Las primeras elecciones en Haití tras el derrocamiento e invasión del país ya han sido pospuestas en dos ocasiones. Ahora están pendientes de ser programadas para diciembre, puesto que las autoridades aún no han fijado una fecha concreta
Las elecciones propuestas para Haití son un engaño, y la administración Bush lo sabe. Durante su visita a Haití la semana pasada, la Secretaria de Estado Condoleezza Rice estuvo bajo una seguridad tan fuerte que sólo pudo estar en el país unas horas. Pero eso no le impidió tratar de promover elecciones patrocinadas por EEUU, a pesar de que el proceso de inscripción falló por distintas razones.
Para comenzar, la mayoría de los electores haitianos no están inscritos, y el período de inscripción ya terminó. El consejo electoral de Haití, conocido como CEP, creó solamente 623 lugares de inscripción, en comparación con los 11 238 sitios creados cuando Jean-Bertrand Aristide fue elegido presidente.
El actual proceso de inscripción estaba destinado excluir a la gran mayoría de los pobres que eran los seguidores del partido de Aristide, Fanmi Lavalas. Tuvo el resultado previsto. Por ejemplo, no hubo sitio de inscripción en Cité Soleil, un área pobre de Port-au-Prince y baluarte de Aristide con 300 000 habitantes. De manera similar, solo hubo un lugar de inscripción en Bel Air, donde viven decenas de miles de seguidores de Aristide.
La Comisión de Paz y Justicia en Haití ha notado que sólo 10 por ciento de los electores rurales, que tradicionalmente apoyan a Fanmi Lavalas, se han inscrito en un país donde 70 por ciento de la población vive en zonas rurales. Menos de 60 por ciento de los electores está inscrito, si se va a creer en el CEP. En las elecciones haitianas del 2000, casi 94 por ciento de los electores posibles estaban inscritos.
A fin de poder votar, un haitiano debe poseer una identificación de elector. Desgraciadamente, el CEP ha distribuido solamente 20 000 tarjetas de identificación de elector.
Adicionalmente los dos candidatos potenciales para presidente por Fanmi Lavalas, ambos de los cuales podrían ganar fácilmente una elección justa, se encuentran en cárceles haitianas como prisioneros políticos.
El Reverendo Jean-Juste, un héroe para la comunidad haitiana en Estados Unidos y para los pobres en Haití, ha sido designado como prisionero político por Amnistía Internacional y Derechos Humanos Primero. El ex Primer Ministro Yvon Neptune ha estado preso durante más de catorce meses con acusaciones amañadas, e incluso el ex embajador de Estados Unidos, James Foley, antes de marcharse de Haití pidió la liberación de Neptune.
El CEP, controlado por el Grupo 184 que dirigió el derrocamiento del gobierno democráticamente elegido de Haití, ha prohibido a Jean-Juste aspirar a la presidencia con el pretexto de que debe «presentarse personalmente» para inscribirse como candidato.
El gobierno interino haitiano también ha desempeñado su papel en esta farsa al mantener en la cárcel tanto a Jean-Juste como a Neptune bajo acusaciones falsas o inexistentes. También desde el golpe en contra de Aristide arrestó a la mayor parte de la dirección de Fanmi Lavalas, prohibió todas las manifestaciones hasta después de las elecciones y permitió a la Policía Nacional haitiana que trabajara con los escuadrones de la muerte con el propósito de ejecutar a miles de seguidores de Fanmi Lavalas.
Y es aquí donde es evidente la incompetencia de la administración Bush. El actual gobierno fue impuesto por Estados Unidos con la ayuda de Francia y Canadá. Según la constitución haitiana era sólo por 90 días. A partir de ahí, según la ley haitiana, se convirtió en un gobierno ilegal.
El Primer Ministro interino Gerard Latortue asumió su cargo después de pasar 15 años como comentarista de radio en Boca Ratón. Si la administración Bush realmente quisiera elecciones libres, se supone que podría presionar algo a Latortue para que libere a todos los prisioneros políticos, abandone la represión contra los miembros de Fanmi Lavalas, permita la inscripción de todos los haitianos y celebre elecciones libres. Dado el hecho de que Latortue y su gobierno existen solamente por virtud del uso de tropas norteamericanas para expulsar por la fuerza a Aristide e instalar a Latortue en el gobierno, ¿es incompetencia, engaño o ambas cosas lo que mantiene la actual situación?
Nota de Progreso Semanal: Esta columna apareció recientemente en The Miami Herald. El abogado Ira Kurzban planteó tan claramente sus opiniones acerca de las próximas elecciones de Haití que decidimos reproducirla. También nos permitió traducirla al español para nuestros lectores de Progreso Semanal.