
Las personas de todo el mundo son cada vez más conscientes de su finitud, ya sea por muerte individual, como vino a recordarnos el coronavirus, o por la posibilidad de su total extinción, como pasó con los dinosaurios, como alertan los ecologistas. Las condiciones climáticas empeoran con cada año que pasa y dan la razón a quienes temen, anuncian y esperan la catástrofe final.