La representante de la UNICEF en Haití, Francoise Gruloos, calificó de preocupante el tráfico de niños luego del terremoto, pese a que aún es imposible cuantificar el número de pequeños sacados del país. «Existen muchos movimientos de niños, es muy preocupante, porque hay personas que olvidan que el niño tiene papá, mamá o ambos», expresó […]
La representante de la UNICEF en Haití, Francoise Gruloos, calificó de preocupante el tráfico de niños luego del terremoto, pese a que aún es imposible cuantificar el número de pequeños sacados del país.
«Existen muchos movimientos de niños, es muy preocupante, porque hay personas que olvidan que el niño tiene papá, mamá o ambos», expresó la funcionaria a Prensa Latina.
Hay padres hoy buscando a sus hijos y tal vez estos están fuera del país, precisó Gruloos.
De acuerdo con la experta de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), desde antes del terremoto, el norte de Haití era una ruta utilizada por contrabandistas para el tráfico de menores de edad, zona por donde salían unos 2 500 infantes al año. Después del sismo ese número creció, lo que aún no se dispone de cifras, aseguró.
Gruloos recordó que al momento del terremoto -el 12 de enero a las 4:52 de la tarde- las familias estaban dispersas y muchos de los niños no estaban acompañados de sus padres.
De manera que esa separación, que muchos pensaron que sería por un breve espacio de tiempo, solo instantes, para ir a buscar un producto al mercado o realizar determinada gestión, se convirtió en un prolongado distanciamiento marcado por el sismo.
Muchos niños víctimas de la catástrofe fueron llevados solos a los hospitales para ser atendidos de urgencia, sin conocimiento de sus padres, mientras no pocos adultos ingresados durante la emergencia ignoraban el paradero de sus hijos.
Señaló la funcionaria que el sistema establecido por la UNICEF en coordinación con otras agrupaciones para viabilizar los reencuentros de familiares arroja resultados pese a transcurrir más de un mes de la tragedia.
«Se producen encuentros muy emocionantes, sobre todo de niños hospitalizados que eran desesperadamente buscados por sus padres», indicó.
Otra problemática presente es la de los huérfanos, que de acuerdo con la experta también contempla a pequeños que antes del terremoto habían sido entregados a orfanatos por sus padres al carecer de condiciones para cuidarlos.
Previo al sismo había unos 50.000 pequeños sin familia; sin embargo, sumaban 300.000 los confiados a orfelinatos por sus progenitores.
«Pero fue a causa de la pobreza que los padres los dejaron, no por falta de amor, todo lo contrario, los dejaron en instituciones benéficas para que fueran atendidos, les dieran comida, ésa era la situación», indicó la funcionaria.
Especialistas de UNICEF concluyeron un censo en días recientes en todo el país e identificaron 415 orfelinatos, pero muchos de ellos están en una situación muy precaria o quedaron destruidos. Tales instituciones fueron siempre blanco de acción de los contrabandistas.
Este jueves podrían quedar en libertad dos estadounidenses que permanecen detenidas aquí por intentar llevarse 33 niños vía República Dominicana, según anunciaron sus abogados. Laura Silsby y Charisa Coulter son las últimas de los 10 miembros de un grupo misionero bautista que permanecían bajo custodia de los haitianos por el secuestro de los pequeños.