Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Gorka Larrabeiti
En Afganistán la vida vale poco. El salario medio es 20 euros al mes. Los contables del mando militar EEUU de Kabul deben haber echado esta cuenta para valorar el monte de indemnización destinada a los familiares de las víctimas civiles de uno de los últimos bombardeos aéreos llevados a cabo por la torpe aviación estadounidense.
La aldea de Inzeri. El pasado martes el coronel Greg Julian llegó montado en su Hummer blindado al valle de Tagab, provincia de Kapisa, a unos cincuenta kilómetros al noreste de la capital Kabul. Lo esperaban todos los hombres de la aldea de Inzeri, donde -justo a la misma hora en que Obama juraba como presidente en Washington- los cazabombarderos EEUU lanzaron bombas que valen entre 30.000 y 50.000 euros cada una provocando la muerte de 15 civiles. El anciano jefe de la aldea -un viejo pashtun con una larga barba blanca y turbante en la cabeza, acompañó al joven oficial extranjero hasta 15 montones de tierra movida hace poco, las tumbas de las 15 víctimas, donde recibió el dinero: menos de dos mil euros por familia.
La aldea de Guloch. A su regreso a Kabul, el coronel Julian archivó el caso «Inzeri» y se puso a trabajar en uno nuevo: dieciséis civiles, dos mujeres y tres niños entre ellos, muertos en otro bombardeo que había ocurrido cuatro días antes a unos cien kilómetros al este de la capital, en una aldea llamada Guloch, que está en las montañas de Laghman. La versión oficial del mando EEUU, lo mismo que en el caso «Inzeri», para variar, es que las víctimas eran talibanes, no civiles. En caso de que la verdad salga a la luz, bastará con echar mano a la cartera. Total: en Afganistán la vida vale poco. Vale todavía menos.
Fuente: http://it.peacereporter.net/articolo/13993/Il+costo+della+vita+in+Afghanistan