubanos se esforzaron por encontrar y ayudar a sus colegas haitianos que vivían en las barriadas destruídas. Y el ex-jefe de estado cubano miró a la historia haitiana:
Haití es un producto neto del sistema colonial, capitalista e imperialista impuesto sobre el mundo. La esclavitud de Haití y la pobreza que siguió fueron impuestas desde el extranjero. El terrible terremoto ocurrió después de la cumbre sobre cambios climáticos de Copenhague, donde los derechos más elementales de los 192 países miembros fueron pisoteados.
En un terso final a su ensayo, Fidel lo resume así:
¡Nosotros enviamos doctores, no soldados!
Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/02/24/ayuda-haiti-tanques-doctores/