La retirada de las tropas ocupantes es el primer punto para alcanzar una salida al conflicto afgano, en opinión de la activista Mariam Rawi. Hablamos con ella en una de las escalas de su viaje por el Estado español. DIAGONAL: ¿Crees que tras las elecciones y la llegada de Obama ha mejorado la situación en […]
La retirada de las tropas ocupantes es el primer punto para alcanzar una salida al conflicto afgano, en opinión de la activista Mariam Rawi. Hablamos con ella en una de las escalas de su viaje por el Estado español.
DIAGONAL: ¿Crees que tras las elecciones y la llegada de Obama ha mejorado la situación en tu país?
MARIAM RAWI: EE UU mantiene la misma política que en las últimas décadas. En todo caso, los cambios han sido negativos: ha enviado más tropas, ha accedido a que el Gobierno de Afganistán comparta el poder con los talibanes y el número de víctimas civiles ha aumentado. Las elecciones fueron un show, el resultado estaba ya decidido con el fin de repartir el poder entre los señores de la guerra y los talibanes. De fondo, había un acuerdo de no sacar a la luz la corrupción ni ningún otro aspecto débil del sistema político. EE UU quiere imponer una falsa democracia para evitar que los criminales de guerra vayan al Tribunal Penal Internacional. Por tanto, el discurso a favor de los derechos humanos y el desarrollo es mera propaganda. Por otra parte, hasta la población civil se cuestiona cómo es posible que miles y miles de soldados, con tanto armamento, no sólo no puedan acabar con la insurgencia, sino que los talibanes y los señores de la guerra estén cada vez más empoderados. Ni siquiera se les arresta. De hecho, hay informes que conectan al Pentágono con la financiación militar y venta de armamento a los integristas que ahora están en el poder y a los talibanes: se calcula que el 10% del gasto que se destina a la reconstrucción acaba en sus manos. Las tropas nacionales, las de Estados Unidos y las de la Unión Europa, y no olvidéis a España, están matando a civiles y haciendo todo lo contrario a una misión de paz.
D.: ¿Cuáles son los mayores intereses económicos en Afganistán?
M.R.: La situación geoestratégica y el paso de oleoductos probablemente sea muy importante en un futuro cercano, pero actualmente el interés prioritario para EE UU es aumentar la producción de los cultivos de opio, que se ha reducido en la última década. Además, Afganistán es un país rico en recursos naturales y tiene muchas minas repartidas por toda la geografía. Están relativamente intactos, son recursos todavía por explotar. Por ejemplo, recientemente han salido a la luz artículos y declaraciones en los que se explica que en unas colinas de la provincia de Helmand, zona bajo control británico, y donde se han producido muchos enfrentamientos entre las fuerzas ocupantes y los talibanes, existe gran riqueza de uranio.
D.: ¿Qué papel desempeñan las ONG extranjeras?
M.R.: El Gobierno de Afganistán está considerado como el segundo más corrupto del mundo. Esta corrupción es consecuencia de la invasión extranjera, y puede verse en todos los aspectos: en la economía, en la política, en la financiación de los grupos políticos, en los gobiernos y también en las ONG. Por una parte, es cierto que estas organizaciones externas tienen un gran problema a la hora de acceder a las zonas más remotas del país, que es donde se encuentra la población más necesitada. Pero por otro lado el personal que trabaja para estas ONG, tanto el extranjero como el local, cobra unos salarios mucho más elevados que los comunes en el país, de modo que manejan grandes cantidades de dinero para pagar a este personal y a estas organizaciones, mientras que a la población no le llega la ayuda.
D.: ¿Los talibanes están ganando apoyo entre la población civil?
M.R.: No puedo utilizar la palabra ‘apoyo’, pero sí es cierto que en el panorama actual los talibanes se están haciendo fuertes. La población no está levantándose ni protestando contra ellos. Veo dos motivos principales para esto: por un lado los bombardeos por parte de los ocupantes, de EE UU. Se informa que son contra milicias talibanes y en realidad se bombardea a la población civil. Un profesor universitario, Marc Herold, ha hecho una investigación al respecto y asegura que las víctimas civiles, incluidas niñas y niños, mujeres y hombres, alcanzan las 8.000 personas. Muchas veces estos bombardeos se producen en zonas rurales en donde es muy difícil que lleguen los periodistas. Nosotras recibimos informes locales de estas zonas en los cuales se nos explica que los bombardeos se han hecho sobre pueblos de tan sólo cien personas, y donde ni siquiera ha habido nunca una sola milicia talibán. Por otro lado, favorece a los talibanes la creciente corrupción en el Gobierno de Karzai. Corrupción y represión de todo tipo contra la población: abusos contra los derechos humanos y contra las mujeres, incluyendo violaciones y secuestros. En cualquier caso, tanto los talibanes como el gobierno de Karzai, y también las tropas ocupantes, son considerados, los tres, enemigos por parte de la población afgana.
D.: ¿Cómo se podría alcanzar una solución global para todo el conflicto?
M.R.: El primer paso sería la retirada incondicional de todas las tropas ocupantes en Afganistán. Lo cual incluye a las tropas de la OTAN, a la presencia de EE UU y también a la presencia de España. Al mismo tiempo, y paralelamente, la segunda medida sería obligar a los Estados colindantes, como Irán y Pakistán, a que dejen de apoyar a los grupos políticos y militares integristas. Sólo desde una independencia real se podrá solucionar el conflicto. En tercer lugar, es imprescindible llevar a los mayores criminales, que hoy ocupan las cúpulas políticas del Estado, al Tribunal Penal Internacional de La Haya, para que respondan por todos los crímenes que han cometido. Mi organización y yo, al mismo tiempo que criticamos las políticas de los integristas y de las potencias extranjeras, apelamos a la población civil de los países occidentales a que seáis más críticos con las políticas de vuestros Gobiernos, a que cuestionéis la invasión de Afganistán y a que os volváis más activos a la hora de apoyar a la población civil afgana y reivindicar sus legítimos derechos.
Los derechos de la mujer como pretexto
«Las mujeres afganas sufren la violencia de los tres poderes (talibanes, partidarios de Karzai y tropas de ocupación), y, además, cuando mueren sus maridos, se quedan solas. Estas mujeres, que viven en una situación de sumisión muy grande, y que en casi todos los casos carecen de formación, no tienen trabajos y no están acostumbradas a ‘salir de casa’, se ven obligadas por su situación a desplazarse dentro del país, e incluso a exiliarse o se inmolan. La sociedad afgana es una sociedad muy cerrada, y las mujeres son víctimas de represión debido a los factores culturales, políticos y religiosos, y también debido a las tradiciones. Todos los gobiernos integristas de las últimas décadas, tanto de talibanes como de muyahidines, han utilizado los aspectos más negativos de la cultura y la tradición para oprimir aún más a las mujeres. Pero esta represión de la mujer en Afganistán tiene lugar desde hace tres décadas y me pregunto por qué desde entonces ni EE UU ni las potencias occidentales tomaron medidas para resolver estos problemas. Al contrario, el objetivo consistía en invadir el país debido a sus propios intereses económicos, y ya que necesitaban una justificación ante la opinión pública internacional, han utilizado siempre la cuestión de los derechos humanos, y especialmente los de la mujer, como excusa para la ocupación».
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/EE-UU-quiere-evitar-que-los.html