La noticia llega, por esos caminos benditos de la amistad. Y su contenido es triste, Ruben Sassano acaba de fallecer. Uruguay, ese pequeño país, produjo muchos luchadores sociales excepcionales. Entre ellos Ruben Sassano descuella. En su origen fue un militante comunista. Deportista (boxeo, entrenador de futbol nadador) su lealtad y generosidad con los humildes y […]
La noticia llega, por esos caminos benditos de la amistad. Y su contenido es triste, Ruben Sassano acaba de fallecer. Uruguay, ese pequeño país, produjo muchos luchadores sociales excepcionales. Entre ellos Ruben Sassano descuella. En su origen fue un militante comunista. Deportista (boxeo, entrenador de futbol nadador) su lealtad y generosidad con los humildes y los necesitados se manifestó temprano, desde siempre. Lo recuerdo con su rostro ancho, su nariz de boxeador, la mandibula de un bulldog, el talle macizo, sólido, que le daba mayor estatura a su cuerpo, sus patillas frondosas del último tiempo y, esa, su ternura inestimable en la mirada.
Cuando militante comunista, su estadía en Cuba, afirmaron en él la voluntad revolucionaria, confirmandolo en lo que sabía como militante, pero era postergado siempre por consideraciones politicas en las alturas. En el conflicto entre sus convicciones y la disciplina partidaria eligió por el camino de sus propias convicciones como militante. Fue una perdida que los dirigentes comprendieron y debe haber quedado en algun lugar de su memoria, porque nunca perdieron el respeto y el cariño por el comunista indisciplinado. Fue, para aquel Secretario General, un rebelde querido y mas de una vez lo manifestó así, cuando el militante que había abandonado filas, cumplia sus prisiones.
En aquellos tiempos, de una izquierda electoral y raquitica, con un 10% del electorado, Ruben volcó sus esfuerzos hacia la única alternativa revolucionaria que estaba entonces en su cuna: El MLN-Tupamaros. En Uruguay, pais pequeño, que algunos con sensiblería que rechazamos llaman paisito, los militantes -aun en diferentes posiciones partidarias- se conocian. Y las «mentas» del Ruben, su prestigio entre los obreros portuarios, sus hazañas particulares, su devoción a la causa de los humildes, a su esfuerzo de organización y enfrentamiento con los mecanismos de poder no eran secreto para nadie. Cuando en alguna reunion, donde algunos propusieron a otros que se fueran al esfuerzo de Bolivia para sacarse de arriba la guerrilla uruguaya, Ruben que era custodia de los proponentes, adelanto su voluntad de una integracion. Pero sus vinculaciones venian de antes. Y su olfato de obrero conciente y revolucionario, sabía bien dónde debía centrarse el esfuerzo.
Pero Ruben Sassano venia de una izquierda donde la organización, y no el caudillismo personal, lo hacían un personaje no deseado para los que preferian el caudillismo de viejo estilo. Hoy ese caudillismo flamea y algun caudillo se ha permitido inclusive anunciar su voluntad de independencia con respecto a la organizacion revolucionaria inicial a la que le debe todo. Es el mismo caudillo, que antes de afirmarse como tal se permitió establecer entre la militancia la dicotomía «o Ruben o yo». Hay -y habra siempre- elementos o personajes que rechazaran este tipo de memoria, pero no escribimos para ellos, escribimos para los viejos camaradas, en los cuales el homenaje al militante desaparecido, es antes que nada un homenaje a su memoria total, a su compromiso, y por tanto no admite frases edulcoradas y recuerdos «livianitos» que no ofenden a nadie.
De la pléyade de militantes del pueblo, de los sectores humildes y concientes, de la clase obrera misma venía Ruben Sassano. Y siendo mas «fogonero» que ninguno, gastando su vida como motor viviente del esfuerzo colectivo en Ruben se congujaban la dureza del militante co n esa ternura inestimable hacia los compañeros que es para mí el rasgo particular de su caracter. Nos conocimos por primera vez en prisiones. Entonces corría el año 69 (5.000 presos políticos, el año de mayor represion antes de la derrota que vino despues del 14 de abril). Cuando llegamos desde la Jefatura al CGIOR ya Ruben estaba…en calabozo de castigo. Y lo recuerdo dirigiendo la protesta, orientando con la seña de aprobación -la palabra era imposible- los esfuerzos ajenos. Como Obdulio Varela el celebre capitan de Maracaná, Ruben sabia alentar a los compañeros mas jóvenes, vigilar sus esfuerzos, señalar las carencias, marcar un rumbo de acción.
Despues de la denuncias que provocaron la Primera Comision de Investigacion de Torturas en Uruguay, marchamos entropillados a San Ramon. Y tambien allí cierto oficial (Swayer de apellido) nos dijo que «ya estaban haciendo boletas». Ruben que avizoraba que nos llevarian a declarar al Parlamente, recomendó «aguantarse en el molde» hasta poder hacer la denuncia ante los miembros de la Comision Parlamentaria. No estuvimos junto a él, en la formación del 26 de Marzo, que cuenta a Ruben entre sus miembros iniciadores y no necesitabamos estar tampoco. Pero saber que Ruben estaba allí era ya una garantía. Hablamos -por supuesto- del viejo 26 de Marzo. Los «reflotes» que vinieron despues, para adquirir rapidamente prestigios con sellos viejos, no es nuestra especialidad, ni mucho menos las catervas que pasaron sin transicciones y sin complejos desde el «renunciarismo» mas o menos larvado, al «6 puntismo» y que por cuestiones de oportunismo se transformaron en «celestes».(*)
Despues, en el 72, nuevamente volvimos a encontrarnos detrás de rejas. Cuando el desalojo de Punta de Rieles, una partida de presos fue a dar en los «vagones» del ferrocarril de cierta unidad de Caballería. Estaban allí ademas del Ruben, Stalin Lescano, Clavijo, Wolf, y tantos otros compañeros. El traslado -lo preveiamos- era como deciamos entonces para iniciar la Segunda Ronda «en pelo y bastos». Y el leve descanso, el parentesis servía para afirmar a los compañeros que habian flaqueado. En ese rol Ruben descolló. Recuerdo el caso de un obrero, intentaba el suicidio y era suicida potencial, porque en la tortura los militares habian puesto de plantón a su hijo un niño de 11 años que tenía los pies planos. La madre -tambien detenida- no aguanto y el esposo y padre se atribuía toda la culpa del incidente y sus consecuencias. Para aquel hombre » el trille» con el Ruben, su enorme prestigio moral, eran un alivio para sus zozobras.
Despues vino Buenos Aires, todo el esfuerzo que se hizo allí y que se sintetiza en mas de 300 automoviles que pasaron la frontera por Mendoza rumbo a Chile para la guardia personal de Allende. Tambien estuvo allí Ruben Sassano. Y hablo de los esfuerzos militantes, porque los otros, los de la reciedumbre moral, los de negarse a ocupar un microfono para «aconsejar» como «arrepentido» esos que hubieran signficado una catástrofe moral para la militancia no encuadrada, para la red de militantes, dirigentes, activistas, esos tambien los tiene Ruben Sassano. Preso dignísimo entre miles de presos dignos. Nunca cejó el Ruben, en la búsqueda de caminos. Pero sepamos que fue en la búsqueda de caminos que pueden entenderse ciertas posiciones políticas que adoptó en el exilio. Lo hizo para reiniciar el combate a la brevedad posible. Y podríamos seguir llenando páginas y páginas. Aun en la ancianidad, en el episodio del Filtro, su conocida presencia de luchador social y popular de primera linea estuvo presente. Los «otros» para acallar su reciedumbre y hombría no encontraron mejor recurso que «sentarle un caballo arriba» en el entrevero. Pero, que le habría de hacer un caballo encima al viejo Ruben!!! Si solo la muerte pudo acallar su corazon enorme y rebelde de obrero conciente!!!
Y hoy nos llega la noticia de su muerte. Nos reconforta haber estado junto a él en los últimos meses, compartiendo un asado en su casa, junto a Chichita, esa formidable mujer militante que fue su verdadera compañera. Nos llena de alegría el recordar su mente clara, sus disquiciones llenas de sentido comun y de astucia politica. Como el Prospero de Rodo, aún en sus ultimos momentos ejercía un magisterio moral y político. Y hoy que no esta más, entre nosotros, deben saber las nuevas generaciones que Ruben Sassano fue uno de los grandes artifices politicos del triunfo electoral que abre nuevos caminos en el Uruguay. La muerte de un luchador impone bajar las banderas -un instante- en el recogimiento y en respeto, pero sepamos todos que para el Ruben que las levantaramos pronto, para erguirlas flameantes, en la lucha politica y social hasta «que los mas humildes sean los mas privilegiados, esa constancia clasista de hoy dia sería, en realidad, el mejor homenaje. Y sepan las nuevas generaciones que Ruben Sassano pidio a su compañera que no hubiera ni velatorio, ni flores, que sus verdaderos amigos con ese dinero compraran un litro de leche a los miles que uruguayos pequeños que padecen hambre. Hay hombres que como el Cid siguen batallando despues de muertos. –
(*) Los «renunciantes» fueron una escisión burguesa del MLN, en el marco de una derrota. El «6-puntismo» fue un engendro burocrático mal parido entre Cuba y la prision. Los «celestes» fueron la variacion oportunista de lo mismo, cuando la llegada al Penal de los jefes historicos -particularmente Sendic- les cerraron los caminos a su triste y sectaria prédica.