Con su rostro rugoso reflejo de intensos años de debate político, el dirigente de la Corriente de Izquierda (CI), Helios Sarthou, dijo a Montevideo COMM que la izquierda uruguaya sufre de la «enfermedad del crecimiento» que lo lleva al «error grave» de conformar alianzas que provocan una «hinchazón hacia el centro» más que un «crecimiento […]
Con su rostro rugoso reflejo de intensos años de debate político, el dirigente de la Corriente de Izquierda (CI), Helios Sarthou, dijo a Montevideo COMM que la izquierda uruguaya sufre de la «enfermedad del crecimiento» que lo lleva al «error grave» de conformar alianzas que provocan una «hinchazón hacia el centro» más que un «crecimiento con convicción».
Si bien el ex senador frenteamplista está fuera de las discusiones parlamentarias, advirtió con la misma obstinación de su época de legislador, que «los pactos electorales y no ideológicos» le traerán problemas a un eventual gobierno del Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA). «Hay que tener mucho cuidado, no se trata sólo de que algunos lleguen a los cargos, se trata efectivamente de que el pueblo no se sienta defraudado», afirmó Sarthou. En este sentido, uno de los fundadores del FA alertó que a Tabaré Vázquez le puede ocurrir lo mismo que al presidente de Brasil Inácio Lula Da Silva que «no ha podido concretar algunos programas» porque se lo entorpece las alianzas y los compromisos electorales . El dirigente del grupo frenteamplista, sugirió que un gobierno de Vázquez debería tomar como ejemplo la administración del presidente argentino, Néstor Kirchner «que consiguió la adhesión popular por las cosas que hizo». Para Sarthou, Vázquez tendría que bregar por fomentar «un pueblo preparado para respaldarlo» durante su gobierno porque le permitirá no ser «avasallado por el Fondo Monetario Internacional (FMI)» en la negociación del pago de la deuda externa. Sobre este tema, Sarthou propuso: «Hay que ir (al FMI) y exponer fotos de los hospitales y de los asentamientos que muestren como estamos viviendo y digan: ‘No es que no queremos cumplir, no podemos cumplir porque sino nuestros pueblos no comen, no tienen educación, no tienen salud'».
Con ceño fruncido y puños en alto, el dirigente de la CI enfatizó en que el EP-FA tendrá que renegociar el pago de la deuda externa y criticó la actitud de la mayoría de la dirigencia de izquierda de esquivar la discusión sobre este tema. «Lo malo es la idea de que si el FA plantea esos temas se debilita electoralmente», expresó Sarthou, actitud que denominó «ideología clandestina» porque «no dicen lo que van a hacer porque sino los critican»; pero «la política es un compromiso con el pueblo» y «si lo critican que aguante» .
Lo que sigue es un resumen de la entrevista que mantuvo el ex senador con Montevideo COMM.
¿Cómo analiza la campaña que realiza el Encuentro Progresista-Frente Amplio hacia el gobierno nacional?
– El Frente Amplio -que sin duda está para ganar- tiene que cumplir tres o cuatro aspectos que nos parecen fundamentales. El primero es aportar soluciones que realmente impliquen la posibilidad de cumplir un programa de asistencia a los sectores más privados de recursos y eso supone volver a los principios fundacionales del FA que no están de ninguna manera envejecidos. Por ejemplo: la deuda externa, las AFAPs, el secreto bancario, estatización o no de la banca. Estas ideas no han envejecido porque nada ha mejorado desde que el FA las planteó, en el 71 y también en la campaña del 89-90. Nosotros sostenemos que es imposible pagar la deuda externa sin sacrificar la vida del país. Pero quisiera aclarar que el hecho que nosotros hagamos observaciones no excluye la convicción plena de que vamos a trabajar para que gane el FA y para que las actuales direcciones blancas y coloradas no estén en el gobierno porque el nivel en salud, en vivienda, en trabajo y en dependencia con los organismos de crédito hace que hayamos llegado a este país con desocupación, con inmigración, sin posibilidades ciertas para la gente joven y sin esperanza. Nosotros queremos ganar y hacer, para poder hacer es necesario analizar bien los caminos que se están adoptando.
¿Cree que la izquierda va a cumplir con esas ideas génesis?
– Es que si la izquierda no hace eso le puede pasar lo que ahora (al presidente de Brasil) Lula, que con su programa de que fue tornero y trabajador, resulta que hace una alianza con el presidente del grupo textil más importante; y el hambre cero no funciona ni ninguno de los programas que planteó funcionan. O peor todavía lo que pasó con la Alianza en Argentina que se disolvió totalmente. Hay que tener mucho cuidado, no se trata sólo de que algunos lleguen a los cargos, se trata de que llegado el momento el pueblo no se sienta defraudado. También es un ejemplo lo que pasó con (el presidente de Argentina Néstor) Kirchner que consiguió la adhesión popular por las cosas que hizo. Es decir un gobierno tiene que bregar y concretar de inmediato los objetivos.
¿No cree que si el FA plantea estos temas en la campaña sale debilitado electoralmente?
– Lo malo es esta idea que ha desarrollado el FA, lo que llamo la ideología clandestina. Esa de que es mejor no decir lo que voy a hacer porque si le digo me critican, pero la política es compromiso con el pueblo, el pueblo quiere saber lo que va a hacer. Si lo critican que aguante. De lo contrario se transforma en una política fiduciaria, de confianza, al estilo de la vieja política y de la época del caudillo. Nos parece que hay plantear las cosas que se van a hacer porque el pueblo no es carente de visión como creen algunos y hay mucha gente que si no ve claras las soluciones no sé hasta dónde va a apoyar una fuerza que le dice vote por el nombre o vote por la presencia de los candidatos. La de ahora es una línea que parece inspirada en Maquiavelo, es decir usted puede sacrificar todo menos la victoria, esto no coincide con la orientación de quienes fueron los fundadores del FA.
¿Qué cosas corren riesgo en un posible gobierno de FA, sino cumple con lo prometido?
Lo contrario siempre juega. Lo malo es que algunos frentistas dicen que hay que dar un período entero de gobierno o dos. Esto significa que están buscando quedarse mucho tiempo en el poder. El modelo a seguir es el de Argentina, que en 100 días cambió. No sé de dónde viene ni a dónde va, pero lo que hizo fue limpiar la corrupción, frenar a las empresas cuando pedían aumento de tarifas, resistir la presión del FMI y tomar acciones a favor de los Derechos Humanos. Para esto se requiere de un Estado firme que trate de llevar adelante la justicia social. Esta fue siempre la idea de la izquierda. Ahora si nos convertimos en un partido más, como los tradicionales será otra cosa y nos llevará a caminos que no deberíamos tomar.
¿Qué espacio tiene la CI dentro del FA con estas ideas que propugna?
– No tuvimos la oportunidad de discutirlas en el Plenario pero vamos a hacer una prédica permanente y tenemos un instrumento importante nuevo que es la Ley de Iniciativa Popular. Es una posibilidad que da el artículo 79 de la Constitución de la República para que el pueblo pueda legislar sin que intervenga el Parlamento. Esto ayudaría al FA porque impediría una negociación compleja con otras fuerzas políticas y se logra con la obtención del apoyo del 25% de los ciudadanos. Nosotros pretendemos hacer una sola ley y poner todos los temas que nos interesan como el de la deuda externa, la impunidad, el fuero sindical, el secreto bancario y la posibilidad de una convocatoria al Consejo de Salarios.
¿Es una contradicción que la izquierda llegue al gobierno en el momento de menor militancia?
– No, pero es un error. Hay que dinamizar porque si la gente sabe los problemas, los discute y va a darle respaldo al FA. Es lo que pasó con Kirchner que cuando sale a adoptar decisiones hay todo un movimiento popular instalado que surgió tras la caída de (el ex presidente de Argentina Fernando) De la Rúa que había estado en la calle, discutiendo y tomando decisiones. Por esto, sucedió que pasó de un 29% a un 89% de adhesión popular. Inclusive el FMI no lo ha avasallado porque son inteligentes y ven que tienen mucho apoyo popular y entonces lo respetan. Pero la militancia hay que hacerla desarrollándola con el debate, habilitando nuevos campos de actuación, no solo a través de los comités de base que ya están sino también de las reuniones en casas de familia. Discutir y admitir el debate, no crear un pensamiento único, posibilitar que intervengan personas de los distintos sectores. En los actos del FA actualmente habla solo el presidente del FA, antes hablaban representantes de todos los sectores. Esto promovía el debate. El FA creció en conflictos importantes entre el Partido Comunista y el 26 de marzo, debates entre ellos y así fue creciendo.
Pero la estrategia actual del FA para ganar las elecciones no es apostar a la participación interna sino a los acuerdos con sectores de otros partidos…
– Para mi la política de alianzas ha sido equivocada y es otra de las cosas que hay que rectificar porque no se ha exigido una aclaración de las diferencias ideológicas. No hay que admitir a quien no tenga una identidad con los objetivos frentistas. El desarrollo de la participación debe ser auténtico, de la gente que comparte las ideas para crecer ideológicamente. Aún estamos a tiempo de hacer un análisis y plantear a los grupos que están incorporados, qué es lo que va a aplicar el FA. El silencio no sirve. Entonces, usted puede incorporar a un ex pachequista pero este es un error grave. Esto no significa crecimiento sino hinchazón. El crecimiento es con convicción y avanzando hacia una identidad ideológica. Una hinchazón que además va para el centro. En alguna medida Vázquez dice no hagamos olas, estamos bien así, vamos a quedarnos en esto que solamente por lo negativo del enemigo vamos a llegar. Esta es un poco la idea, entonces se trata de mantener la política de no conflictividad, de no participación de personas que puedan dar una visión distinta. El FA siempre tuvo apoyo concientizado que no lo golpeaba ninguna propaganda porque era una política de ideas, ahora tiene cierta enfermedad de crecimiento, la enfermedad tiene un riesgo: para conseguir el voto se sacrifica el estilo de convicción, que fue el que nos hizo crecer. Nos parece bien que crezca pero que sirva, no sólo por el hecho de ser antiblanco o anticolorado.
Entonces, ¿qué se proponen hacer?
– Por eso queremos crear un polo ideológico dentro del FA, con los grupos chicos que defienda estos aspectos. Si no tiene gente ni respaldo popular, no se logra por más que se tenga la mitad más uno. Vamos a trabajar a nivel de los comité de base aunque están muy afectados en su número y en su militancia. Para esto creo mucho en el frenteamplista de a pie que está identificado en la lucha por una sociedad nueva, más igualitaria, que fue lo que llenó de gente joven los comité de base. Hay que convencerlos de que hay que recuperar el caudal ideológico del FA si creemos que se puede cambiar la realidad y concretar lo que soñamos en cuanto a la igualdad y libertad.
La CI es un grupo cuestionado por una mayoría del FA, ¿qué relación tiene con los demás dirigentes?; ¿y con Vázquez?
– Estuvimos en un momento difícil cuando no nos admitían dentro del FA, que era bastante absurdo porque yo era fundador del partido. Con Vázquez tenemos discrepancias de cómo conducir la fuerza política pero no es una cuestión personal. ¿cómo llegar? Creemos que la Ley de Iniciativa Popular puede ser un instrumento muy importante para hablar con la gente, para darle a entender a la gente. Los arrepentidos de la izquierda o el negociador tiene lugar en los medios de comunicación pero quienes seguimos pendientes de aquella concepción tenemos mucha resistencia.
– ¿Cuáles son las medidas que Tabaré Vázquez debería tomar al asumir como presidente?
– Se tiene que encarar con seriedad el tema de la deuda externa porque si lo pagamos, el FA no puede hacer nada. Encontrar recursos no es un asunto de economía doméstica donde usted saca un vintencito de allá y otro de acá. Además, si no hacemos inversión, evidentemente no va a haber trabajo. Acá hay que hacer inversión, un banco de fomento para desarrollar grupos de autogestión, movilizar la economía y levantar el nivel de salarios para que haya comercio. Si no incorporamos rápidamente a la circulación medios económicos, no se va a poder salir de esta situación. Es más sobre la deuda externa habría que hacer una auditoría para ver qué es lo que realmente es la deuda. Tendríamos que ampararnos en una normativa de las Naciones Unidas sobre derechos políticos y civiles de los pueblos del 66 (que indica que para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia . En este sentido, Uruguay tendría que ir y llevar fotos de hospitales y asentamientos que muestren como estamos viviendo y digamos: no es que no queremos cumplir, es que no podemos cumplir sino nuestros pueblos no comen, no tienen educación, no tienen salud. Esto es fundamental, decir que pagaremos algo pero que ahora nos están asfixiando.
Helios Sarthou