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Entrevista con Baykar Sivazliyan, Presidente de la Unión de los armenios de Italia

«El resultado de la ultima agresión a Nagorno-Karabakh es lo contrario de lo que pretendia el gobierno turco»

Fuentes: Rebelión

Los recientes enfrentamientos militares entre fuerzas azerís y armenias en el enclave de Nagorno-Karabakh podrían parece a simple vista un conflicto menor y distante, pero la situación geográfica y parte de las fuerzas presentes en el terreno pueden acercarlo peligrosamente a la guerra regional e internacional que, en diversos frentes, se desarrolla actualmente en Oriente […]

Los recientes enfrentamientos militares entre fuerzas azerís y armenias en el enclave de Nagorno-Karabakh podrían parece a simple vista un conflicto menor y distante, pero la situación geográfica y parte de las fuerzas presentes en el terreno pueden acercarlo peligrosamente a la guerra regional e internacional que, en diversos frentes, se desarrolla actualmente en Oriente Medio como para no prestarle la debida atención.

Baykar Sivazliyan nacido en Estambul en el seno de una familia de sobrevivientes del genocidio armenio fue despojado de su nacionalidad turca por razones políticas. Baykar es un reconocido profesor universitario especialista en estas materias, además de un respetado representante de la Diáspora armenia, como Presidente de la Unión de los armenios de Italia, país donde reside desde hace varias décadas. Sus respuestas y comentarios, además de información necesaria y poco divulgada, nos ayudan a adentrarnos en la comprensión de esta disputa entre Armenia y Azerbaiyán, y su relación directa con el conflictivo entorno regional e internacional.

-¿Nos puede resumir que es lo que ha pasado recientemente en Nagorno-Karabakh?

-En la noche del primero al 2 de abril las fuerzas armadas de la República de Azerbaijan lanzaron un fuerte ataque en tres direcciones hacia la línea de contacto de la frontera de demarcación de Nagorno-Karabakh, «Artzakh» para los Armenios.

Militarmente hablando ha sido un ataque relámpago preparado para ganar una buena parte de este enclave de la pequeña República de Armenia que aun no ha sido reconocido a nivel internacional como parte de su territorio.

Ante este ataque inesperado la defensa local, apoyada por campesinos y voluntarios civiles del territorio, frenaron el avance de los atacantes.

Las fuerzas armadas azeris habían concentrado un centenar de tanques, vehículos blindados y artillería pesada, apoyados por un escuadrón de helicópteros de combate de fabricación rusa, sin embargo la ofensiva fracasó dejando en el campo varios cientos de muertos y heridos.

La parte armenia ha declarado que tuvo 44 muertos y 36 heridos graves (con una lista detallada de nombres, apellidos y fotografías). Por la parte azerí no se han ofrecido datos verificables aunque en las fotos sacadas durante un homenaje a los muertos, organizado por la Primera Dama de Azerbaiján, Aliyeva, se observan varios cientos de madres llorando y de luto.

-Tras años sin noticias sobre ese conflicto. ¿por qué se reactiva en estos momentos, qué se esconde detrás estos acontecimientos?

-Creo que la dictadura azerí está pasando por un muy mal momento. Los proyectos estatales de inversión de los últimos años estaban basados en los ingresos por exportación de petróleo, un petróleo que ha bajado a menos de un tercio de su valor, y la economía de Azerbaiján depende en un 80% de la exportación de gas y petróleo.

Esta situación ya ha provocado disturbios populares, alentados además por el conocimiento de la fortuna acumulada por el presidente Ilham Aliyev y su familia en paraísos fiscales. Seguramente conseguir que la población desvíe su atención hacia Nagorno-Karabakh podría ser buen entretenimiento. Pero la operación militar ha terminado mal, y eso ha abierto otro frente tanto a lo interno como a lo externo, en lo que refiere al triángulo regional Turquía, Rusia e Irán.

-¿En qué sentido está involucrada Turquía en este conflicto?

-Lo está, por desgracia Turquía es parte en este conflicto, y no sólo por su posicionamiento verbal claro, que por cierto Azerbaijan no le había pedido, sino también por su ayuda militar que incluye además de numeroso equipamiento la presencia en primera línea de asesores y personal militar. La parte armenia ha constatado una impresionante variedad de armamento que no es propio de los arsenales tradicionales de Azerbaiján, y que son de fabricación turca e israelí, un buen ejemplo son los sofisticados aviones no tripulados, que evidentemente no son manejados por azerbaiyanos. Siete de estos aparatos han sido abatidos en el espacio aéreo armenio, cada uno de ellos tiene un costo de millones de dólares.

-¿Cuáles serían las razones e intereses de Turquía para intervenir tan directamente?

-La razón de la participación de Turquía hay que relacionarla con la situación de los kurdos. Una derrota de Armenia, sin costos para Turquía, ejercería una fuerte presión psicológica sobre los kurdos. El gobierno de Erdogan aún considera a los kurdos primos-hermanos de los armenios. Sin embargo, que el enclave de Nagorno-Karabakh continúe en manos armenias y el golpe recibido por las fuerzas militares azeríes son precisamente el resultado contrario de lo que pretendía el Gobierno turco.

-¿Cuál es la posición de Armenia en esta compleja situación?

-Aquí habría que hablar más bien de la posición «de los armenios» y no sólo de Armenia. En cuestión de horas se movilizó la maquina organizativa pan-armenia, que va desde Los Angeles a Nueva York, desde Buenos Aires a París, de Roma a Ereván y Stepanakert (la capital del Nagorno). La alianza turco-azerí, sin proponérselo, ha movilizado un frente de rechazo organizado por la diáspora en numerosas partes del mundo, lo que ha influido en instituciones internacionales.

No debemos olvidar nunca que la diáspora armenia es el resultado del Genocidio y un ataque externo une incluso a las fuerzas adversas a los gobernantes de Armenia, tanto en el interior del país como en el extranjero.

Sobre el terreno, Armenia es garante de la integridad del territorio del Nagorno, como firmante del alto el fuego de 1994. Con bastante responsabilidad, y para no elevar el nivel de enfrentamiento bélico, esta vez las fuerzas armadas de Armenia no han participado en las operaciones de guerra.

-¿El acuerdo de alto el fuego al que se refiere no establecía mecanismos de control y verificación?

-Precisamente por eso me gustaría subrayar la enorme decepción de la parte armenia por el trabajo realizado, más bien no realizado, por parte del llamado Grupo de Minsk. Desgraciadamente más allá de declaraciones y «consejos», este grupo que incluye a Rusia, Francia y los EE.UU, no ha conseguido influir en las partes.

Los continuos pronunciamientos y reclamos de Azerbaiján se empeñan en tener solo en cuenta el principio de integridad territorial, ignorando por completo el principio de autodeterminación, lo que ha desembocado directamente en los recientes enfrentamientos militares.

Los preparativos de esta agresión y la desenfrenada carrera de armamentos por parte de Azerbaiján habían sido reiteradamente denunciados por Armenia, con poco éxito a nivel internacional.

No es ninguna casualidad que una parte sustancial de las bajas azerbaiyana durante estos últimos enfrentamientos hayan sido mercenarios y veteranos del ISIS que quién sabe de qué manera llegaron a la frontera de Nagorno-Karabakh, ¿quizás porque Turquía limita con la provincia autónoma de Najicheván, territorio de Azerbaiján?

-¿Cuáles son las razones que han animado a Azerbaiján a esta aventura militar?

-Azerbaiján es un país con una democracia limitada, sus intereses necesariamente deben coincidir con los intereses de la familia que ha estado en el poder durante dos generaciones. El padre del actual Presidente, Ilham Heydar Aliyev, fue un poderoso dirigente de la KGB soviética, que gobernó el país con mano de hierro hasta su muerte, pero perdió la primera guerra de Karabakh en 1994, y tuvo que solicitar un alto el fuego mediante Rusia e Irán.

La gran mayoría de los yacimientos de petróleo que Azerbaiján tiene en el Mar Caspio son propiedad, o están operados, por empresas extranjeras, quizás el gobierno de Azerbaiján ha considerado que esta situación podía ser una garantía de «éxito», teniendo en cuenta además que el oleoducto Bakú-Ceyhan pasa a menos de 20 km de la frontera armenia de Nagorno. El poder de los petrodólares puede haber cegado a los gobernantes azerbaiyanos frente a las posiciones de un gobierno armenio extremadamente pragmático y lucido.

-¿Cómo valora la firma del último acuerdo UE-Turquía ?

-Los armenios conocemos muy bien las debilidades de los gobernantes europeos hacia Turquía. Esta situación de complacencia viene de la Guerra Fría. Los europeos identificaron entonces a Turquía como un aliado fuerte, confiable y seguro, por eso disculpan a Turquía la dramática situación de los derechos humanos, la ocupación de Chipre, la situación de los kurdos que es un verdadero genocidio. Turquía se ha permitido el lujo de no reconocer el genocidio armenio porque Europa ha permitido esta injusticia, solo después de la condena del Papa Francisco, el 12 de abril del 2015, por fin se pronuncio el Parlamento Europeo. Sé que me dirán que la UE no tiene hoy una política exterior clara sobre ninguno de los problemas que afligen nuestro mundo, aunque en realidad no decidir nunca nada parece ser la única «decisión» clara de los gobernantes europeos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.