Ecuador no pagará la deuda externa que considere «ilegítima», sobre la que realizará una exhaustiva investigación y auditoría, dijo el ministro ecuatoriano de Economía, Ricardo Patiño, dando forma a una de las principales promesas electorales del presidente Rafael Correa, que ofreció pagar sólo lo justo, siempre que no entorpezca el desarrollo del país. El ministro […]
Ecuador no pagará la deuda externa que considere «ilegítima», sobre la que realizará una exhaustiva investigación y auditoría, dijo el ministro ecuatoriano de Economía, Ricardo Patiño, dando forma a una de las principales promesas electorales del presidente Rafael Correa, que ofreció pagar sólo lo justo, siempre que no entorpezca el desarrollo del país.
El ministro indicó que aun cuando en febrero se cumple el próximo vencimiento de la deuda externa, el gobierno todavía no ha definido el monto de recursos que destinará al pago de la deuda, pero aseguró que los desembolsos se harán siempre y cuando haya recursos en la caja fiscal del estado.
La proforma presupuestaria para el 2007, entre los diez mil y los once mil millones de dólares, contempla más de dos mil millones para el servicio de la deuda pública, ‘pero eso no significa que la vamos a pagar’, señaló Patiño.
‘Una cosa es que esté en el presupuesto el rubro para el pago de la deuda y otra que se cumpla con exactitud’, dijo Patiño, que adelantó que es posible que dentro de la renegociación global de los pasivos de la deuda, se excluya a los tenedores de los bonos Global 2015.
La deuda externa de Ecuador ascendió a 10.312 millones de dólares a noviembre, informó el Banco Central del Ecuador.
El titular de Economía había indicado en la víspera que «va a ser muy difícil» que el gobierno pueda atender simultáneamente las enormes demandas del pueblo y el pago del servicio de la deuda, tras cuestionar severamente las políticas económicas de los gobiernos anteriores, cuando se cumplía con la deuda y se postergaba al pueblo.
El presidente Correa ha pedido la creación de un Tribunal Internacional de Arbitraje de la Deuda y la renegociación conjunta de los países deudores, previo señalamiento de la deuda ilegítima, que no fue usada para el desarrollo de los países endeudados y que fue contratada por mecanismos poco claros.
Correa también ha reiterado que una simple comparación de los flujos de capital de los organismos financieros de desarrollo a los países endeudados, con los montos que éstos devuelven a los países del primer mundo, demuestra que es mucho más lo que los países pobres pagan, que lo que reciben. «Entonces ¿de qué desarrollo hablamos?», dijo en su primer mensaje presidencial.
La deuda externa latinoamericana se remonta a los años 60, cuando muchos gobiernos dictatoriales de la región empezaron a contratarla compulsivamente por las presiones de las financieras norteamericanas que buscaban clientes para colocar sus excesos de capital, porque así no provocaban inflación en el mercado estadounidense y ganaban más dinero.
La deuda externa se convirtió en los últimos 20 años en la mayor trampa económica de los países deudores, muchos de los cuales utilizan la mitad de sus presupuestos nacionales para pagarla, mientras los montos originales, lejos de disminuir, crecen cada día más. Este hecho llevó al papa Juan Paulo II a declararla «inmoral», mientras algunos foros de la región la califican de «ilegítima e impagable».