Adrián Sotelo Valencia | 

Kintto Lucas | 

¿A quién salvar entre una corona y el coronavirus? ¿A quién salvar entre la monarquía y la república? ¿A quién salvar entre el habitante del Guasmo guayaquileño y el de Sanborondón? ¿A quién salvar entre el que se lleva la plata fuera sin pagar impuestos y el que vende limones en una esquina de Quito?

Covid-19

Atilio A. Boron | 

Los gobiernos que apostaron a la “magia de los mercados” para atender los problemas de salud de su población exhiben índices de mortalidad por millón de habitantes inmensamente superiores a los de los Estados socialistas que conciben a la salud como un inalienable derecho humano.

El cautiverio, aún por razones de prevención, profilaxis y cerco de patologías, constituye una medida de ruptura dramática con la convivencia social.

Desde una estricta perspectiva de políticas económicas, las medidas italianas para atender la crisis del COVID-19 tienen un fundamento: conservar y alentar la demanda, para que la oferta de bienes y servicios no caiga o se restituya pronto. Es una lección aprendida desde mediados del siglo XX. En definitiva, mantener el mercado interno de consumo. En países de América Latina, como Ecuador, sucede todo lo contrario.