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Entrevista a Miguel Serna Forcheri

Cómo y por qué llega la izquierda uruguaya al gobierno; los desafíos ante las expectativas sociales (I parte)

Fuentes: La onda digital

Primera parte del diálogo que La ONDA mantuvo con el sociólogo Miguel Serna Forcheri, doctor en Ciencias Políticas Comparada e Integración Latinoamericana. «El desafió que se le presenta a la izquierda es cómo atender a la coyuntura y como atender el mediano plazo. Esto tiene mucho que ver con su identidad, cómo mantener sus banderas […]

Primera parte del diálogo que La ONDA mantuvo con el sociólogo Miguel Serna Forcheri, doctor en Ciencias Políticas Comparada e Integración Latinoamericana. «El desafió que se le presenta a la izquierda es cómo atender a la coyuntura y como atender el mediano plazo. Esto tiene mucho que ver con su identidad, cómo mantener sus banderas históricas que la llevaron al gobierno con una implementación de medidas que den señales y que a la vez sean percibidas por la ciudadanía, como medidas de un gobierno progresista, de izquierda», sostiene Serna.

– ¿Qué causas o raíces se pueden ubicar en el origen y motivaciones del triunfo de la izquierda en las recientes elecciones nacionales del último 31 de octubre?

– En primer lugar hay cierto consenso en la academia y en varios estudios en que los factores que dan lugar al triunfo electoral de la izquierda vienen de hace mucho tiempo atrás.

Hay un grupo de factores que tiene que ver con cuestiones de larga duración, que son los principales. Por una parte tienen que ver con crisis estructurales que vivió la sociedad uruguaya, en la economía, en la política y la sociedad en la década del ´60 y ’70, que generaron una serie de procesos de larga duración. Estos factores operaron en el plano nacional y en el internacional, me estoy refiriendo al quiebre de los modelos de desarrollo económicos de industrialización por el de sustitución de importaciones y simultáneamente los quiebres de los estados de bienestar o estado social como se los ha dado en llamar.

Paralelamente una creciente movilización de sectores subalternos ante los crecientes déficit sociales que dejaban el desmantelamiento de estos estados de bienestar.

La pregunta que uno puede hacerse es ¿por qué una parte importante de las izquierdas lograron capitalizar las crisis y el descontento social?. Ya que no necesariamente hay una vinculación entre crisis, descontento y la izquierda.

– ¿Porqué se da en el caso uruguayo?

– Jugaron varios factores, por una parte se constituyeron como sujetos políticos capaces de expresar y canalizar el descontento de los sectores con mayor capacidad de organización colectiva. Esto es, son los sindicatos de trabajadores, organizaciones de las clases medias, de los intelectuales, movimientos rurales y de diverso tipo. Lograron conformar por una parte base social en el mundo del trabajo, en el mundo de la cultura y en el mundo rural y urbano al mismo tiempo.

Esto les permitió a estos sujetos políticos tener bases sociales propias y diferenciadas que ante el déficit de la quiebra del estado de bienestar y con viejas y nuevas cuestiones sociales que estaban apareciendo en estas sociedades.

Hay otro grupo de factores que tienen que ver con procesos históricos internos a las izquierdas, que la llevaron a una parte significativa de ellas al poder político.

Allí podemos ubicar un proceso de adaptación a condicionamientos externos que provenían de condicionamientos externos internacionales pero también nacionales del sistema político y por otra parte un largo proceso de reconversión ideológico de identidad de la izquierda que se dio sobretodo en las décadas del ’80 y ’90.

La izquierda lleva adelante un proceso de progresiva inserción en el sistema político y en la democracia que se vio de diversa forma. Por una parte se vio este proceso por la critica a las reformas económicas neoliberales y pro mercado, estas criticas iban acompañadas de una revalorización del papel de Estado con relación al desarrollo nacional.

Paralelo a esto la reivindicación a lo que podemos llamar la función social del Estado y esto en varios planos, por una parte reivindicación de ese estado de bienestar con todas sus dificultades de estado social con todas sus limitantes que había funcionado en la mitad del siglo XX, este Estado debía ser recuperado en su función de redistribución social, de proveedor de servicio social.

En otro plano igualmente importante esta función social del Estado implicaba la reivindicación del papel de articulación y mediación del Estado y la Sociedad civil. El Estado no era simplemente un Estado proveedor de servicios, también era una forma de relacionamiento y articulación con la sociedad civil organizada y con el Estado. En aquel viejo trípode entre Capital, Estado y Trabajo.

Un tercer aspecto de esta función del Estado es del Estado como agente capaz de reconocer derechos individuales y colectivos, derechos ciudadanos. Esto esta muy fuertemente expresado en las izquierdas de los ’80 y ’90.

Estos procesos de adaptación y reconversión tuvieron que ver en el caso uruguayo con cambios del sistema político.

El primero, la importancia del quiebre institucional, del quiebre de la democracia y el efecto negativo de la dictadura en general para todo el sistema político.

El segundo aspecto es que la izquierda capitalizó buena parte de ese quiebre en un doble sentido, por una parte la izquierda recuperó una parte de su memoria histórica a través de la memoria de la resistencia. La idea de que la izquierda no fue la única pero fue un actor de la resistencia a la dictadura. Esto genera épica y las ideas políticas se gestan así, principalmente.

Al mismo tiempo aparece como un actor que no solamente fue un actor perseguido, recordemos las identidades que fundaron este sistema político nacieron de una guerra civil, una vez más los momentos de quiebre institucional gestan identidades políticas, en la izquierda la gesta tuvo que ver con la crisis pero luego tuvo que ver con el quiebre institucional. También debemos recordar que tuvo que ver con la reconstrucción ya que la izquierda aparee como actor de esa transición democrática. Actor sin el cual no se podía llevar a cabo.

A su vez como lo referíamos al principio esta izquierda reivindica el Estado social Batllista, el Estado social del primer ciclo democrático. Recupera una parte de las tradiciones históricas de la cultura política uruguaya.

Y a su vez, otro factor que tiene que ver con los cambios del sistema político y con el posicionamiento de los actores, es el proceso, sobre todo en la post-transición, donde progresivamente la izquierda además de sus bases tradicionales, va progresivamente ganando espacio en el electorado de centro izquierda y de centro, espacio que progresivamente van dejando los partidos tradicionales que cada vez más se quedan con una oferta muy orientada hacia la derecha y sus alas más conservadoras. Perdiendo así su multiclacismo tradicional.

– ¿Qué otros factores agregaríamos como causantes de este triunfo electoral de la izquierda uruguaya?

– Me importa subrayar la reconversión de la Izquierda en democracia, ya señalamos cosas que tenían que ver con su accionar desde hace mucho tiempo atrás. Pero importa recordar que a partir de la transición democrática la izquierda se integra muy fuertemente al sistema democrático y al juego político. Por un lado en la competencia y la representación política en las cuotas de poder político, en la competencia electoral y desde la oposición.

Simultáneamente se da una reconversión de su identidad, sobre todo de su identidad en relación, tradición de izquierda, tradición socialista y tradición democrática.

Este fenómeno tiene varios planos hay una vía republicana de la democracia, una valorización de las instituciones y las necesidades de tener transparencias en esas instituciones políticas, la idea de la moralización de lo público, de la ética como un elemento central.

Esta también el tema de la vía social democrática, una parte de la izquierda también integra en el discurso vinculado a la democracia la idea de «aggiornar» las tradiciones de izquierda en el sentido de la socialdemocracia europea. Otra parte importante recupera la idea de izquierda y democracia en el sentido de la reinvención nacional de las tradiciones socialistas, reafirmando las tradiciones socialistas pero reivindicando fuertemente la idea de lo nacional. Esto estuvo en la campaña a través de los símbolos nacionales.

Recordemos un hecho que no fue parte de la campaña formal pero estuvo muy cerca en el tiempo, la reinauguración del Teatro Solís en una fecha de significado nacional. En una palabra la izquierda se nacionalizó muy fuertemente, incorporando a su tradición socialista la idea de identificación con lo nacional. Otro aspecto relevante en esta dirección es la idea de que esta democracia que tenemos de pos transición era importante, se valorizó de diversas formas pero al mismo tiempo era insuficiente, hay que profundizarla. Profundizarla en múltiples sentidos, sobretodo por los déficit que ha acumulado por el lado de una ciudadanía más sustantiva, no solo en un plano político y económico sino también social. Extender la democracia es una característica del discurso de la izquierda pos transición.

– Los antecedentes en América latina son principalmente dos, Cuba que llega por la vía armada y la del Chile de Allende que accede al gobierno por vía electoral. Luego con otras características, más recientemente está lo de Lula en Brasil. ¿Que desafíos se le pueden plantear a la izquierda uruguaya ahora desde el Estado, al ser gobierno?

– Tu haz dicho algo central y lo podemos vincular con lo que exponíamos. La izquierda en democracia la última vez que llegó en América Latina al gobierno en una experiencia fuerte fue la de Chile, tenemos ahora en el inicio del siglo XXI dos experiencias importantes, la de Brasil con un partido que se define como socialista y al mismo tiempo como democrático. Tenemos aquí esta experiencia a la uruguaya con un partido que internamente tiene muchas corrientes, muchos sectores y una heterogeneidad de sectores como electores.

Estas dos experiencias de izquierdas que llegan al gobierno por vía democrática y que se han definido tradicionalmente como de izquierda, significan un cambio muy importante en términos nacionales y regionales.

Teniendo en cuenta la pregunta sobre los desafíos, lo que me parece relevante es destacar lo que parece que aparentemente no va a ser una dificultad. Cuando uno ve la experiencia de la izquierda brasileña en el gobierno y como llega en el Uruguay, hay dos elementos que parece que no van ser una dificultad o obstáculo central. Lo primero la estabilidad política, ya que la literatura académica veía como cierto problema que al llegar al gobierno este factor era un problema. Parece ser que desde el punto de vista politológico la estabilidad política no va a ser un problema. El caso de la izquierda uruguaya llega con mayoria parlamentaria ya en la primera vuelta. Apareciendo con una mayoria propia.

El otro aspecto a tener en cuenta es el de la economía. La campaña electoral en el caso Brasil fue un tema central, se hablaba de que los mercados tenían fuertes desconfianzas de que un cambio político podía generar cambios en las reglas de juego económico que generara o alterara la estabilidad economía.

Esto no sucedió en Brasil y no parece ser un tema que suceda en Uruguay. Por dos razones: los gobiernos entrantes con anterioridad han dado señales simbólicas señalando que van a ser transiciones económicas reguladas con reglas claras, moderadas en el tiempo. En el caso uruguayo la designación nominal de Danilo Astori como ministro de economía con anterioridad al triunfo del 31 de octubre fue un ejemplo de ello. El curso de los hechos económicos en los dos años del gobierno de Lula también muestran este camino.

Otro ejemplo que no es de la macroeconomía, es el hecho de que son economías que están saliendo o terminando un ciclo de crisis económica, por lo tanto hay una ventana de oportunidades de algunos años de que la inserción externa y la dinámica interna de estas economías dé ciertas oportunidades para estos gobiernos entrantes, con balanzas comerciales positivas, y que en la balanza de pagos se recuperen algunos capitales.

– ¿Cuáles pueden ser los desafíos más complejos?

– El primer desafío relevante va a ser cómo administrar las expectativas sociales, muy grandes en términos de déficit de derechos y costos sociales que se fueron perdiendo en estos ciclos de la crisis. Lo otro es la implementación de reformas que no necesariamente van a tener impactos inmediatos, El ritmo y el vinculo entre expectativas sociales atrasadas, justificadas por todos los impactos negativos, y lo que hagan estos nuevos gobiernos de izquierda.

Otro gran tema es el de la relación Partido y gobierno, o entre coalición y gobierno. Este es un punto central desde el punto de vista político en el devenir de estas experiencias. Por ejemplo en el caso uruguayo primero se instala dentro de la coalición y después con el resto del espectro político, en este sentido ya se han dado señales. La relación partido gobierna, elencos que tienen que formar gobiernos no tradicionales, será todo una nueva experiencia.

Luego también el que la izquierda llega al gobierno esto tendrá impacto sobre su identidad, porque la izquierda viene con una fuerte tradición de oposición. Ahora se tendrá que colocar del otro lado, traduciendo buena parte de sus banderas hacia la esfera gubernamental. En cualquiera de los planos que lo realice en lo educativo, la salud, en los temas de derechos humanos, la impresión es que no va a ser senillo y fácil y especialmente no va a ser rápido.

El desafió que se le presenta a la izquierda es cómo atender a la coyuntura y como atender el mediano plazo. Esto tiene mucho que ver con su identidad, cómo mantener sus banderas históricas que la llevaron al gobierno con una implementación de medidas que den señales y que a la vez sean percibidas por la ciudadanía, como medidas de un gobierno progresista, de izquierda.

El otro gran tema es cómo luego de estos acontecimientos se reconstituya o reconfigure el sistema político, que ha tenido grandes cambios en términos históricos. ¿Cómo sé reconfiguran los partidos tradicionales que durante más de un siglo han estado como partidos gobernantes, pasados ahora a opositores?. En el caso del Partido Colorado con un desafío mayor, ya que fue el partido que predominó en el gobierno en los últimos años y que ahora ha pasado a tener casi un papel testimonial.

Una parte de los desafíos del nuevo gobierno va a ser cómo establece la relación con los partidos tradicionales. Desafíos que se plantearán para ambos. Este nuevo formato bipolar o bipartito que no estará terminado ahora ya que el ciclo electoral se completa con las elecciones municipales de Mayo. Habrá formas de cohabitación como hasta ahora sucedía en el sistema político uruguayo. O se configurarán como oposición desde el llano, como le pasó a la izquierda durante este ciclo democrático. De esto uno solo puede plantear interrogantes, más que certezas. Recordemos que los analistas sociales hacemos buenos diagnósticos respecto a lo que pasó, más que sobre el futuro. Pero ciertamente en nuestro caso como lo señalábamos al inicio, hace bastante tiempo que venimos analizando estos cambios que ahora terminan de confluir en lo electoral y que se vienen procesando hace mucho tiempo.