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Disputa territorial esconde otras necesidades de Timor Oriental

Fuentes: IPS

Juvinal Dias, nacido en 1981 en Tutala, una aldea del extremo este de Timor Oriental, donde su familia se había refugiado en 1975, tras la invasión de Indonesia, sufrió en carne propia los malos tratos a manos de una potencia extranjera. Y ahora es Australia la que tiene molesta a la población timorense Dias contó […]

Juvinal Dias, nacido en 1981 en Tutala, una aldea del extremo este de Timor Oriental, donde su familia se había refugiado en 1975, tras la invasión de Indonesia, sufrió en carne propia los malos tratos a manos de una potencia extranjera. Y ahora es Australia la que tiene molesta a la población timorense

Dias contó a IPS desde Dili cómo la lucha contra la ocupación de Indonesia se entrelaza con su historia personal. «De niño siempre escuché cómo la guerra afectaba a mi familia», relató.

Y de hecho, fue en esa época, cuando se escondían del ejército indonesio, que su hermana mayor murió de malnutrición.

El padre de Dias peleó contra la ocupación junto a Falatnil (Fuerzas Armadas de Liberación e Independencia de Timor Oriental), brazo armado del Fretilin (Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente), antes de rendirse en 1979; se estima que murieron 200.000 personas a manos del ejército indonesio o por enfermedades derivadas del conflicto y el hambre causada por la brutal ocupación (1975-1999).

«La gente consideraba al ejército indonesio como el enemigo público número uno», recordó Dias, actualmente investigador del Instituto de Análisis y Desarrollo de Monitoreo, conocido como La’o Hamutuk, en lengua tetun.

Y ahora, la población timorense tilda de «país ladrón» a Australia por la disputa territorial en el mar de Timor.

Timor Oriental siempre aspiró a trazar una frontera marítima permanente a lo largo de la línea media o equidistante, como suele suceder cuando se superponen zonas económicas exclusivas.

Para el gobierno timorense, terminar de fijar la frontera marítima con Australia tiene que ver con la larga historia de sometimiento que tiene el país, desde la época en que fue colonia portuguesa, pasando por la ocupación de Indonesia hasta el actual el tratamiento de Canberra.

«Lograr las fronteras marítimas de acuerdo con el derecho internacional es una cuestión de soberanía nacional y de sostenibilidad para el país. Es la mayor prioridad nacional de Timor Oriental», declaró el año pasado el héroe de la independencia Xanana Gusmão.

Pero Australia siempre trató de evitar las negociaciones para definir la frontera marítima. En cambio, optó por lograr una serie de acuerdos de distribución de ingresos basados sobre el desarrollo conjunto de depósitos petroleros en el mar de Timor, tanto con Timor Oriental, tras su independencia, como con Indonesia, durante la ocupación.

De hecho, el argumento de Canberra es que todo acuerdo con su pequeño vecino debe tener en cuenta su plataforma continental, que se extiende hacia el mar de Timor y, por lo tanto, el límite fronterizo debe estar más cerca de ese país insular.

Australia ha adoptado una posición dura en lo que respecta a las negociaciones con sus vecinos del norte.

En el centro de esta disputa territorial estarían los yacimientos de gas y petróleo Greater Sunrise, cuyo valor se estima en 30.000 millones de dólares.

Si ambos países aceptan que la frontera esté en la mitad del mar de Timor, los yacimientos quedarían principalmente en la jurisdicción de Timor Oriental, lo que le daría a uno de los países más pobres de la región los ingresos que tanto necesita.

El acuerdo actual, acordado por ambos países en 2006, divide los ingresos por igual.

Pero el tratado expira el 10 de abril de este año, tras la notificación de Timor Oriental a Australia de que se retiraba del mismo.

Ese país pide terminar con el acuerdo desde 2012, cuando un exespía australiano reveló que Australia intervino las salas de reuniones del gabinete timorense en 2004 para sacar ventaja en las negociaciones bilaterales que desembocaron en el tratado de 2006.

También se critica a Australia por un asalto en 2013 a las oficinas de un abogado australiano en Timor Oriental, cuando desaparecieron documentos sensibles para el caso.

Timor Oriental denunció a Australia ante la Corte Internacional de Arbitraje en abril de 2016 con la esperanza de presionar a Canberra a fijar una frontera marítima permanente.

Pero como este país se retiró en 2002 de los procedimientos obligatorios de solución de controversias previstos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, Australia no queda atada, según Canberra, a ninguna decisión de ese tribunal internacional.

Sin embargo, en un hecho sorpresivo, Australia anunció en enero que tratará de fijar una frontera permanente con Timor Oriental en septiembre de este año.

La activista australiana de la Campaña por Justicia en el mar de Timor, Ella Fabry, opinó que Australia tiene la oportunidad de corregir errores del pasado y negociar con buena fe para fijar la frontera por la línea media.

«Para Timor Oriental significarían miles de millones de dólares de fondos adicionales que podrían destinarse a la salud, la educación y todo lo que necesita un país en desarrollo», explicó.

Según la organización internacional Oxfam, 41 por ciento de los 1,13 millones de habitantes de Timor Oriental viven con menos de 1,25 dólares al día y casi 30 por ciento no tienen acceso a fuentes de agua potable.

El Departamento de Relaciones Exteriores de Australia señaló una elevada mortalidad materna y un grado de malnutrición que dejó a la mitad de niñas y niños menores de cinco años con retrasos en el crecimiento, lo que ha generado gran preocupación.

El acuerdo para la frontera marítima a lo largo de la línea media está lejos de estar asegurado. Además queda serias dudas sobre la viabilidad de un gasoducto que conecte los yacimientos a Timor Oriental, para empezar porque tendría que atravesar la fosa de Timor, de tres kilómetros de profundidad.

Por su parte, Juvinal Dias sostiene que lo que se ignora cuando se habla de la disputa fronteriza con Australia es la excesiva dependencia de su país de los ingresos petroleros que, según él, ha llevado a una falta de inversiones en otros sectores de la economía.

Timor Oriental obtuvo más de 12.000 millones de dólares de su área de desarrollo petrolero conjunto con Australia. En 2005, creó un fondo de petróleo, que a fines de 2016 ascendió a 15.840 millones de dólares, alrededor de 1.300 millones de dólares menos que el máximo alcanzado en mayo de 2015.

Según la organización de Dias, los ingresos por gas y petróleo de Timor Oriental alcanzaron un máximo en 2012 y empezaron a caer, en una tendencia que se mantendrá.

Además, señaló que se prevé que termine la producción del yacimiento de Bayu Undan en 2020, y alertó que, de mantenerse el gasto actual, el fondo de petróleo se agotará en 2026.

El hecho genera gran preocupación en ese país porque 90 por ciento del presupuesto depende del petróleo, lo que Dias califica de «situación muy peligrosa».

Hay una mayor conciencia en Timor Oriental sobre la importancia de diversificar la economía, pero según él, no hay tiempo que perder.

«Si no podemos gestionar nuestra economía hoy, la pobreza no hará más que empeorar en la próxima década», subrayó.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/02/disputa-territorial-esconde-otras-necesidades-de-timor-oriental/

Traducido por Verónica Firme