El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, ha puesto en guardia contra «la más peligrosa deformación que el Islam ha sufrido a manos de los takfiris» y ha señalado que los acontecimientos que tienen lugar hoy en día no tienen precedente dado que vivimos en un siglo en el que los medios de comunicación […]
El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, ha puesto en guardia contra «la más peligrosa deformación que el Islam ha sufrido a manos de los takfiris» y ha señalado que los acontecimientos que tienen lugar hoy en día no tienen precedente dado que vivimos en un siglo en el que los medios de comunicación están tan desarrollados que todo incidente puede ser conocido en minutos en cualquier parte del mundo».
Durante un discurso pronunciado con ocasión de la tercera noche de la conmemoración de Ashura, Sayyed Hassan Nasralá declaró que «el comportamiento de los grupos extremistas aleja a los no musulmanes del Islam». Él añadió que «la corriente takfiri ejecuta y mata y trata de legitimar sus actos refiriéndose a versos coránicos y hadices (dichos) del Profeta, pero ellos son unos mentirosos».
Su Eminencia subrayó que «las consecuencias de esta situación es que ellos alejan a los no musulmanes del Islam porque presentan a los musulmanes como un grupo salvaje y sanguinario y existe el riesgo de que se incruste en el pensamiento de la gente un entendimiento falso e incorrecto de lo que es el Islam».
Él denunció «el control que ejercen los takfiris sobre grandes espacios en ciertos países y las prácticas que realizan allí». Él dijo que el pensamiento takfiri está basado en la eliminación del Otro, el derramamiento de sangre, la apropiación de bienes privados y la reducción de las gentes a la esclavitud y todo ello por el solo hecho de pensar diferente».
Él prosiguió diciendo: «Hace falta ya decir las cosas como son».
«Desde el año 2000 esta corriente se ha implantado en la región árabe y ha adquirido las capacidades de un estado. Ha trabajado para promover y difundir sus ideas en todo el mundo. Para lograrlo, ha establecido escuelas y universidades. Ha creado centros de investigación, periódicos, editoriales y canales por satélite y ha gastado centenares de miles de millones de dólares. Lo que pasa hoy en día amenaza el Islam en tanto que religión y amenaza también a la nación islámica y sus comunidades. No basta resolver el problema sino que hay que tratar las causas del surgimiento de esta corriente y desvelar quienes son sus promotores en el mundo musulmán».
Su Eminencia señaló que «en toda la Umma hay ulemas sunníes y shiíes» que defienden el Islam y muestran el verdadero Islam.
«La lucha contra el takfirismo debe ser principalmente cultural, intelectual y científico», insistió.
Su Eminencia hizo un llamamiento para «actuar a fin de impedir la propagación de esta corriente» y estimó que «el principal responsable de detener la propagación de la misma es Arabia Saudí, que debe cerrar las puertas de las escuelas que enseñan esta corriente y entregan diplomas takfiris».
Según él, «el Islam no pretende matar a las personas, sino que busca su salvación. Aspira a salvarlas en este mundo y en el Más Allá».
Él concluyó diciendo: «Arabia Saudí ha albergado en el pasado y alberga hoy esta corriente y debe asumir sus responsabilidades. No basta con crear una coalición internacional para luchar contra el EI. Ante todo, hace falta cerrar las escuelas que entregan diplomas a los militantes takfiris. Hace falta cerrar las puertas del takfirismo».
«Yo lanzo un llamamiento a los ulemas de esta corriente wahabí para que revisen sus enfoques y acepten que otros ulemas, sunníes y shiíes, dialoguen con ellos sobre las ideas que propagan por el mundo.
Incumbe a cada intelectual, a cada joven, a cada profesor y a cualquiera que tenga una cultura islámica, expresarse y elevar su voz en los medios, en Internet y en los canales por satélite puesto que su voz es alta, pero la nuestra debe serlo aún más, especialmente dado que ellos disponen de medios enormes».
«Queridos amigos: Lo que veis y escucháis no es el Islam ni tiene nada que ver con el Islam. No es lo que el Corán enseña ni lo que la religión del Imam Hussein, el nieto del Profeta Muhammad, quiere».
Fuente: http://www.almanar.com.lb/