«Hay una gran diferencia en el trato que reciben los indígenas y los mestizos, porque no recibimos un sueldo igual por el mismo trabajo», afirmó Higinio Pu, activista de la agrupación aborigen Waxaquib Noj, que en idioma maya quiché significa «sabiduría». Esta realidad fue evidenciada por la encuesta «Racismo y discriminación racial en el sector […]
«Hay una gran diferencia en el trato que reciben los indígenas y los mestizos, porque no recibimos un sueldo igual por el mismo trabajo», afirmó Higinio Pu, activista de la agrupación aborigen Waxaquib Noj, que en idioma maya quiché significa «sabiduría».
Esta realidad fue evidenciada por la encuesta «Racismo y discriminación racial en el sector empresarial», realizada por la no gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales y la oficial Comisión Presidencial Contra la Discriminación y el Racismo.
La medición, que involucró a 550 empresarios del área metropolitana, indicó que las micro y pequeñas empresas ocupan en promedio solo 12 por ciento de personal indígena, mientras que la cifra sube a 20 por ciento cuando se trata de medianas y grandes empresas.
Más de 52 por ciento de los empresarios entrevistados admitieron que no pagaban igual a las personas mestizas que a las indígenas por realizar el mismo trabajo, situación que crece hasta 56 por ciento en sectores como el comercio, reveló el sondeo.
Pu, quien coincidió con todos los resultados encontrados por el estudio, advirtió que «la encuesta no recoge información sobre las condiciones laborales en que suelen trabajar los indígenas, muchas veces inhumanas».
«En el corte de café y caña, por ejemplo, los originarios viven en chozas o cobertizos, donde duermen hacinados en el suelo», relató.
Bequer Chocooj, comisionado presidencial contra la discriminación y el racismo, dijo a IPS que esta encuesta, realizada en noviembre, era «una primera aproximación» para medir la discriminación laboral contra los indígenas, y destacó que sus resultados eran «muy valiosos».
«El hecho de que más de la mitad de los empresarios respondieran que sí hay una diferencia entre el sueldo de un indígena y el de un mestizo por el mismo trabajo confirma la encuesta nacional de empleo 2010, según la cual los trabajadores indígenas ganan 50 por ciento menos que los no indígenas», explicó.
Además, el experto calificó de «muy baja» la participación de empleados indígenas en el sector privado en Guatemala.
«Si bien 83 por ciento de los empresarios dicen que no tienen preferencia para contratar a un trabajador indígena y un no indígena según la encuesta que hicimos, el resultado indica lo contrario, porque solo entre 12 y 20 por ciento de sus empleados son aborígenes», explicó.
Es que estadísticas oficiales señalan que los indígenas representan casi 40 por ciento de de los 14 millones de guatemaltecos, repartidos entre los pueblos maya, garífuna y xinca, aunque estos aseguran constituir más de 60 por ciento.
Las consecuencias de esta discriminación laboral para la economía nacional son enormes, apuntó Chocooj.
«El costo de la discriminación étnico-racial para el país ascendió a 6.339 millones de quetzales (812.000 dólares) en 2003, lo cual significa 3,3 por ciento del producto interno bruto», según el estudio Diagnóstico del Racismo en Guatemala de 2009 elaborado por la Vicepresidencia de la República.
«Mientras no haya equidad no podremos desarrollarnos. Hay una deuda histórica con los pueblos indígenas que se debe comenzar a saldar, y tiene que ver con mejorar nuestro acceso al poder político y fomentar la inversión pública en salud, educación, servicios básicos y proyectos productivos», dijo el comisionado.
La Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos 2010, a cargo del gubernamental Instituto Nacional de Estadística, había arrojado ya datos determinantes en cuanto a la diferencia en la participación económica que tiene la población indígena con respecto a la no indígena en el país.
Así, 3,4 millones de no indígenas conforman la población económicamente activa frente a 2,2 millones de aborígenes. Además, del total de subempleados, 44 por ciento son indígenas, según la investigación.
La pobreza afecta a más de la mitad de los guatemaltecos, mientras que 17 por ciento sufre indigencia, la mayoría indígenas, según organismos internacionales.
Chocooj tiene esperanzas de que el próximo gobierno del general retirado Otto Pérez Molina, electo para el período 2012-2016, tenga mayor apertura para la promoción del desarrollo de los pueblos originarios.
Esto tiene que ver también con el aumento del presupuesto de instituciones gubernamentales como la Defensoría de la Mujer Indígena, el Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco y la comisión que él preside, según Chocooj.
Ruben Narciso, de la no gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales, precisó a IPS que la encuesta demostró que en el país existe cierta discriminación étnica en la contratación de personal.
«El objetivo de la encuesta sobre racismo empresarial era obtener información primaria para iniciar estudios en el tema indígena relacionados con la economía y el empleo y generar políticas públicas para contrarrestarlo», explicó.
Es por ello que en los próximos días sostendrán reuniones con el sector privado organizado del país para presentarles los resultados del trabajo e iniciar discusiones con miras a mejorar la equidad en el sector laboral guatemalteco.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/