
Agricultores trabajan con comunidades de la reserva indígena más antigua de Brasil para restaurar tierras degradadas por la expansión de los cultivos de cereales
Agricultores trabajan con comunidades de la reserva indígena más antigua de Brasil para restaurar tierras degradadas por la expansión de los cultivos de cereales
Mientras Tokio argumenta que arrojar el agua al mar es «una tarea inevitable» para desmantelar la planta, países vecinos como China y Corea del Sur cuestionan y critican duramente la decisión.
La agricultura ha perturbado el planeta más que cualquier cosa que hayamos hecho nunca, incluso quemar combustibles fósiles. Un futuro sostenible depende de que reconozcamos este hecho, y de que cambiemos radicalmente la manera en la que cultivamos y nos alimentamos.
[Versión modificada del artículo publicado con el mismo título en Revista de Economía Crítica, núm. 30 (segundo semestre de 2020)]
La aparición de la COVID-19 ha producido una revitalización de los productos de un solo uso, especialmente los destinados a la protección personal contra la pandemia, como mascarillas quirúrgicas o guantes de plástico. Estos objetos, han traspasado los ámbitos donde se utilizaban, sanitario y asistencial, para ser usados por un gran porcentaje de la población en su vida cotidiana.
A medida que el sol se pone sobre el follaje de los árboles albizia amara, una fina capa de niebla comienza a descender sobre los bosques del Santuario de Vida Silvestre las Colinas Malai Mahadeshwara, que se encuentra aproximadamente a 150 kilómetros al sur de la ciudad india de Bangalore.