Una nueva medición de la distribución del ingreso aplicando una metodología que incorpora registros tributarios demuestra que la desigualdad y la concentración del ingreso, para el período 2009-2011, son mucho mayores que las estimadas en base a las Encuestas Continua de Hogares.
1.- Introducción
En múltiples oportunidades investigadores y analistas han cuestionado estadísticas oficiales, en particular cuando estas refieren a temas socialmente importantes como: distribución del ingreso; nivel de desempleo; evolución del salario e inflación. En efecto, las estimaciones estadísticas tienen importantes limitaciones para reflejar con relativa precisión la realidad económica que tratan de representar debido, básicamente, a problemas metodológicos, insuficientes fuentes de información, errores derivados del propio proceso de medición-observador, cuestionario e informante- y problemas de agregación. Todo lo cual pone en cuestión la exactitud y precisión, de las estadísticas e indicadores económicos, particularmente los que están elaborados en base a encuestas.
Las estadísticas basadas en registros administrativos tendrían un margen de error menor, si bien pueden ser afectadas -como en el caso de los registros impositivos- por problemas de evasión y elusión facilitados por los procesos de liberalización y desregulación de la economía.
Las estadísticas permiten una aproximación a la realidad económica, mayor o menor, y sirven para tomar decisiones y evaluar los resultados de las políticas, por lo cual es fundamental mantener un espíritu crítico de las mismas para buscar que sean cada vez más precisas y evitar que sean manipuladas y utilizadas como instrumento legitimador de las políticas económicas implementadas y/o para modificar índices que se utilizan como instrumentos de política económica.
Un ejemplo reciente de manipulación de las estadísticas es la rebaja en la tasa de variación del IPC -modificando ítems con alta ponderación como, por ejemplo, la electricidad con el Plan UTE Premia- en el momento que se deben ajustar los salarios. Esto es, una política regresiva de distribución del ingreso que se aplicó en diciembre de 2012 y 2013.
Es obvio que la instrumentalización de las estadísticas con fines políticos y económicos no es una novedad, ni es patrimonio de ningún sector o ideología. Las limitaciones señaladas en el sistema estadístico oficial no ponen en cuestión la honestidad intelectual y dedicación de los profesionales y trabajadores encargados de esa tarea.
En esta nota se presentan estimaciones y análisis estadísticos extraídos de una reciente investigación realizada por el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración que aporta elementos metodológicos e instrumentales para ampliar el conocimiento sobre la distribución del ingreso en Uruguay. En «Desigualdad y Altos Ingresos en Uruguay«, elaborado por Gabriel Burdín, Fernando Esponda y Andrea Vigorito se estima la distribución del ingreso por persona para el período 2009-2011 utilizando una metodología basada en los microdatos tributarios de imposición a la renta personal recabados por la DGI que permite captar de mucho mejor manera los ingresos del capital.
2.- Los instrumentos para medir la distribución del ingreso
En nuestro país la medición oficial de la distribución del ingreso la realiza el Instituto Nacional de Estadística utilizando los datos de la Encuesta Continua de Hogares (ECH).
Dicha estimación ha sido cuestionada reiteradamente porque subestima los ingresos del capital y, por tanto, muestra una distribución del ingreso mucho más progresiva de los que es en realidad. La investigación que estamos analizando estima la distribución personal del ingreso en base a fuentes de información que permitan superar, al menos parcialmente, algunas de las dificultades del sistema de encuestas. Para ello utilizaron los microdatos de los registros tributarios del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) para el período 2009-2011.
En el trabajo del Instituto de Economía se analiza la desigualdad, con énfasis en la participación de los sectores de mayores ingresos relativos (1%, 0.5% y 0.1% superior) y se estudia la progresividad y capacidad redistributiva de la imposición a la renta. Dichas estimaciones se comparan con las que se obtienen utilizando la Encuesta Continua de Hogares (ECH), principal fuente de información de los estudios de esta naturaleza realizados en el país hasta el presente.
Para ello, se compatibilizan ambas fuentes de información en base a una definición de ingreso primario o de mercado (ingresos laborales, de capital y jubilaciones) a nivel de personas. Con ese fin los autores comparan el número de perceptores, los montos de ingresos e impuestos personales y la distribución del ingreso que surgen de las ECH con la información proveniente del registro administrativo de la DGI, con especial énfasis en las fuentes no laborales y los ingresos altos: se estudia la participación en el ingreso total del 1, 0.5 y 0.1% de las personas de mayores ingresos. Para compatibilizar las dos fuentes de información consideraron los ingresos de la ECH asimilables a los que cubre el registro de la DGI (ingresos de trabajadores formales, rentas del capital y pasividades), las cuales se corresponden con la definición del ingreso primario o de mercado.
En el estudio no se incluyó la imputación por el seguro de salud para los trabajadores formales o sus dependientes, como si lo hace el INE.
Los microdatos del registro administrativo de la DGI utilizados en la investigación fueron preparados especialmente con las bases de datos con los ingresos de las Categoría I (excepto intereses), Categoría II y jubilaciones y pensiones, unificados a nivel de contribuyente del IRPF y IASS.
Para los ingresos del trabajo, dado que el BPS es la unidad de retención, dispuseron de información de todas las personas que contribuyen al sistema de seguridad social, independientemente de si tributan o no IRPF. De la misma manera, se contó con información de todas las personas que reciben jubilaciones y pensiones. En el caso de los ingresos del capital, se dispuso de información para los perceptores de rentas gravadas de carácter nominativo.
En la medida que la ECH contiene declaraciones de ingresos líquidos de los trabajadores, para hacer una comparación con los datos suministrados por la DGI dichos ingresos líquidos fueron convirtidos en ingresos nominales. En el documento se señalan aspectos que no pueden compatibilizarse directamente, es el caso de los trabajadores independientes que cotizan a la seguridad social y no se puede identificar si les corresponde tributar por retiro de utilidades en categoría I o si los ingresos retirados deben considerarse como categoría II; de la misma forma tampoco es posible identificar si dichos trabajadores aportan a la seguridad social por la totalidad de sus ingresos o lo hacen por un ficto.
3.- Algunos resultados
Dada la gran cantidad de cuadros y gráficas que integran el documento hemos seleccionado, para esta primera entrega, aquellos datos que presentan la información de la ECH y de la DGI, sin ningún tipo de ajuste, para compararla entre sí y hemos incorporado en el cuadro la información de distribución del ingreso por hogares que elabora y publica el INE.
«La desigualdad aquí calculada es notoriamente diferente a la que habitualmente se calcula en base a Encuestas de Hogares, pues se estima en base al ingreso nominal autónomo. Además de basarse en ingresos líquidos, en esas estimaciones se considera la totalidad de fuente de ingresos sumadas y divididas entre número de miembros del hogar. Debe recordarse que aquí se considera a cada perceptor de ingreso como unidad de análisis.» (p. 31)
1. Distribución del ingreso total por decil |
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2009 |
2010 |
2011 |
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Percentil |
Perceptores |
Hogares |
Perceptores |
Hogares |
Perceptores |
Hogares |
|||||
DGI |
ECH |
ECH |
DGI |
ECH |
ECH |
DGI |
ECH |
ECH |
|||
Decil 1 |
0,5 |
1,5 |
2,2 |
0,5 |
1,7 |
2,4 |
0,6 |
1,7 |
2,4 |
||
Decil 2 |
1,7 |
2,6 |
3,5 |
1,8 |
2,8 |
3,7 |
1,9 |
2,8 |
3,9 |
||
Decil 3 |
2,7 |
3,7 |
4,6 |
2,7 |
3,9 |
4,8 |
2,7 |
3,8 |
5 |
||
Decil 4 |
3,5 |
4,7 |
5,6 |
3,6 |
5,1 |
5,8 |
3,7 |
5,1 |
6,1 |
||
Decil 5 |
4,8 |
6,3 |
6,8 |
4,8 |
6,2 |
6,9 |
5 |
6,4 |
7,2 |
||
Decil 6 |
6,3 |
7,1 |
8,1 |
6,4 |
7,8 |
8,2 |
6,6 |
7,8 |
8,5 |
||
Decil 7 |
8,6 |
9,3 |
9,7 |
8,6 |
9,3 |
9,8 |
8,7 |
9,3 |
10,1 |
||
Decil 8 |
11,7 |
11,7 |
11,8 |
11,7 |
11,9 |
12,1 |
11,7 |
12,3 |
12,2 |
||
Decil 9 |
17,1 |
16,3 |
15,8 |
17,0 |
16,4 |
15,8 |
16,8 |
16,7 |
15,8 |
||
Decil 10 |
43,1 |
36,8 |
31,9 |
43,0 |
34,8 |
30,5 |
42,3 |
34,2 |
28,8 |
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Fuente: Elaborado por el autor en base a INE «Estimación de la pobreza por el Método del Ingreso 2012», cuadro 23 y a «Desigualdad y altos ingresos en Uruguay», cuadros 13, A3.2 y A3.3. |
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Los autores del trabajo señalan que «La distribución del ingreso por deciles muestra una mayor concentración del ingreso en los estratos altos en el registro administrativo de la DGI que en la ECH. La concentración en el decil superior en la DGI supera en un 20% el valor observado en la ECH.» (p. 29 y 30)
La diferencia es muchísimo mayor respecto a la información presentada por el INE, por ejemplo, en 2011 los hogares del decil superior captan un 28,8 % de los ingresos y los datos de la DGI que consideran que cada perceptor de ingreso es una unidad de análisis, captan el 42,3%. En este último caso los ingresos del primer decil son mayores que la suma de los ochos deciles inferiores y son 70 veces superior al decil más pobre.
En las mediciones basadas en la ECH los ingresos del decil superior son muchos menores y la participación de los sectores más pobres es mucho mayor. A título de ejemplo, el decil inferior recibe 0,6% con la información de la DGI y 2,4% en el cálculo del INE basado en las ECH, además, el decil superior solo es 12 veces mayor que el decil inferior (28,8% dividido 2,4%).
Los niveles de desigualdad que se presentan en el cuadro 2 dejan en evidencia el alto nivel de concentración del ingreso, lo que confirma los cuestionamientos realizados, entre otros, por Jorge Notaro y la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay.
2. Altos ingresos en relación a los ingresos de los deciles más bajos |
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2009 |
2010 |
2011 |
||||
Percentil |
Perceptores |
Perceptores |
Perceptores |
|||
DGI |
ECH |
DGI |
ECH |
DGI |
ECH |
|
1% Superior |
12,8 |
10,2 |
13,2 |
8,5 |
13,2 |
10,2 |
0,5% Superior |
9 |
6,9 |
9,4 |
5,4 |
9,5 |
6,9 |
0,1% Superior |
4,2 |
2,7 |
4,4 |
1,9 |
4,6 |
2,7 |
50% menor |
13,2 |
18,8 |
13,4 |
19,7 |
13,9 |
19,8 |
40% menor |
8,4 |
12,5 |
8,6 |
13,5 |
8,9 |
13,4 |
30% menor |
4,9 |
7,8 |
5 |
8,4 |
5,2 |
8,3 |
20% menor |
2,2 |
4,1 |
2,3 |
4,5 |
2,5 |
4,5 |
Fuente: Elaborado por el autor en base a «Desigualdad y altos ingresos en Uruguay», cuadros 13, A3.2 y A3.3. |
Los datos que se presentan en el trabajo son impactantes y merecen una profunda reflexión: ¿cómo es posible que el uno por ciento más rico, 23 mil personas aproximadamente, ganen casi lo mismo que el cincuenta por ciento más pobre, un millón ciento cincuenta mil personas? El 0,5% capta más ingresos que el 40% más pobre y el 0,1% un poco menos de lo que recibe el 30%.
El total de personas consideradas corresponden a la población con 20 años o más.
Con los datos de la ECH, que subestima los ingresos más altos, la concentración es un poco menor pero es igualmente muy grande: el uno por ciento más rico concentra el 10,2% de los ingresos, más que el 8% que recibe el treinta por ciento más pobre.
Por último, veamos en el cuadro 3 las diferencias de nivel que adquiere el Índice de GINI según la metodología que se utilice. Debe tenerse en cuenta que cuanto menor sea el valor del índice de Gini menor será desigualdad del ingreso.
3. Índice de desigualdad del ingreso |
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2009 |
2010 |
2011 |
||||
DGI |
ECH |
DGI |
ECH |
DGI |
ECH |
|
Gini |
0,57 |
0,488 |
0,568 |
0,474 |
0,559 |
0,457 |
Fuente: Elaborado en base al cuadro 15 de «Desigualdad y altos ingresos en Uruguay». |
Los autores afirman que: «En términos de desigualdad, se observan también diferencias significativas entre el registro de la DGI y la ECH compatibilizada y por fuentes de ingreso (Cuadro 15). La desigualdad aquí calculada es notoriamente diferente de la que habitualmente se calcula en base a Encuestas de Hogares». (p.31) Los valores del índice de Gini estimados por el INE en base a la ECH fueron los siguientes: 0,432 (2009); 0,421 (2010) y 0,401 (2011).
Los resultados presentados, en ésta primera entrega, muestran que la distribución del ingreso es más regresiva que lo reconocido hasta ahora, que hay una mayor concentración de los ingresos en el decil superior y que el percentil de más altos ingresos aumenta su participación en el período.
Se verifica, a su vez, lo que se planteó al comienzo de esta nota: la metodología y los instrumentos utilizados para tratar de representar la realidad económica pueden generar resultados estadísticos muy diferentes entre sí. En este caso, la investigación realizada por el Instituto de Economía aporta elementos sustanciales para conocer los niveles de desigualdad y la concentración del ingreso en los estratos superiores.
Nota:
(1) Gabriel Burdín, Fernando Esponda y Andrea Vigorito; «DESIGUALDAD Y ALTOS INGRESOS EN URUGUAY. Un análisis en base a registros tributarios y encuestas de hogares para el período 2009-2011», Instituto de Economía-FCEA, Enero, 2014. http://www.cef.org.uy/images/TallerDesigualdad2013/desigualdadyaltosingresos.pdf
Antonio Elías. Docente universitario, asesor sindical y miembro de la REDIU.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.