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¡¡Die hunde, die hunde!!
Guerra y tecnología

Fuentes: Rebelión [Imagen: ]

En un sorprendente e insólito relato, Curzio Malaparte (el privilegiado escritor fascista pariente de Mussolini, enviado por este como reportero militar adjunto al ejército alemán durante la invasión nazi a Rusia en 1941, llamada operación Barbarroja, que tuvo a los poderosos y mortíferos “Panzer” -tanques blindados de orugas- como una de sus armas principales de penetración terrestre en el teatro de operaciones de la estepa ruso-ucraniana, donde hoy se está definiendo el futuro de la humanidad) describe en una de sus crónicas mas impactantes cómo los militares y partisanos rusos una vez salieron del aturdimiento inicial y con un poco mas de experiencia en el combate, ante el aislamiento del grueso del ejercito y frente a la impotencia de los pequeños y vulnerables tanques soviéticos debieron recurrir al ingenio:

Una vez capturado un Panzer abandonado, lograron transportarlo y esconderlo en un bosque muy tupido y aislado. Luego el oficial responsable del grupo partisano explicó su idea a la tropa. Entonces, ordenaron a sus milicianos recoger todos los perros callejeros y vagabundos que hallaran en los poblados vecinos y traerlos al refugio. Todos los que pudieran. Allí los juntaron y los sometieron al hambre de tres días. Al tercer día les pusieron abundante comida debajo del Panzer y por turnos les fueron creando el reflejo condicionado de comida bajo el Panzer. Al fin y al cabo Pavlov era ruso y el oficial había leído algo sobre los experimentos pavlovianos, además el advertido militar al examinar el Panzer se había dado cuenta que el sonido en el piso al percutirlo era más agudo que el de las paredes laterales y la torreta, lo que indicaba un escaso blindaje en el piso.

Mientras tanto, los soldados y partisanos elaboraron arneses capaces de contener dos cargas de un potente explosivo a lado y lado del lomo del perro, conectados con una antena de alambre de unos 30 centímetros de altura que al contacto con el metal hacía explotar la carga con el perro. Y así, los exploradores de vanguardia descubrían un grupo de Panzer. Traían unos cuantos perros hambreados y los soltaban. Los animales adiestrados salían a toda velocidad a buscar la comida debajo de los tanques, mientras los tanquistas alemanes aterrorizados al verlos venir gritaban ¡¡die hunde, die hunde!! (los perros, los perros).

Era la crueldad y brutalidad de toda Guerra, la que les permitió a los rudimentarios partisanos eliminar varios grupos de tanques en el frente,y contribuir a detener su marcha devastadora y genocida hacia Moscú, la esclavización de la raza inferior rusa y eslava, con el saqueo de sus grandes recursos con los que soñaba la expansión imperialista Nazi.

Lo que el oficial partisano ignoraba era que estaba encontrando una forma más de la vieja y antigua relación entre la Guerra y la tecnología.

Del uso inmemorial de animales como caballos, perros, incluso elefantes o camellos como auxiliares de combate, que había preocupado a hombres y filósofos desde la antigüedad remota y desde antes de que las Fuerzas Productivas y la técnica logradas por el capitalismo llegaran al desarrollo revolucionario y veloz que hoy llamamos revoluciones tecnológicas. Tal y como lo ha señalado el filósofo Herbert Marcuse, en su inicial y casi desconocido tratado titulado “Guerra. Tecnología y Fascismo”, escrito en EEUU poco después de concluida la II guerra mundial en forma de análisis para la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos (US Office of Strategic Services), precursora de la CIA; luego recopilados y publicados en la primera edición en inglés en 1998, y reproducida, con gran acierto, por la Universidad de Antioquia Colombia en agosto 2001, dentro de la colección “atraparte”. 330 páginas.

Tecnología para la guerra, que hace ya más 500 años le había dado el triunfo al naciente capitalismo europeo en el desarrollo de la guerra de civilizaciones periféricas,que con mastines, caballos, tercios con aceros, arcabuces, mosquetes y navíos artillados, a lo largo de los siglos XVI y XVII, impuso su hegemonía de saqueo, esclavización y dominio explotador a Aztecas, Incas y demás indígenas iberoamericanos desde Génova, Madrid y Lisboa. A indonesios y asiáticos del sur-oriente desde Amsterdam durante el siglo XVII, con una potente y veloz marina artillada complementada con una flexible y mortífera infantería de ocupación. A indostánicos, chinos, centro-asiáticos y africanos desde Londres durante los siglos XVII y XIX, con el “librecambio” apoyado en las tres armas ( marina a vapor, artillería pesada, e infantería móvil) de un ejército moderno en proceso de industrialización, y luego, en el Siglo XX y XXI, sobre todo el globo terrestre desde Washington, con todos los logros tecnológicos anteriores, más la aviación, las telecomunicaciones, la robótica , los misiles y la guerra híbrida. Secuencia histórica demostrada por el sociólogo de la Historia Giovanni Arrighi en su esclarecedora y trascendental obra “El largo siglo XX. Editorial Akal. 477 páginas” .

Hoy, todos los ciudadanos del mundo asistimos perplejos a una noticia global opresiva: La guerra civil (lingüística, económica, política) que se desató en Ucrania entre ucranianos pro-rusos y ucranianos pro-OTAN, fue hábilmente manipulada y utilizada por los poderes tecnológicos militares y financieros rivales que están detrás de tal contradicción lucrándose, hasta convertirla en una guerra global geoestratégica que está definiendo el paso histórico de una hegemonía unilateral agotada y en decadencia, iniciada con la derrota de EEUU en Vietnam en 1974 y afirmada con la retirada de Afganistán 2021, hacia una hegemonía multilateral en ascenso. Hoy, ha dado un paso más en la escalada con el anuncio de la OTAN de revertir la situación en el frente de batalla (que parece inclinarse a favor a del ejército ruso) y para lo cual ha decidido enviar a la estepa ucraniana, poderosos e indestructibles tanques blindados de la última generación tecnológica que usan proyectiles perforantes de “uranio pobre”:

Tanques Abrams de EEUU, Challenger 2 de UK, y Leopard de Alemania; frente a los cuales sus oponentes del complejo militar tecnológico ruso han anunciado ampliamente que van a usar armas antitanque ya probadas satisfactoriamente en la batalla por Siria: El robot “Marker2” de la imagen. Misiles antitanque Armata, misiles guiado por láser “kornet EM” usado por los palestinos contra los letales tanques Israelíes, misiles “Crisantemo” desde helicópteros, misiles kalashnikov “Vjr1” desde aviones; bombas racimo antitanque, misiles guiados por satélite, misiles de crucero subsónicos, etc. con lo que a nadie le debe quedar duda que ya no estamos frente a los perros (die hunde) de los rudimentarios partisanos soviéticos del 41, sino ante un peligroso escalamiento cuyo paso siguiente es la utilización de armas atómicas y la guerra generalizada.

Lo cual parece darle la razón una vez más al pronóstico hecho por el genial Arrighi en los últimos párrafos (¿proféticos?) del su último libro escrito en 1999 en coautoría con Beverly J Silver: “Caos y Orden en el sistema-mundo moderno. Akal. España.2001.327 páginas”, que cito así:

….«Hoy día (1999) hemos alcanzado el otro extremo del espectro. No existen nuevas potencias agresivas creíbles que puedan provocar el colapso del sistema-mundo centrado en Estados Unidos, pero este país posee recursos aún mayores que las de Gran Bretaña hace un siglo para convertir su decadencia en una dominación explotadora. Si el sistema se hunde por fin, se deberá ante todo a la resistencia estadounidense a ajustarse y acomodarse al creciente poderío económico de Asia oriental ,condición necesaria para que se de una transición no catastrófica a un nuevo orden mundial…

…En las anteriores transiciones hegemónicas, los grupos dominantes sólo asumieron exitosamente la tarea de crear un nuevo orden mundial tras importantes guerras, la propagación del caos sistémico y las intensas presiones ejercidas por parte de diversos movimientos de protesta y autoprotección. Esta presión desde abajo se ha ampliado y profundizado de una transición originando bloques sociales más voluminosos con cada hegemonía. .Así pues, cabe esperar que las contradicciones sociales desempeñen un papel mucho más decisivo que nunca en la configuración tanto de la transición (hegemónica) misma como del nuevo orden mundial que finalmente emerja del inminente caos sistémico. Pero queda abierta la cuestión de si los movimientos (de protesta y autoprotección) serán suscitados y conformados por una escalada de violencia, como en las anteriores transiciones o precederán al desarrollo del caos sistémico y serán capaces de contenerlo. La respuesta está, en último término, en sus manos. Pág 292 ”.

Sea como sea, en el actual desarrollo de la coyuntura mundial ya no es pertinente olvidar aquella recomendación de Mao Zedong sobre la diferenciación entre el enemigo principal de los pueblos y los enemigos secundarios.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.