Categoría: Cultura
Se publicó como un suplemento de Literatura del Boletín de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, la única institución cultural vasca no prohibida por el franquismo; por ello, supuso un verdadero hito, la primera tregua al euskera en la posguerra.
Salvador Seguí representaba, junto a Ángel Pestaña, la vena más reflexiva y obrerista del anarquismo ibérico, y estaba destinado a jugar un rol decisivo cuando el movimiento quedara atrapado en el conflicto inevitable y crucial entre las dos estrategias revolucionarias que anidaban en él.
«Este cineasta construyó un gran telescopio que indaga en todas las dimensiones de lo humano y que sobre todo, nos obliga a repensar nuestro modelo de desarrollo».
Un trabajo de síntesis integradora sobre el devenir de la Segunda República española constituye un compendio accesible y provisto de espíritu crítico que no elude aspectos que concitan discusiones hasta hoy, a ambos lados del océano.