Amigas y amigos: Hoy les voy a informar, pero también les voy a pedir algunas cosas; en esta plaza hay católicos, adventistas de las distintas denominaciones, hay también agnósticos y libres pensadores, pero a todos les pido, por respeto, por los funerales de Juan Pablo II, dirigente de la iglesia católica y dirigente religioso mundial. […]
Amigas y amigos:
Hoy les voy a informar, pero también les voy a pedir algunas cosas; en esta plaza hay católicos, adventistas de las distintas denominaciones, hay también agnósticos y libres pensadores, pero a todos les pido, por respeto, por los funerales de Juan Pablo II, dirigente de la iglesia católica y dirigente religioso mundial.
Desde mi punto de vista, un hombre bueno y, sin duda, un defensor de la paz, por eso les pido que con mucho respeto guardemos un minuto de silencio.
Amigas y amigos, está a punto de cometerse un atropello contra los avances democráticos conseguidos con tanto sacrificio por el pueblo de México.
El desafuero nos regresa a la época autoritaria cuando, desde Los Pinos, se decidía quién podía o no ser el Presidente de México, sin tomar en cuenta la voluntad popular.
Decidí primero estar con ustedes, antes de comparecer en la Cámara de Diputados, porque siempre he sostenido que el presente y el futuro de nuestro movimiento depende, sobre todo, del pueblo, depende sobre todo, de la voluntad popular.
Los diputados del PRI y del PAN van a cumplir el encargo, la consigna que les dieron desde Los Pinos, con la complicidad de Carlos Salinas, y la mediación de los dirigentes de esos partidos.
De modo que este día, los que se hacen llamar «representantes populares», van a despojarme del cargo que democrática, legal y legítimamente me otorgaron los habitantes del Distrito Federal. Desde luego, otros diputados actuarán con dignidad y decoro.
Aunque estoy convencido de que este juicio es una farsa, de todas maneras, luego de hablar con ustedes, voy a ir a la Cámara de Diputados para ejercer mi derecho a la legítima defensa.
Como lo sabe la mayoría de la gente en el país, mi desafuero no es un asunto jurídico sino político, aunque esta canallada la quieran envolver con una hipócrita devoción por la legalidad.
Sólo reitero, porque no quiero que a ustedes les quede la menor duda: no he cometido ningún delito y que no he violado ninguna ley. Todo este proceso es tan burdo que conviene preguntarnos:
¿De cuándo a acá los más tenaces violadores de la ley, los saqueadores, quieren aparecer como los garantes del Estado de Derecho?
¿De cuándo a acá los repartidores y los beneficiarios de la impunidad, resultan ahora los fiscales implacables que condenan a cualquier adversario político que se les cruce en el camino?
¡No, amigas y amigos, compañeras y compañeros!
El fondo no es una supuesta desobediencia a un juez, por intentar abrir una calle para comunicar a un hospital. Obviamente, no es por eso que me quieren desaforar.
El fondo es otro y es de dominio público: quieren hacerme a un lado para que mi nombre no aparezca en las boletas electorales en el 2006.
Les preocupa que el proyecto que estamos impulsando, todos juntos, con muchos otros mexicanos, les preocupa que ese proyecto se lleve a la práctica, en beneficio de la mayoría de la gente.
Tienen miedo a que lo realizado en la ciudad se extienda por todo el país.
No les gusta que estemos demostrando que es posible aplicar, a nivel nacional, otra forma de gobernar: humana, racional y esperanzadora.
Les inquieta también que, a pesar de la campaña sistemática de ataques en contra nuestra, la gente nos siga otorgando su confianza y respaldo.
Me van a desaforar porque, según todas las encuestas, nuestro gobierno tiene en la ciudad una aceptación de más del 80 por ciento y en el país, en toda la República, cuando se pregunta sobre cómo votaría la gente en el 2006, tenemos más de quince puntos porcentuales de ventaja sobre los posibles candidatos del PRI y del PAN. Por eso quieren desaforarme.
Ahora bien, ¿cuál es la apuesta de nuestros adversarios con el desafuero?
Desde luego, como ya dije, pretenden despojarme de mis derechos políticos para que no pueda participar en las próximas elecciones presidenciales. Pero eso es lo obvio; apuestan también a silenciarme. No quieren que yo hable, que siga hablando en las conferencias de prensa de las mañanas.
No quieren que sigamos insistiendo en el rotundo fracaso de la política económica, que no permite el crecimiento, la generación de empleos ni el bienestar y que sólo ha servido para beneficio de unos cuantos, a costa del sufrimiento de las mayorías.
No quieren que nos opongamos a la privatización de la industria eléctrica y del petróleo.
No quieren que sigamos denunciando la corrupción imperante, el influyentismo y la impunidad.
Pero sobre todo, que se escuche bien, apuestan y ante la gran provocación que es el desafuero, apuestan a que nosotros actuaremos de manera irresponsable, que perderemos la cabeza y que podrán desatar una campaña, acusándonos de rijosos y violentos.
Ellos piensan que vamos a caer en la trampa de la provocación y que eso nos va a desgastar, al punto de quitarnos el respaldo de la gente, porque al final suponen que si nos eliminan políticamente, sólo habrá una competencia electoral en el 2006, a modo entre el PRI y el PAN que, evidentemente, representan lo mismo.
Es decir, para ellos, para los cacos que quieren seguir dominando el país, para ellos, cualquiera que gane, las cosas seguirán igual: se mantendrá el régimen de corrupción y privilegios y se seguirán devorando al país.
No olvidemos que el PRI y el PAN sólo se pelean cuando compiten en elecciones municipales o por las gubernaturas; pero cuando se trata de defender intereses y privilegios, los que verdaderamente mandan en esos partidos, siempre se ponen de acuerdo.
Baste decir que así como ahora se unen en el caso del desafuero, también lo hicieron los diputados del PRI y del PAN cuando convirtieron deudas privadas de unos cuantos en deuda pública y aprobaron legalizar el Fobaproa, el fraude más grande a la Nación desde la época colonial.
Y no olvidemos que también se aliaron en 1988, para legitimar la elección presidencial fraudulenta de Carlos Salinas de Gortari.
Pero lo que más me interesa repetir, lo que quiero que quede muy claro, que nos quede muy claro a todos. Quiero repetir que la estrategia de nuestros adversarios -y hay hasta documentos sobre eso- supone que ante el desafuero, caeremos, como ya dije, en la trampa de tomar medidas radicales que asusten a la gente y perdamos el respaldo popular que hoy tenemos.
Es la misma estrategia que siguieron después del 88 y, en particular en las elecciones de 1994, luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, cuando engañaron a la gente y se beneficiaron con el llamado «voto del miedo».
Por eso es muy importante, amigas y amigos, compañeras y compañeros, definir con claridad nuestra postura y delinear con mucho cuidado las acciones que llevaremos a la práctica para defender la voluntad popular y el derecho a decidir de los mexicanos.
En primer lugar, tenemos que entender que el desafuero no es un fin en sí mismo. Desde luego que vamos a defender la voluntad popular para que no se me destituya del cargo que me dio la gente porque, más allá de lo personal, se trata de un agravio a la ciudadanía y un golpe a la incipiente democracia mexicana.
Pero no debemos quedarnos en eso. Hay algo más importante: la defensa de nuestro Proyecto Alternativo de Nación.
No perdamos de vista que esto apenas comienza, que estamos iniciando una nueva etapa; nuestro objetivo principal es la regeneración de la vida pública de México. Ahora, con más razón, debemos emprender una renovación tajante, una verdadera purificación de la vida pública.
Ahora, más que nunca, debemos echar a andar un gran movimiento transformador, capaz de crear una nueva legalidad, una nueva economía, una nueva política y una nueva convivencia social, con menos desigualdad y más justicia y dignidad.
Por eso, nuestro propósito debe ser mantener y acrecentar el respaldo popular que hoy tenemos y evitar, a toda costa, el desgaste. Debemos fortalecer nuestro movimiento; se trata de convencer y de aglutinar a más gente a favor de un cambio verdadero.
Tenemos que actuar, por eso, con mucha inteligencia y con mucha decisión. Nada de violencia. Nada de caer en provocaciones. Este movimiento es, ha sido y será pacífico. Tenemos la mayoría, sólo acuden a la fuerza los que no tienen la razón; movimiento de resistencia civil pacífica, hacer lo contrario significaría actuar en la lógica de los adversarios y eso no lo podemos permitir.
Además, siempre he sostenido que un dirigente puede poner en riesgo su vida, pero no tiene el derecho de poner en riesgo la vida de los demás.
Hoy les pido encarecidamente: no hagamos nada que pueda propiciar el enfrentamiento y que afecte intereses de terceros.
Pero quiero ser aún más preciso: nada de bloqueos de calles o carreteras; nada de tomar instalaciones públicas o privadas. Nada que signifique actuar como lo tienen estudiado y previsto nuestros adversarios.
También con claridad, expreso que quienes lleven a cabo acciones de este tipo, aunque se pongan una camiseta nuestra, no están con nuestro movimiento, están con nuestros adversarios o tienen otras motivaciones políticas, que respetamos pero no compartimos.
Por eso, necesitamos una dirección bien identificada por todos y que sea la única que marque el rumbo, el ritmo y la profundidad en la defensa de la voluntad popular y de la libertad de elección.
En concreto, quiero proponerles que si no estoy presente, por las razones que explicaré más adelante, confiemos esa dirección nacional en cinco personas.
Propongo una coordinación nacional integrada por dos militantes del PRD y tres ciudadanos independientes. Para ello, pido respetuosamente a los dirigentes de mi partido, que propongan a un representante del Comité Ejecutivo Nacional y a un representante del Comité del Distrito Federal.
También les informo que han aceptado participar como ciudadanos independientes, en esta coordinación, José Agustín Ortiz Pinchetti, Bertha «Chaneca» Maldonado y Elenita Poniatowska. ¿Están de acuerdo?
También quiero proponerles un plan de acción que voy a resumir:
Meditar, reflexionar y hablar en corto con familiares y amigos, sobre lo que está sucediendo y lo que debemos hacer para fortalecer el movimiento.
Portar el distintivo tricolor y colocar carteles en autos y casas.
Llevar a cabo una Marcha del Silencio del Museo de Antropología al Zócalo, el domingo 24 de abril.
Hacer reuniones informativas todos los domingos en las plazas públicas del país.
Argumentar en medios de comunicación, hacer uso del derecho de réplica y hablar o escribir a la radio, la televisión y los periódicos. Utilizar también, sistemas alternativos de información, como volantes o internet.
Intensificar la creación en todo el país, de comités ciudadanos a favor del Proyecto Alternativo de Nación.
Les informo que al día de hoy, existen 4 mil 128 comités ciudadanos en los 31 estados y en el Distrito Federal. Hay también comités ciudadanos en el extranjero, en particular, en Estados Unidos, en Canadá, en Francia y en Inglaterra.
Llamar a votar, y esta es una forma de hacer resistencia civil activa, llamar a votar, ayudar a promover el voto por nuestros candidatos, por la candidata Yeidckol Polevsky, del Estado de México y por el candidato Miguel Ángel Navarro Quintero, de Nayarit. El 3 de julio son esas dos elecciones y vamos a ganar las dos gubernaturas..
Informar a organizaciones sociales, políticas y de defensa de derechos humanos de carácter internacional, sobre el intento de retroceso de la democracia mexicana.
Por último, compañeras y compañeros, quiero hablar con ustedes sobre mi situación política:
He decidido, como saben, no ampararme ni solicitar libertad bajo fianza. Haciendo uso de mis garantías constitucionales, tampoco permitiré que nadie pague la fianza ni que nadie tramite en mi nombre algún amparo. Así quiero contribuir en la resistencia civil pacífica.
También quiero expresar públicamente que desde el momento en que el Ministerio Público Federal solicite al juez mi orden de aprehensión, y antes de que este funcionario resuelva, voy a trasladarme por mi propia voluntad al reclusorio donde esté el Juzgado correspondiente, para esperar desde allí mi detención.
Entiéndanme, no quiero dar motivo a otro acto de prepotencia ni quiero dar pretextos para la provocación. Les pido que no traten de impedir esta decisión; sé que ustedes me apoyan, pero no debemos dar pie a ningún desorden. Vamos a enfrentar este asunto con mucha dignidad y con mucho decoro.
También les informo que el domingo pasado el Consejo Nacional del PRD decidió adelantar para el 31 de julio próximo, las elecciones internas de candidato a la Presidencia de la República.
Desde este Zócalo, la principal plaza pública del país, anuncio que esté donde esté, voy a contender en las elecciones internas de mi partido para ser candidato a la Presidencia de la República.
Estoy seguro que será una elección abierta y democrática, para que todos participen con su voto y decidan quién nos represente.
No estoy obcecado con ser candidato. Lo que verdaderamente me importa es sacar adelante el proyecto de transformación, sea quien sea el que lo encabece. La Presidencia de la República no es un capricho. No es una decisión personalista. Siempre he actuado y voy a seguir actuando con responsabilidad. Por encima de las aspiraciones propias, está el interés de la República.
Amigas y amigos:
En momentos decisorios como los que estamos viviendo, debemos apoyarnos en la historia. Ahí están las grandes enseñanzas; la historia es la maestra de la vida. Por eso sé que podemos cambiar las cosas, esta realidad de injusticias y de opresión desde la Presidencia, como lo hicieron de manera ejemplar Benito Juárez, Francisco I. Madero y el general Lázaro Cárdenas del Río.
Pero de igual modo, la historia nos enseña que las transformaciones del país, no sólo se han logrado desde la Presidencia de la República; los espacios de libertad, de justicia y de democracia, se han alcanzado con la lucha y el sufrimiento de muchos hombres y mujeres que ni se plantearon llegar a cargos públicos ni, mucho menos, buscaron la fama o la fortuna.
En honor a ellos, tenemos que hacer los compromisos de luchar pacíficamente por hacer triunfar nuestro movimiento, que es el movimiento de los que quieren Patria para Todos, Patria para el humillado.
Amigas y amigos, compañeros y compañeras:
Este movimiento es también por el fortalecimiento de las instituciones de la República; que nadie se equivoque, que no se malinterprete, no estamos en contra de las instituciones; estamos en contra del uso faccioso que de ellas se hace. Por eso debemos evitar que se les siga degradando, usándolas con fines de lucro, partidistas o electoreros.
Por ejemplo, somos respetuosos del Ejército, es una institución fundamental para el país, pero no podemos permitir que se use para reprimir la inconformidad social o para suplir la incapacidad, el capricho y la ineptitud de los gobernantes.
También estamos a favor del fortalecimiento del Poder Judicial, para que tenga mayor independencia y los integrantes de ese Poder, tengan la arrogancia de sentirse libre, que tengan también credibilidad, porque no aceptamos que las leyes se manipulen para proteger privilegios y para consumar venganzas políticas.
Amigas y amigos, compañeras y compañeros:
No cometamos errores. Las circunstancias nos exigen la serenidad y la ; tenemos que ser muy responsables. No nos desesperemos. Confiemos en los sentimientos y en la sabiduría de nuestro pueblo. Aunque los de arriba mantienen la misma actitud autoritaria de siempre, ya cambió la mentalidad del pueblo y eso es lo más importante, porque cuando cambia la mentalidad del pueblo, cambia todo. Confiemos en que la gente nos seguirá dando su apoyo y respaldo. No sólo porque nuestro pueblo es generoso, sino porque la mayoría de los mexicanos están demandando un cambio verdadero.
En cuanto a mí corresponde, tengan la certeza absoluta de que no claudicaré. No abandonaré mis principios. Tengo muy claro que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se ejerce en beneficio de los demás.
Ante la irracionalidad del desafuero voy a actuar, lo repito, con mucha dignidad y decoro. No olvidemos, compañeras y compañeros, hoy tenemos la mayoría en el país, nuestro movimiento es mayoritario y no tengan la menor duda de que triunfaremos.
Vamos a ganar. Como decía Benito Juárez: «el triunfo de la reacción es moralmente imposible».
¡México y su pueblo merecen un mejor destino!
¡No nos quitarán el derecho a la esperanza!
¡Viva la dignidad!
¡Viva México!
Quiero pedirles una última cosa; lo de la Cámara es, como dije, una farsa, de todas maneras pueden ustedes quedarse o irse a sus casas hasta que la Comisión Coordinadora llame a las acciones de resistencia civil.
Lo que sí les pido, es que no vayan a la Cámara de Diputados, quiero ir solo para defender mis derechos y no quiero dar pretextos para ninguna provocación. No quiero que utilicen de pretexto el que haya enfrentamientos en la ciudad.
Quiero también decir a ustedes que ya sé que no estoy solo, así como me dicen. Ya lo sé, pero no quiero que vayan conmigo a la Cámara de Diputados; también quiero transmitir un mensaje a los habitantes del Distrito Federal por nuestra responsabilidad, pero no sólo por eso, sino porque los habitantes del Distrito Federal se han mostrado más que generosos con nosotros y confían en nosotros y nos respaldan.
Les quiero decir que he dado instrucciones para que no falten los servicios en la ciudad, para que sigan todos los programas sociales. No olviden que somos un equipo, que el gobierno no es nada más un solo hombre y todo ese equipo va a seguir trabajando, va a seguir sirviendo a la ciudad. Los quiero desaforadamente.
México, La Ciudad de la Esperanza, 7 de abril de 2005
Tomado de http://www.nonosvamosadejar.org.mx
Más información:
http://www.jornada.unam.mx/2005/abr05/050408/index.php